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¿El voto latino en EU será para Trump o Biden?

Por: El Husmeador

Trump es una figura que despierta pasiones controvertidas tanto en su país como en América Latina. Por lo tanto, estimados lectores, resulta importante tener en cuenta algunos datos de frente a esta elección, para entender porqué el voto latino es estratégico.

A continuación trataré de analizar algunos aspectos sobre el voto latino y sus repercusiones en la elección del la próximo martes.

Dada la importancia de esta elección para algunas regiones consideradas como latinas, es claro que estarán observando de cerca las elecciones estadounidenses para ver qué podrían ofrecer los resultados en términos de cambios en el tratamiento impuesto por el gobierno de Trump.

Los países gobernados por la izquierda, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, que son blanco de la retórica incendiaria del gobierno Trump y de sanciones intensificadas, esperan sinceramente que el presidente republicano fracase en su intento de reelección, aunque solo sea porque perciben que su oponente demócrata Joe Biden puede ofrecer la perspectiva de una menor hostilidad e incluso posibles negociaciones.

Y por otro lado, tenemos otros líderes latinoamericanos, como el presidente de derecha de Brasil, Jair Bolsonaro; el colombiano Ivan Duque y el mismo Andrés Manuel López Obrador, que han forjado relaciones amistosas con Trump e incluso expresaron su apoyo abierto a su reelección.

De inicio se debe recordar que este año, además de la pandemia y la recesión, está la oportunidad de un cambio de gobierno, esto marca un hito en la historia de Estados Unidos donde por primera vez el número de posibles votantes que se identifican como latinos o hispanos será superior al de los votantes afroestadounidenses.

De los 60 millones de latinos que viven en este país, 32 millones son elegibles para votar esta semana, lo cual representa 13% del electorado total. Son el segundo mayor grupo después de los votantes blancos.

Siendo un grupo tan numeroso, sorprende que con tanta frecuencia se siga hablando del voto latino como un fenómeno uniforme, un grupo monolítico que piensa y actúa políticamente de una sola manera.

En 2016, al menos uno de cada cinco latinos votó por el actual presidente Donald Trump a nivel nacional.

En los círculos de análisis, sobre todo fuera del país, esta suele ser una de las preguntas más frecuentes al hablar del tema.

Si Trump ha basado su campaña política en un discurso contra los inmigrantes, ¿cómo es que hay latinos que votan por él?

En general, los latinos tienden a votar por el Partido Demócrata en una proporción de dos a uno respecto al Partido Republicano, pero la forma en que votan los latinos en Florida suele ser diferente a la de los latinos en California, o quienes viven en el Medio Oeste, donde se encuentran algunos de los llamados “swing states”, los estados que podrían decantarse por cualquier candidato en el último minuto.

Son varios los factores que intervienen y se entrelazan en esta ecuación: la edad, el credo, el género, o la ubicación geográfica determinan la preferencia electoral de los latinos tanto como la de cualquiera de los otros grandes grupos de votantes en el país. Pero hay otros elementos que juegan un rol también, como el país de origen y la historia de arribo y permanencia familiar en Estados Unidos.

Los latinos de origen cubano se han inclinado hacia el Partido Republicano durante varias décadas, especialmente aquellos que vivieron directamente el régimen de Fidel Castro.

A pesar de que estos votantes representan solo 2% del total de la población latina, en Florida –uno de los swing states clave– son casi 30% de todos los hispanos del estado.

En esta elección, seis de cada diez se inclinan por el Partido Republicano, en contraste con 65% de los hispanos no cubanos, que se inclinan por el candidato demócrata, Joe Biden.

Muy distinto es el caso de los votantes de origen mexicano, que son 63% de los votantes hispanos a nivel nacional, aunque en estados como California, Nuevo México o Nevada el porcentaje es mayor.

Hay que entender la relación del votante latino con la inmigración. Del total de los latinos registrados para votar, dos tercios son inmigrantes o pertenecen a las dos primeras generaciones de su familia nacidas en Estados Unidos. Es más común que estos grupos aún hablen español, y es más fácil que la retórica antiinmigrante de Trump, o la preocupación sobre la posible deportación de alguien cercano influya en su decisión electoral, aun cuando ellos no se encuentren a merced de las leyes migratorias.

Este dato, sin embargo, tampoco garantiza el voto por los demócratas. En septiembre, 65% de los latinos dijo que planeaba votar por Biden o estaba inclinado a ello, por debajo de 79% que dijeron apoyar a la demócrata Hillary Clinton en 2016.

Si la cercanía con la historia de inmigración de la familia es determinante para dos terceras partes de los votantes latinos, el otro tercio, conformado por quienes han vivido por tres o más generaciones en el país, suele tener una perspectiva distinta.

Al ser cuestionados sobre su identidad, más de la mitad se describe como un “típico estadounidense”, y no como latino u originario de otro país. Es decir, quienes pertenecen a este grupo con frecuencia no suelen sentirse afectados por los cambios que puedan ocurrir en las políticas migratorias, y deciden su voto con base en otros factores.

Pero más allá de la relación con el tema migratorio, el elemento clave para entender la participación electoral de los latinos es el mismo que el de los demás: su condición de ciudadanos de Estados Unidos. Como ocurre en cualquier otro país, los votantes, latinos o no, se identifican con las propuestas de los candidatos o los partidos políticos en la medida en que estas atiendan las necesidades más urgentes para su vida cotidiana y propongan alternativas que parezcan viables para sortear asuntos de importancia. Y en general, estos asuntos afectan por igual a la mayor parte de la población.

En una encuesta publicada en septiembre, donde se consulta a los votantes registrados sobre los temas de relevancia para determinar por quién votarán, las respuestas entre votantes latinos y votantes en general son las mismas: el tema que más les preocupa es la economía, seguido por acceso a servicios de salud, la pandemia de Covid-19, la desigualdad racial y étnica, y el crimen violento. En ambos casos, las políticas de inmigración aparecen en octavo lugar de sus prioridades.

Este año, nuevamente, los latinos se inclinan dos a uno por Biden, pero no “porque son latinos”; sus razones para hacerlo son diversas, tanto como sus intereses y necesidades, y estos continuarán transformándose.

El crecimiento de este electorado en los últimos cuatro años se debe mayormente a la incorporación de jóvenes latinos nacidos en Estados Unidos tras haber alcanzado los 18 años.

De 2016 a 2020, un poco más de tres millones y medio de latinos se convirtieron en potenciales votantes. Este cambio generacional, desde luego, apunta también hacia el lado demócrata en los próximos años.

La Generación Z —jóvenes nacidos después de 1996— se caracteriza por un mayor acceso a la educación y la información, y tiene una actitud más liberal en temas como la desigualdad racial, el cambio climático y el desempeño de los gobernantes. Y en el caso de quienes ya tienen edad para votar, uno de cada cinco es latino.

En conclusión creo que muy probablemente el Partido que tenga más votos de la comunidad conocida como hispana será el que durante la campaña simpatizó y reconoció la diversidad de la comunidad latina animándola a votar; sin embargo, en esta ocasión, los expertos coinciden en que hay que estar atentos a lo que suceda en estados con numerosa población hispana, como Texas, Arizona y Florida, considerados sitios clave que podrían inclinar la balanza sobre cualquiera de los dos candidatos, Donald Trump o Joe Biden.

Tampoco hay que olvidar el análisis de los resultados de otras elecciones, ya que este tiende a ser el mismo: Que los latinos “no se presentaron” a las urnas como se esperaba, acentuando el apodo que se han ganado involuntariamente: sleeping giant (el “gigante dormido”).

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