La sombra de Ovidio
El lunes, al grito de “sólo atiendes a la mamá de El Chapo”, familiares de personas desaparecidas rodearon la camioneta en la que viajaba López, al salir de las instalaciones del batallón de infantería de la Sexta Región Militar, en Xalapa, Veracruz. Evidentemente no recibieron respuestas, solamente oyeron un rechinido de llantas y vieron una serie de camionetas blindadas arrancando a toda velocidad, con lo que López desatendía su dolor.
“En efecto, hubo este incidente, porque no puedo por la sana distancia exponerme ni exponerlos a ellos”, dijo López el martes, durante La Mañanera que se celebró en Tlaxcala, tras ser cuestionado por estos hechos. Lo que no dijo es que el 29 de marzo (día del cumpleaños de Ovidio) pasado, cuando desvió a toda su comitiva para saludar a Doña María Consuelo Loera Pérez, la madre de El Chapo, de quien apretó su mano, a pesar de estar rodeada por decenas de elementos de seguridad, ya existía el llamado de su gobierno para cuidar la sana distancia.
Así, el mismo que dijo “hay que abrazarse, no pasa nada”, el que afirmó que había “domado la pandemia” y que la misma le “vino como anillo al dedo”, el que nos aseguró que “no mentir, no robar, no traicionar, ayuda mucho para que no dé el coronovirus”, el que decretó hace unas semanas la “Nueva Normalidad”, el que sistemáticamente se ha negado a usar cubrebocas, a tomarse la temperatura y a usar gel antibacterial y que ha abrazado y besado a niños durante esta crisis, ahora sí era muy escrupuloso y diligente con los cuidados y las medidas de distanciamiento social. Sin duda peor que su desdén, fue la respuesta, pues dejó un sabor de boca a burla.
Del mismo modo, en La Mañanera del viernes, misma que se celebró en Cuernavaca, Morelos, López dijo: «Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente», refiriéndose al Culiacanazo y a la liberación, otra vez, de Ovidio Guzmán. También aseguró que Trump le ofreció, uno o dos días después de estos hechos, ayuda, con lo cual, en lugar de posicionarse como un estadista, evidenció su inminente estrategia fallida.
En dicha conferencia también aseguró que en el Culiacanazo iban a «perder la vida 200 personas», sin explicar el motivo por el cual llegó a dicha conclusión o qué información tenía para aseverarlo. Así, con esta aseveración, hizo otro reconocimiento respecto a que su estrategia es totalmente fallida y nos dejó dos grandes interrogantes: ¿Por qué sigue Durazo en el cargo? Y si los cárteles tienen esa capacidad: ¿Por qué no se apoyó su designación como grupos terroristas?
Al final de la conferencia, tuvo otra despedida igual a la de Xalapa. Cientos de morelenses lo esperaban a las afueras de otra instalación militar (todo parece indicar que será su medio de resguardo) para reclamarle. Los videos son claros, el Ejército tuvo que resguardarlo, ante la molestia de muchos. Y mientras sus detractores y algunos de sus seguidores se enfrentaban y se hacían señalamientos mutuos, en todo Cuernavaca había decenas de caravanas en repudio a su gobierno.
Y así, la sombra de Ovidio volvió a aparecer tras los pasos de López, para recordarle que siempre lo acompañará.
David Agustín Belgodere
