Claman ayuda 300 meseros independientes

Marisela Aguilera

Tras dos meses sin trabajo se han quedado sin ahorros, han tenido de empeñar bienes y el gobierno no les da ayuda alguna.

Antes del coronavirus tenían cuatro o cinco eventos a la semana, hoy no tienen para comer.

Debido a la contingencia por Covid-19, 300 meseros independientes dejaron de laborar desde hace casi dos meses, ya que fueron canceladas todas las actividades no esenciales. Actualmente “no tienen dinero ni para comer”, dijo César Ernesto Romero, uno de ellos. Explicó que en semanas anteriores acudieron a diversas instancias gubernamentales para conseguir algún apoyo, pues por ejemplo las mujeres que pertenecen a esta agrupación de trabajadores no son beneficiarias de algún programa de asistencia social. Ante la emergencia en la que se encuentran, “estamos apostando aunque sea por este tipo de auxilio”, dijo Romero. 

Apostados en la Plaza de Los Mártires, frente al palacio de gobierno estatal, los meseros desempleados coincidieron en que en los últimos días han buscado trabajo en todo tipo de oficios, pero “no hay por ningún lado. En las tiendas de autoservicio nos dicen que incluso están despidiendo gente”, dijo Esmeralda, una de las mujeres que participó en la manifestación. 

César Romero añadió que la semana pasada acudieron al gobierno estatal, pero les negaron la atención. Les informaron que no había una partida presupuestal ni programa pensado para ellos, y los dirigieron a la Secretaría del Trabajo, donde les propusieron inscribirse en las plataformas de entrega de comida a domicilio, pero “no tenemos bicicleta, motocicleta ni tampoco celular con internet. Además no están contratando”, afirmó. 

Alegó que no estarían pidiendo ayuda a todos los órdenes de gobierno si no estuvieran desesperados, pero a la fecha incluso empeñaron algunos bienes, como televisores, celulares y computadoras, entre otros, pero “ya ni eso nos da para salir adelante, de verdad necesitamos ayuda, ya no tenemos un peso de ahorros”. 

Anteriormente tenían al menos cuatro o cinco eventos por semana, eran contratados en salones y jardines de fiesta, en hoteles, eventos sociales y con el Sindicato Nacional de Trabajadores por la Educación (SNTE), pero desde hace casi dos meses todo está cerrado. “Es que nuestra fuente principal de ingresos ni siquiera es nuestro salario, que va de los 300 a 350 pesos por evento, sino las propinas, pero al no haber un solo evento, entonces no tenemos ingresos y no hay donde conseguir trabajo”, lamentó.