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Israel-Palestina: empleados de UNRWA denuncian torturas durante sus detenciones para obtener confesiones

La agencia de la ONU para los refugiados ha confirmado en un comunicado que las autoridades israelíes han detenido a varios de sus empleados en la Franja de Gaza y que, tras su puesta en libertad, denunciaron haber sido torturados para obtener confesiones sobre sus relaciones con Hamás.

“Algunos de nuestros empleados han comunicado a los equipos de la UNRWA que fueron obligados a confesar bajo tortura y malos tratos. Estas confesiones falsas fueron en respuesta a interrogatorios sobre las relaciones entre UNRWA y Hamas y la participación en el ataque del 7 de octubre contra Israel”, señala el comunicado.

“Estas confesiones forzadas como resultado de la tortura están siendo utilizadas por las autoridades israelíes para difundir aún más la desinformación sobre la agencia como parte de los intentos de desmantelar UNRWA. Esto está poniendo en riesgo a nuestro personal en Gaza y tiene serias implicaciones en nuestras operaciones en Gaza y en toda la región”, agrega el comunicado.

En enero pasado, Israel denunció que 12 miembros del personal de la agencia de la ONU habían participado en los ataques de Hamas del 7 de octubre, que causaron la muerte de 1200 israelíes y el secuestro de otros 250.

Tras conocer las alegaciones de Israel, la ONU despidió a los empleados y lanzó dos investigaciones, una interna y otra independiente, para esclarecer los hechos, cuyos resultados no han sido dados a conocer todavía. Pocas horas después del anuncio del despido de los trabajadores, varios de los principales donantes de la UNRWA, entre ellos Estados Unidos y Alemania, suspendieron su financiación del organismo.

No hay comunicación directa sobre las acusaciones

En rueda de prensa ayer, el máximo responsable de UNRWA, Philippe Lazzarini, preguntado por las recientes acusaciones israelíes de que hasta 450 empleados tiene relación con grupos armados palestinos, dijo que nunca ha recibido información directa de las autoridades de Israel sobre las acusaciones vertidas.

“Yo como comisionado general nunca he sido informado. Como saben, aportamos, cada año, una lista completa de nuestro personal a las autoridades israelíes y palestinas. Nunca jamás he recibido la menor preocupación por el personal que empleamos”, explicó.

Las autoridades israelíes solo le comunicaron verbalmente las alegaciones contra los 12 empleados. Lazzarini animó a las autoridades israelíes a compartir las pruebas con la investigación en curso.

En el comunicado difundido por la agencia se señala que “UNRWA ha protestado por escrito a las autoridades israelíes sobre estas detenciones, haciendo referencia a la detención y los malos tratos de nuestro personal. Hasta la fecha, UNRWA no ha recibido respuesta de las autoridades israelíes”.

La agencia de la ONU recuerda que “todas las partes en conflicto tienen la obligación de respetar y proteger a las Naciones Unidas y a su personal”.

Abusos entre los detenidos

Lazzarini dijo que UNRWA también ha hablado con cientos de palestinos civiles que tras ser detenidos en Gaza y trasladadas a Israel vuelven a ser liberadas en Kerem Shalom en Gaza.

Allí la agencia les da comida, ropa y kits de higiene. El comisionado confirmó haber recogido numerosas denuncias sobre abusos por parte de las fuerzas israelíes mientras estaban detenidos e indicó que están recogidas en un documento interno que no era público, pero fue filtrado por un periódico estadounidense.

«La mayoría de ellos llegaban totalmente traumatizados por el suplicio”, explicó en la rueda de prensa.

Preguntado por los abusos, apuntó que se trataba de «un amplio repertorio de humillaciones sistemáticas».

Algunos prisioneros fueron fotografiados desnudos, mientras que otros sufrieron abuso verbal o psicológico, amenazas de electrocución, privación de sueño, uso de perros de forma intimidatoria o la obligación de llevar pañales durante días, explicó.

Indignación por la matanza de harina

Mientras tanto, expertos independientes* designados por la ONU condenaron el martes la matanza de al menos 112 personas que se reunieron la semana pasada para recoger harina al suroeste de la ciudad de Gaza.

La llamada «masacre de la harina», en la que participaron fuerzas israelíes y que también dejó 760 heridos, suscitó una amplia condena internacional y un llamamiento a la investigación por parte del Secretario General de la ONU, António Guterres.

«Israel ha estado matando de hambre intencionadamente al pueblo palestino en Gaza desde el 8 de octubre (…) Israel debe poner fin a su campaña de hambruna y de ataques contra civiles», afirmaron los expertos en derechos humanos.

En una declaración de los expertos, entre los que se encontraba Michael Fakhri, relator especial sobre el derecho a la alimentación, se añadía que el ataque se producía «después de que Israel haya denegado la entrada de ayuda humanitaria en la ciudad y el norte de Gaza durante más de un mes».

Desde la sentencia de la Corte Internacional de Justicia del 26 de enero, en la que se instaba a Israel a permitir la entrega de servicios básicos y ayuda humanitaria de urgente necesidad a los palestinos de Gaza, sólo han entrado en Gaza 57 camiones entre el 9 y el 21 de febrero, señalaron.

«Israel deniega y restringe sistemáticamente la entrada de ayuda humanitaria en Gaza interceptando las entregas en los puestos de control, bombardeando los convoyes humanitarios y disparando contra los civiles que buscan ayuda humanitaria», dijeron los expertos.

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