EconomíaEstado de México

Artesanos de rebozos de #Tenancingo frente a #crisis producen cubre bocas, pero es insuficiente.

Ingrid Mañon

Jesús Zárate Escobar, artesano de rebozo originario de Tenancingo, recuerda el primer rebozo que realizó y la alegría que sintió con el pago por su trabajo, pero ahora no obtiene dinero por hacer lo que más les gusta y no recibe apoyo de ninguna autoridad, por lo que decidió fiar los rebozos, incluso innovó y ahora vende cubre bocas de rebozo.

  • Ante la falta de dinero y la necesidad de sacar adelante a sus familias, innovaron en la producción de cubre bocas de rebozo.
  • Los cubre bocas nos han ayudado a solventar los gastos de estos días porque no tenemos capital, somos humildes y vamos al día con el trabajo que sacamos.
  • Temen que una vez que pase la contingencia las personas dejarán de comprar cubre bocas y mucho menos adquirirán un rebozo al no ser considerado producto de primera necesidad.

Jesús Zárate Escobar, artesano de rebozo originario de Tenancingo, en el Estado de México, recuerda el primer rebozo que realizó y la alegría que sintió con el pago por su trabajo, sin embargo, ahora no obtiene dinero por hacer lo que más les gusta y asegura que no recibe apoyo de ninguna autoridad por lo que decidió ofrecer los rebozos que elabora fiados o a pagos, incluso innovó y ahora vende cubre bocas de rebozo.

En entrevista para SerNoticias contó que desde pequeño aprendió el arte del rebozo al observar lo que elaboraban sus abuelos, sus padres y tíos, de ellos aprendió lo que actualmente enseña a sus dos hijos, su nuera y dos nietos, quienes dependen de la producción y venta de lo que dijo es “el cobijo del mexicano».

Ante la falta de dinero y la necesidad de sacar adelante a su familia, destacó que innovaron en la producción de cubre bocas de rebozo, mismos que elaboran a partir de un lienzo completo de un rebozo y lo cortan según el tamaño que desean, ya sea para adulto o niño, enseguida colocan una capa de pellón quirúrgico, un resorte en cada orilla y cosen para unir las piezas.

“Los cubre bocas nos han ayudado a solventar los gastos de estos días porque no tenemos capital, no tenemos dinero en el banco, somos humildes y vamos al día con el trabajo que sacamos”.

Precisó que de un lienzo obtienen poco más de 27 cubre bocas, mismos que ofertan a 40 pesos la pieza y los venden principalmente en el centro de Tenancingo, aunque gracias a las redes sociales reciben pedidos de otros municipios del Valle de Toluca.

Además, debido a que no cuentan con una máquina de coser, en esta labor pudieron emplear a una mujer que es costurera y que debido a la contingencia sanitaria resintió sus ingresos, ella se encarga del último paso que es unir las piezas y dar forma al cubre bocas.

No obstante, pese a los esfuerzos que realizan para mantener su actividad y sacar un poco de dinero para la comida del día, dijo que su situación se torna cada vez más complicada pues teme que una vez que pase la contingencia las personas dejarán de comprar cubre bocas y mucho menos adquirirán un rebozo al no ser considerado como un producto de primera necesidad.

“Somos artesanos y la venta de rebozo es la principal, aunque innovemos y hagamos camisas, bolsas u otras cosas no se venden tan fácil, por eso pasando la pandemia creemos que las ventas bajarán aún más”.

Por lo anterior, indicó que él y sus hijos decidieron ofrecer las piezas que elaboran y fiar a los clientes más confiables o bien, aceptar pequeños pagos quincenales para recibir aunque sea un poco de dinero para comer.

“Los más importante es no enfermarse para poder trabajar, la salud es lo más importante, lo demás ya es ganancia”.

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