Por María de Jesús Serrano Plata
¿Qué piensas cuando una nutrióloga menciona comida saludable?
Definitivamente pensaste en términos como dietético, integral, bajo en grasa, sin azúcar, sin sal o bajo en calorías. Te has dado cuenta que en los últimos años lees, escuchas o ves el término saludable en todas partes. De hecho, los profesionales de la salud recomiendan comer saludable para prevenir obesidad y otras enfermedades crónicas.
La industria alimentaria aprovecha los estereotipos actuales que promueven “figuras delgadas” para tener salud. Cada vez más se oferta una amplia gama de productos procesados que venden la idea de que son saludables. Sin embargo, se necesita hacer un análisis minucioso para saber si en realidad lo son, ya que el etiquetado actual impide la fácil comprensión de la información nutrimental e incluso se necesita la orientación de un profesional para interpretar las etiquetas de dichos productos.
Ante ese desconocimiento, también se ofertan productos ultraprocesados denominados coloquialmente como “chatarra” que se caracterizan por tener grandes cantidades de azúcar, grasa o sal. Ahora es más fácil adquirir productos procesados y ultraprocesados que alimentos naturales y frescos. Estos cambios en la alimentación están desplazando los patrones de alimentación tradicional, dicho fenómeno conocido como transición nutricional coincide con la epidemia de obesidad.
Estamos dejando de consumir alimentos endémicos, autóctonos, es decir, característicos de nuestra dieta. Sin embargo, desde el 2010 la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró a la cocina tradicional mexicana como patrimonio cultural de la humanidad. Se resalta como un modelo que comprende técnicas y preparaciones culinarias típicas de una región que acostumbra a la gente a consumirlas cotidianamente.
Los alimentos más representativos de la dieta mexicana son maíz, tortillas, frijol, chile, tomate, calabaza, aguacate, cacao, vainilla, frutas, verduras, leche entera, quesos frescos, sopas y guisados típicos. Dichos alimentos aparecen en el plato del bien comer propuesto en la Norma Oficial Mexicana 043. Por lo tanto, la comida mexicana se ajusta a las recomendaciones de una dieta correcta.
Por ejemplo, la dieta de los rarámuris se caracteriza por el consumo de maíz, pinole, quelites, maguey y frijoles. De acuerdo con el plato del bien comer, tanto el maíz como el pinole pertenecen al grupo de cereales; los quelites y el maguey al grupo de las verduras; y los frijoles a las leguminosas. Entonces, su dieta aporta todos los nutrimentos que necesitan los deportistas de alto rendimiento y esto quizá contribuye a sus victorias en ultramaratones.
No importa tu edad, sexo, peso, estatura o nivel de actividad física, tu dieta puede cubrirse sólo con comida mexicana, fresca, disponible y culturalmente aceptada sin necesidad de consumir productos procesados y mucho menos ultraprocesados. Es imprescindible regresar a los patrones de alimentación tradicional, no solo para conservar nuestro patrimonio sino para obtener beneficios a la salud. De ahora en adelante cuando pienses en comida saludable piensa en comida mexicana.
María de Jesús Serrano Plata es Licenciada en Nutrición, Especialista en Salud Pública, Maestra en Administración y Doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). Actualmente es profesora de las Licenciaturas en Cultura, Física y Deporte, Trabajo Social y Gastronomía de la UAEMéx y nutrióloga en consultorio privado.
