Opinión

La planificación, el talón de Aquiles de nuestros gobiernos

Nuevamente, nuestro gobernador, mostrando mucho interés en estos
temas, llevó a cabo una reunión con empresarios desarrolladores de
espacios habitacionales, comerciales e industriales, para hacerles saber
que su gobierno hará más fácil y rápido el trámite del Dictamen Único de
Factibilidad (DUF), a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obra,
para que sus solicitudes ingresen nuevamente por conducto de la
Comisión Estatal de Factibilidad y sean atendidas para que tengan
respuestas rápidas y sin contratiempos.
Se refirió, principalmente, a las unidades económicas medianas y grandes
que tengan proyectado invertir en nuestro territorio estatal. Pero sigo sin
entender cómo primero no se contempla la situación de los respectivos
planes municipales y de nuestro propio estado para saber a ciencia cierta
cómo se contemplan en estos los usos del suelo, la tenencia de las tierras
y los servicios de infraestructura que tienen vigentes y autorizados, para
que de alguna manera sirvan de base de planeación y análisis, de cómo
quieren planear su crecimiento y desarrollo cada uno de nuestros 125
municipios. Y de ahí partir, para saber con qué servicios de infraestructura
cuentan. En lo particular me gustaría que lo que menciono se vuelva una
obligatoriedad para los nuevos presidentes municipales al presentar sus
respectivos planes municipales de desarrollo de forma real o actualizado
en un tiempo prudente después de que sea elegido como máxima
autoridad municipal. Y voy un poco más lejos, que dicha obligatoriedad
esté contemplada en la nueva Constitución que planean hacer nuestros
diputados de la LX legislatura. Y tanto nuestro estado como sus municipios
den una imagen de planeación política-económica y social. Y no seguir
dejando, como ha pasado, que los desarrolladores inmobiliarios son los
que dan la pauta para elaborar en cada municipio sus planes de desarrollo,

para que sus proyectos sean factibles, para que después que no cumplan
con la entrega a sus respectivos municipios de los desarrollos que de
alguna manera se les “autorizaron” y que no cumplieron o cumplen con los
servicios de infraestructura a los que se habían comprometido. Llevando a
cabo entregas fraudulentas y por debajo del agua con las autoridades que
antes de salir de sus trienios reciben los desarrollos y se los transfieren a
las siguientes administraciones para que ellos afronten ante los usuarios la
falta de servicios con los que no cuentan. Ya que vendrá siendo mas fácil y
rápido que en cada proyecto que se quiera detonar en nuestro territorio,
para que pueda ser autorizado sin ningún contratiempo, sea el único
responsable de dichos proyectos presentados por lo desarrolladores un
director responsable de obra (DRO).

Jesús Espinoza García

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