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VIVENCIAS 20 “Toluca, entre el Dolor y los Mezcales”

Por “El Chita” 

Estimados lectores como siempre un placer saludarles y saber que siguen esta columna, que nace del corazón y no de los oficios y conocimientos de que es un periodista de profesión, así que sin que esto suene a excusa, les ofrezco de antemano una disculpa si por ahí han encontrado fallas de ortografía o la sintaxis que con su ayuda tratare de ir corrigiendo.

Para los que me leen por primera vez estas “vivencias” les comento que nace de la necesidad de comunicar experiencia vividas con mis amados diablos rojos que comenzaron desde mis ya lejanos 8 años de edad, el día que conocí un templo llamado entonces “la bombonera”. Han trascurrido desde aquel entonces más de tres décadas y sigo viviendo, disfrutando y sufriendo con la misma religión “diablo” que me inculco mi señor padre y así en el transitar de estas columnas he tratado de mezclar la mayoría de las veces, un bello recuerdo o una vivencia con la realidad y actualidad de nuestro amado Toluquita.

En esta ocasión hablaré de un recuerdo vivido por ahí de 1985, en aquella tribuna de sombra detrás de la portería donde tantos y tantos momentos en compañía de mi padre quien me llevó por primera vez al estadio. Ya les relaté anteriormente que en esa ocasión el Toluquita perdía contra la U. de G. tres goles por cero en el medio tiempo. No se imaginan cómo me ponía de los corajes que hacía que me llevaban hasta las lágrimas. Era tantos que seguro que si hoy en día hiciera unos iguales, seguro que no le duraba ni cinco años más.

Pero justo en esos momentos tan dolorosos también aprendí a no perder la fe, recuerdo como ayer la voz de mi papá diciéndome; “mijo ahorita de perdida empatamos” enojado como estaba de inmediato le respondí que NO que como podía él creer eso. Sí, estaba como hoy y desde hace varios meses esta toda la afición a nuestros rojos; ¡muy encabronado!

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Empezó entonces el segundo tiempo y sin entrar a tanto detalle, apenas y me di cuenta, cuando ya habíamos metido el primer gol. Estaba muy enojado, apenas era el primero no creí que empatáramos. Minutos después cae el segundo gol y entonces sí, me concentre nuevamente en el juego, parecía una blasfemia ¿existirían milagros en el infierno? 

Pues esos gladiadores rojos estaban empecinados en hacer que miles de aficionados y un chiquillo de apenas ocho años recobraran la fe.  El equipo literalmente no se rendía, empujaba y empujaba con el corazón en la mano, a veces con buenas jugadas otras con una entrega indomable, no daban una bola por perdida. 

Esa actitud contagio a la tribuna, ya no eran solo los 11 que estaban en la cancha, ni tampoco los de la banca ya éramos miles en la tribuna que gritando jugábamos el partido apoyando, creyendo, haciendo que nuestros corazones latieran al unísono produciendo una energía inmensa y ¿qué creen? Tal como lo había visualizado mi padre efectivamente, empatamos a 3 en un tiro de esquina y que remato con un señor cabezazo “el príncipe uruguayo” Juan Carlos Paz, mi gran ídolo. Fue del drama a la gloría, si había lagrimas ahora eran de felicidad, de incredulidad nuestro amado equipo nos había hecho recobrar la fe. Nos abrazamos, gritamos, cantamos hasta quedarnos roncos. De acordarme de aquel partidazo de verdad, hasta se me vuelve a enchinar la piel, que recuerdos y que vivencia tan hermosa y cuanto nos hacen falta el día de hoy que nuestro equipo nos brinde alegrías.

La verdad no recuerdo el nombre del técnico de aquel juego, no recuerdo muchas cosas, pero lo que sigue intacto en mi memoria es que aquellos jugadores tenían vergüenza y mucho amor a la camiseta. Sí, sé también que los tiempos cambian, que eran otros tiempos, pero hay cosas qe en el pasado, presente y futuro debieran permanecer siempre. 

Un amigo tunecino me dijo un día; “el futbol es tan puerco, tan ensuciado ya por el exceso de dinero, que vamos a llegar a disfrutar más los partidos llaneros que los profesionales” y creo que estamos en camino a eso precisamente. Cada vez son menos los equipos que realmente juegan bien al futbol con los conceptos básicos que hacen que hacen que el futbol se disfrute al máximo.

Vaya paradoja, en el futbol hoy en día lo sencillo y bonito que es jugar fácil es lo más difícil. Retomar esos conceptos o intentar replicarlos y aplicarlos es el único camino para enamorar a las nuevas generaciones de aficionados. Hoy los técnicos juegan al maldito verso haciendo declaraciones sobre sistemas de juego como si el futbol fuera una fórmula de Pitágoras y no un juego. Hoy en día los técnicos han convertido el futbol en un trabajo, donde pareciera que está prohibido divertirse. Creo que esa es la gran diferencia de los jugadores de ayer y los de hoy, antes jugaban, se divertían hoy trabajan, se esfuerzan solamente. 

En nuestra liga la mayoría de los equipos juegan para la basura, la excepción a la regla es el LEON de Nacho Ambriz y a veces el América.  Miéntenme la madre sí quieren, pero este León sabe jugar, el equipo sabe qué hacer en todas sus líneas, es un relojito, cómo aquel Toluca de Meza, aquella máquina de La Volpe en el 2002.  Por su parte el América, puede jugar mal, no estar en forma, tener ausencias, pero ¡carajo nunca deja de luchar para empatar o ganar un juego! Ese es el espíritu que deben tener los equipos ¡nunca claudicar! Eso se aplaude, se agradece, y no como sucede con el inútil de Michel Estrada, al que dan ganas de entrar y partirle la madre por huevon.

Pero eso no es culpa de él, sino del técnico por meterlo y de la directiva por contratarlo. Hoy contratan por videos editados y subidos al internet, por supuesto que en You Tube veremos solo veremos sus mejores jugadas, pero que jamás mostrara si es un “pecho frio”, un vago o un golfo. Pero de eso ya hemos hablado antes, es un cuento de nunca acabar negocios entre los promotores y directiva y si a eso le sumamos la falta de interés y ausencia del dueño y quien sabe qué diablos más, pues el equipo está hecho una verdadera inmundicia, y eso duele.

El próximo domingo 4 de octubre viene el Cruz Azul, y espero que no nos raje nuestra “mandarina en gajos” como acostumbra por que históricamente somos sus clientes frecuentes aquí en casa. Tengo un muy mal presentimiento y miren que cuando así sucede casi nunca me equivoco, aunque en el fondo de mi corazón espero estarlo. Creo que los de Siboldi nos meterán por ahí de un 4 a uno. 

Seamos realistas, dejémonos de romanticismos tontos ¡no jugamos a nada! Debe venir un revulsivo, ojalá, Rubens nos mande al diablo, no juegue y se haga el lesionado o algo ¿saben para qué? Para que se vea la realidad de este equipo, sin Sambueza agárrense por que nos meten de a 5 y sería muy merecido. Hay cabrón ya estoy diciendo incoherencias, ¡ya me hicieron enojar otra vez este remedo de equipo! Creo que mejor es tiempo de echarnos unos mezcales para sacar la muina.  Por cierto, ya que hablamos del tema para mí el mejor mezcal es el de Oaxaca, región, Matatlán o Tlacolula, por ejemplo, les recomiendo el “Montelobos” así que y salud por la chinga que nos meterá ese equipo salado equipo vestido de azul el próximo domingo. 

“ESPERO NO ARREPENTIRME, DE HABERME ARREPENTIDO”

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