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Este panel solar tiene 7 años en órbita y ha demostrado que los parques fotovoltaicos en el espacio son factibles

El espacio representa uno de los entornos más propicios para aprovechar la energía solar de manera eficiente. A diferencia de la Tierra, se evitan desafíos meteorológicos, y el mantenimiento resulta potencialmente más sencillo.

No obstante, este método de obtención de energía, a pesar de su atractivo, conlleva varios desafíos prácticos. Algunos de estos desafíos han sido abordados con éxito por investigadores británicos de las Universidades de Surrey y Swansea, según detalla una publicación en la revista Acta Astronautica.

En síntesis, el Centro de Investigación de Energía Solar (CSER) de la Universidad de Swansea ha desarrollado una tecnología con células solares basada en telururo de cadmio. Esta ha sido probada con éxito en el espacio, con cuatro prototipos puestos en órbita el 26 de septiembre de 2016.

El propósito de esta tecnología es ofrecer mejoras en varios aspectos en comparación con las soluciones anteriores adaptadas al espacio. Estos aspectos incluyen la potencia por unidad de masa, el costo por vatio producido y, sobre todo, el peso.

Una misión que se ha extendido exitosamente

Inicialmente, se proyectaba que el experimento duraría un año, con la esperanza de recopilar datos hasta por 18 meses. Sin embargo, este sigue siendo exitoso más de seis años después de su lanzamiento.

Satelite Solar 1 Una imagen conceptual del satélite AlSat-1N con las células solares en uso.

Según el profesor Craig Underwood de la Universidad de Surrey, el experimento demostró que los paneles podían resistir la radiación, y su película delgada no se deterioraba en las condiciones térmicas y de vacío del espacio.

Aunque hubo una reducción en la eficiencia, atribuida a la difusión de átomos de oro desde los contactos eléctricos traseros, los investigadores confían en que este problema puede resolverse con el desarrollo continuo de la tecnología.

Los investigadores concluyen de forma positiva, ya que la flexibilidad y ligereza de los paneles fotovoltaicos garantiza un transporte más fácil al espacio, lo que se traduce en menores costos.

Aún falta tiempo para verlo aplicado

Actualmente, la investigación sugiere que es realista esperar plantas de energía solar basadas en el espacio que proporcionen electricidad más respetuosa con el medio ambiente para la década de 2030.

Placa Base Solar Un modelo del CuberSat que muestra el montaje de la placa externa de carga útil

Aunque queda por verse si el proyecto se concretará para entonces, aún persisten desafíos, como la transferencia de energía generada a la Tierra. Sin embargo, hay respuestas prometedoras, como el experimento Maple del Instituto Tecnológico de California (Caltech).

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