México

Le fallaron las madres a AMLO

Arlequín
EL UNIVERSAL

Perdone que sea en días tan cercanos al sagrado 10 de mayo que le toque este tema, pero, esta vez, las madrecitas le fallaron al presidente.
La violencia y el crimen en el país no ceden. Narcotraficantes, secuestradores, asaltantes y extorsionadores ignoraron el «quédate en casa, quédate en casa», que repite hasta el cansancio el presidente Hugo López-Gatell, perdón, el subsecretario López-Gatell.


Las alarmantes cifras de violencia de estas semanas de confinamiento siguieron la tendencia negativa de los últimos meses, y en este sector estamos peor que en el «periodo neoliberal», es decir, peor que con Calderón y peor que con Peña.
¿Quién, o quiénes, son los culpables de que la cosa no mejore? Calme sus ansias neoliberales y conservadoras, desde luego que no lo son el presidente Andrés Manuel López Obrador ni su secretario de Seguridad, Alfonso Durazo. Está claro que ellos hacen lo que les toca y lo hacen muy bien. Aquí las que han fallado, con todo respeto y cariño, son las mamás.


¡Qué poca, madres! … Ha sido la ayuda que ustedes le han prestado a AMLO para resolver este problema. Él, que confiando en que sus dulces palabras o, en el peor de los casos, su implacable chancla iban a servir para que sus pequeños monstruos se portaran bien… ahora está decepcionado, pues es la única cosa que él les pidió a cambio de la pensión que, con tanto sacrificio, les entrega bimestralmente y le fallaron feamente.


Lo único que les pidió, lo único, es que hablaran con ellos, que les dijeran que lo que hacen está mal, que dejaran de vender en las calles cocaína o marihuana, y que se inscribieran al programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, en donde quizá iban a ganar menos dinero como aprendices de algún oficio que como aprendices de narcotraficantes, pero que sería un dinero limpio. Está visto que ustedes, mamacitas, le quedaron mal al presidente.
Ahora, con su falta de compromiso con la Cuarta Transformación, han obligado a AMLO a sacar a los militares de sus cuarteles y ordenarles que se hagan cargo de la seguridad pública del país. Más adelante, no vayan a empezar con reclamos si los soldados o marinos son bruscos con sus chamacos, pues ya sabe usted que a los militares entre abrazo y abrazo, a veces, se les sale un balazo.


Y cuando los uniformados vayan por sus hijos, recuerden que ustedes tuvieron la oportunidad de enderezarlos, a punta de abrazos, y de pedirles que ya le bajaran… y también recuerden que dejaron ir esa oportunidad de pacificar el país.
Ustedes, queridas jefas, pudieron haber cambiado la historia, pudieron demostrar que fue un error que el expresidente Felipe Calderón militarizara la lucha contra el crimen. También pudieron demostrar que López Obrador tenía la razón cuando dijo que el fuego no se puede apagar con el fuego, pero no hicieron caso y obligaron al presidente a desafiar a la física para intentar apagar las llamas del crimen y la violencia en el país con fuego. En resumen, no estuvieron a la altura de la transformación del país.


Madrecitas, debieron tener mano más dura… si con abrazos o consejitos no pudieron gobernar a sus labregones, tendrían que haber recurrido a medidas más extremas, por ejemplo, a quitarles sus pistolas, cuernos de chivo y granadas y prohibirles escuchar sus casetes de música de banda o narcocorridos. Hasta parece que les hablaron en inglés, pues los mocosos no entendieron y siguieron en sus malos pasos.
¿De qué sirvió que el presidente haya soltado a Ovidio Guzmán, hijo de «El Chapo Guzmán»?; ¿de qué sirvió que el propio mandatario haya ido hasta los dominios del Cártel de Sinaloa para presentar sus respetos a la madre de «El Chapo» y abuela de Ovidio, si doña Consuelo no controla a sus plebes? No hay la mínima reciprocidad, así no se pude pacificar un país.
¿Qué quieren mamás?.., ¿que regresen los tiempos en los que la policía y los militares andaban persiguiendo a sus hijos y obligándolos a pasar largas temporadas escondidos en la sierra, sin que ustedes supieran de ellos por meses? Pues, con su falta de cooperación, están obligando al presidente a repetir medidas de los gobiernos neoliberales y conservadores y, pronto, verá usted de nuevo las calles de su ciudad cuidadas por militares.
La próxima vez que vaya a cobrar su pensión pregúntese si la merece, si hizo lo suficiente, si ayudó al presidente con el favor que le pidió… y si su respuesta es no, reflexione y piense en devolver ese dinero.
Ante esta decepción tan grande, quizá lo mejor sería que, como lo hacen otros funcionarios en sus sectores, el secretario Durazo salga un día a la semana a presentar un reporte de ¿quién es quién? en el caso de las madres. Y así, que la mamá del capo o delincuente común que durante la semana cometa crímenes sea exhibida en cadena nacional. Ya verá cómo en una o dos semanas la violencia en el país comenzará a bajar, pues por más malo que sea el delincuente, no permitirá que su madrecita quede mal.


ME CANSO GANSO: NO SE PREOCUPE, ESTAMOS EN LAS MEJORES MANOS


«Se privilegiará siempre la salud y la vida, vayamos pues, hacia esa nueva mortali, mooor, perdón, normalidad». (Jorge Alcocer, secretario de Salud. 13 de mayo de 2020)

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