Salud

EL AMOR VERDADERO…


Por: Dra. H.C. Diana Marines

Cada noche, cuando termino mis labores admiro su belleza, veo en su sonrisa y en su voz cuánto me ama y reafirmo lo que yo sería capaz de hacer por él, me miro en sus ojos brillantes, su inquietud por hacerme sonreír, tiene tanta vitalidad y eso me motiva para ser un gran ejemplo para él: mi hijo.
Y es que para una madre o un padre no hay mayor bendición, tener la oportunidad de abrazar al AMOR, en ese pequeño ser que va creciendo y formando su carácter, son ángeles que sonríen, que aman incondicionalmente y si te puedo compartir algo de manera muy personal he aprendido que cada día es valioso, irrepetible e imperdible en la vida de quien con su existencia alegra mi vida.
Y es que como padres somos el ejemplo vivo para ellos, todo lo que vean en nuestras acciones, nuestra manera de expresarnos de nosotros mismos y de otras personas, formarán su autoestima y el respeto que darán a los demás. Ahora bien, ser parte de su niñez, jugar con ellos, tener tiempo de calidad en los primeros años de su vida, serán el parteaguas en los recuerdos más memorables que tendrán como adultos, pues el tiempo no regresa…
Un verdadero padre, no tiene preferencias por ningún hijo en particular, no rechaza, no manipula, no castiga ni se aleja, un padre siempre está presente en la vida de sus hijos, se para como la fuente y se convierte en el héroe o la heroína de quien sigue sus pasos pues, a cada momento un hijo siempre necesitara de un abrazo, una palabra de amor, un consuelo, el apoyo incondicional. El amor fraterno, se forma con respeto, comunicación, confianza pero, sobre todo, con valentía, un padre de honor siempre defenderá y pondrá por encima de todo el amor por sus hijos.
Actualmente, debemos estar más pendientes de ellos, pues las sociedad o peor aún las redes sociales, no tienen filtros para detectar lo que ellos como pequeños o como adolescentes observan, hay tanta manipulación con perfiles falsos, personas que dañan y perjudican a diestra y siniestra y sin contemplaciones están a la orden del día. Nuestros hijos, merecen ser escuchados, atendidos, no comprados con regalos por el tiempo que dedicamos a otras prioridades o personas, no podemos olvidar que ante todo, somos padres y que ése es un Regalo que concede el universo.
No hay manual ni instructivo que nos enseñe a ser los mejores padres para ellos pero, recordemos que un día fuimos niños, que deseábamos que papá llegara a casa para correr a sus brazos o cuando esperábamos con ansia la sopa que preparaba mamá con ese toque especial que solo ella sabía preparar con tanto amor o, si quizá no tuviste la oportunidad de conocer o disfrutar a tus padres como hubieras deseado, éste es tú momento, el de dar a manos llenas todo el amor que te fue negado, nadie nace sabiendo ser padre pero, es de sabios reconocer y entender que no hay edad límite para aprender, para darlo todo y entonces tomar una vez más la mano de quien confía en nosotros, nunca es tan tarde para volver a empezar, así como nunca un padre se debe olvidar que el amor de un hijo, se pierde o se gana por toda la eternidad.

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