OpiniónUltimas Noticias

El debate

Por: Enrique Mendoza Velázquez

Como la mayor parte de mi generación, fui formado en la cultura del esfuerzo sistemático y cotidiano; desde muy pequeño asumí tareas no sólo en el ámbito académico, sino familiar ineludibles; tenía claridad que la única herencia tangible que recibiría de mis padres era la educación; instrucción que por cierto, me era brindada incondicional y generosamente por mérito de su sacrificio. Así, al pertenecer a una etapa de errático y veleidoso crecimiento nacional, tuve plena conciencia desde siempre, que la única vía para contribuir a la sociedad, sería desde la trinchera del estudio disciplinado.

Lo que siempre me animó fue el aportar a mi familia mediante un trabajo digno y bien remunerado, lo que implicaba remontar desafíos y obstáculos con reciedumbre. Caminar las calles hasta llegar a la escuela, desde la educación básica hasta la superior fue signo distintivo, acicate para imaginarme un futuro promisorio, si sorteaba los desafíos de escasez en todos sentidos: movilidad, alimentación y recursos didácticos.

Pese a todas esas limitaciones, tuve la certeza que estaba en el camino correcto; no importaba cuan difícil fuera el tránsito, tenía que vencer los obstáculos con la esperanza fundada que el estudio era la fórmula para aspirar a mejores estadíos de desarrollo individual, familiar y colectivo. Mis maestros a quienes recuerdo con veneración y gratitud, fueron forjadores estrictos, nunca condescendieron y menos concedieron ningún atajo, para aprobar una sola materia; desde asistencia, puntualidad, compenetración en la clase, hasta la investigación post-aula.

Sólo subrayo las condiciones mínimas para egresar en todos los niveles educativos:
Primer. Comprensión lectora. No sólo saber leer y comprender, sino crear un pensamiento propio y después crítico de los contenidos, desde los clásicos, hasta los disruptivos y contemporáneos.

Segundo. Redacción coherente. A partir del conocimiento acumulado, recrear en un relato, la perspectiva propia con reglas mínimas de escritura. Traducir en una hoja mi visión y perspectiva de un hecho real o abstracto.

Tercero. Expresión verbal lógica. Aquí la regla infalible ha sido acudir a un esquema mental racional, considerando: tesis, antítesis y síntesis. Traducido en una exposición precisa y concisa, para no ser confuso y difuso. Párate bien para que te vean, habla fuerte para que te escuchen y concluye rápido para que te aplaudan.

Cuarta. Cultura específica y universal. Sin pretender ser un todólogo o intelectual, es imprescindible contar con un bagaje mínimo de cultura general y un énfasis sobre el área formativa que elegimos; una plataforma que nos permita exponer con solvencia; nadie puede hablar de lo que desconoce.

Independiente del cúmulo de información y conocimientos que nos demanda la educación superior o incluso el postgrado, estos elementos reseñados, son básicos para emprender un desarrollo profesional competitivo, acorde con los retos de un mundo cada vez más globalizado. Si bien no son en conjunto, el picaporte al éxito, son instrumentos fundamentales, para un desempeño aceptable.

¿Por qué traigo a colación esta narrativa? Las razones tienen origen en la comparecencia de Delfina Gómez en el debate del pasado jueves 20 de abril, que me representa la contradicción a todo lo aquí expuesto y supone el mentís de un paradigma en el que han sido formadas distintas generaciones, que vemos en la competencia honrada, en el estudio disciplinado, la posibilidad de escalar socialmente, no porque seamos aspiracionistas, sino para evitar la mediocridad del mínimo esfuerzo. Delfina Gómez encarna a través de su narrativa, la ignorancia supina, el extravío que enternece: afirmar que San Felipe del Progreso se ubica en el sur, evidencia esta condición. Fuimos testigos de un pobre lenguaje, de muletillas elementales, de propuestas y lugares comunes, por mérito de una corta visión y falta de recursos para expresarse. No podría ser de otra forma; sobre sus títulos de licenciatura y maestría, pesan serias sospechas de veracidad y legalidad. Ha afirmado que estudió el postgrado para aprender, no para titularse.

Me niego a aceptar que el resentimiento social, que la confrontación encendida desde el púlpito de las mañaneras: Chairos vs Fifís, permitan que personajes de dudosa trayectoria, capitalicen el rencor popular, hasta convocarnos a edificar cínicamente: Una sociedad cada vez más conformista y mediocre.

Mostrar más
Botón volver arriba
Azərbaycanlılar arasında lap populyarları Roulette Survive, Ultimate Texas Hold’Em-dir. şəxsi hesabınıza Ancaq QIWI qaydalarına üçün, vahid günə miqdar davam edə bilər. online pinup online casino Bu, Curacao-nun dəlil edilmiş tənzimləyicisi tərəfindən 2017-ci ildə verilmiş lisenziyanın olması ilə təsdiqlənir. azerbaycan pin up casino Belə ki, rahat şəkildə saytda qeydiyyatdan keçib casinoda bahis etməyə başlaya bilərsiniz. visa mastercard