Sustituir al Air Force One se ha convertido en una pesadilla para EEUU. Qatar quiere arreglarlo con un "palacio volador"
Air Force One. Pocos nombres tienen más fuerza que el del avión presidencial de Estados Unidos. Ha protagonizado películas, es uno de los transportes aéreos oficiales de Estados Unidos (junto al Nightwatch preparado para el ‘fin del mundo’) y es una fortaleza con alas que se ha convertido en un vehículo icónico. Tocaba renovarlo, y a Trump le va a salir «gratis»
¿El motivo? ABC News afirma que el nuevo Air Force One sería un regalo por parte de la familia real de Qatar. Trump no lo desmiente y es un cóctel que ha incendiado la política estadounidense. Incluso a los más afines al presidente.
Tocaba renovación. El Boeing VC-25 es el actual avión presidencial. Lleva en servicio la friolera de 35 años y, aunque los aviones suelen tener una vida útil larga, los costos de mantenimiento empezaban a ser poco rentables. En enero de 2015, la Fuerza Aérea anunció que ya habían elegido sobre qué avión trabajar de cara al nuevo Air Force One: el Boeing 747-8.
Conocido como VC-25B, la Fuerza Aérea organizó con Boeing un acuerdo para comprar dos 747-8 que nunca se entregaron a una aerolínea rusa que había cobrado, y así se ahorraban algo de dinero porque no es sólo comprarlos: también adaptarlos con los equipos y seguridad necesarios y crear un hangar adecuado.

El actual Air Force One
Negativa de Trump. En diciembre de 2016, antes de entrar en la Casa Blanca para su primer mandato, Donald Trump ya mostró su inconformidad con el precio del programa. Boeing está construyendo un nuevo Air Force One 747 para futuros presidentes, pero los costos están fuera de control, más de 4.000 millones de dólares. ¡Cancelen el pedido!, tuiteó el magnate.
El Boeing 747-8 entró en servicio a comienzos de la década pasada y se trataba de una generación modernizada, con mejoras tanto tecnológicas como aerodinámicas que, además, era de los aviones de pasajeros más largos del mundo. Además, es de fabricación estadounidense, por lo que era una opción clara de cara al nuevo avión presidencial. Se estimaba que entraría en servicio en 2024, pero retrasos y otros problemas han prolongado la operación hasta, al menos, 2027.
Y ahí es donde la familia real de Qatar puede cambiar las reglas del juego.
Un “palacio volador” de regalo. Esta semana, Trump comenzará su carrusel de viajes de Estado. Como ya ocurrió en su anterior mandato, Arabia Saudí será su primer destino, seguido de Qatar y Emiratos Árabes. Es una elección lógica debido a los intereses compartidos tanto en economía (invierten miles de millones en compra de armamento estadounidense) como en geopolítica (bases estadounidenses en la región, claves para el domino asiático), pero aparte de esos tratos, Trump puede volver con un nuevo avión presidencial bajo el brazo.
Como leemos en NBC, diferentes fuentes apuntan a que Trump aceptará un lujoso Boeing 747-8 como regalo por parte de la familia real de Qatar. Una de las fuentes consultadas por el medio estadounidense es uno de los funcionarios de la Casa Blanca, quien admitió que es cierto que Qatar ha ofrecido donar un avión al Departamento de Defensa, pero que no es algo que se aceptará durante la visita del presidente.
Desde el departamento de prensa catarí, han sido algo más concretos: «La posible transferencia de una aeronave para uso temporal como Air Force One está siendo considerada actualmente entre el Ministerio de Defensa de Catar y el Departamento de Defensa de EE.UU., pero el asunto sigue siendo revisado por los respectivos departamentos legales, y aún no se ha tomado una decisión.”
Reacciones. Esto es algo que no ha tardado en estallar en la esfera política estadounidense. Representantes demócratas han cargado contra la decisión, pidiendo investigaciones sobre lo que han calificado como una “estafa voladora” o como “el regalo más valioso jamás otorgado a un presidente por un gobierno extranjero”.
Porque estamos hablando de un vehículo de unos 300/400 millones de dólares, y hay quien ha tirado de sarcasmo, como el senador Chuck Schumer. «Nada dice ‘América primero’ como un Air Force One patrocinado por Catar. No es solo un soborno, es influencia extranjera de lujo con espacio extra para las piernas”, comenta en X.
Bernie Sanders ha ido algo más lejos, calificando el movimiento como algo “ridículamente corrupto” y “descaradamente inconstitucional”.
No es soborno. Los críticos aseguran que es algo que deberá ser presentado y aprobado en el congreso, porque es la práctica a seguir que marca la cláusula de emolumentos de la Constitución. Ésta prohíbe que el presidente y otros funcionarios federales acepten regalos de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso, pero el giro es que no sería un regalo a Trump, sino al Departamento de Defensa.
Un exfuncionario del Departamento de Justicia habló con NBC de forma anónima, comentando que el soborno requiere una intención corrupta con el fin de influir en un acto oficial”. Si eso ocurre, el regalo violaría las leyes federales. Karoline Leavitt es la secretaria de prensa de la Casa Blanca y ha afirmado que “cualquier regalo otorgado por un gobierno extranjero siempre se acepta en total cumplimiento con todas las leyes aplicables”, añadiendo que “la Administración del presidente Trump está comprometida con la transparencia total”.
El propio Trump ha comentado lo siguiente en su red social Truth, calificando el 747-8 de Qatar como un Air Force One de transición:
«El hecho de que el Departamento de Defensa reciba un REGALO TOTALMENTE GRATIS de un avión 747 para reemplazar temporalmente al Air Force One de 40 años, en una transacción muy pública y transparente, molesta tanto a los Demócratas Corruptos que insisten en que lo paguemos, A PRECIO DE ORO. ¡Los demócratas son unos perdedores de clase mundial! ¡MAGA!»
Y después del mandato… Mismas declaraciones de Leavitt para ABC News, medio que afirma que abogados de la Casa Blanca consideran que es “legalmente permisible” aceptar la donación del avión debido a la supuesta letra pequeña del acuerdo: el gobierno catarí lo donará al Departamento de Defensa para usarlo como Air Force One, pero antes de que finalice el mandato del presidente en 2029, el avión será donado nuevamente: a su biblioteca presidencial.
De este modo, Trump podrá seguir utilizándolo como avión privado cuando deje el cargo. Claro, esto también es polémico y organismos que luchan por la Responsabilidad y la Ética en Washington han puesto el grito en el cielo afirmando que “es ridículo porque es un regalo para Trump. El gobierno federal es un simple intermediario”. Incluso la activista de extrema derecha Laura Loomer, que afirma que recibiría una bala por Trump, ha criticado esto… a su manera.
“No podemos aceptar un regalo de 400 millones de dólares por parte de jihadistas en traje”.
Pesadilla. Veremos qué ocurre, pero aunque no es oficial, es algo que está generando una cantidad tremenda de ruido. Fuentes policiales han comentado a CNN que un movimiento así es una “pesadilla de seguridad”, ya que la Fuerza Aérea de EEUU tendrá que desmantelarlo en busca de equipos de vigilancia e inspeccionar la nave en busca de cualquier elemento que pueda condicionar su integridad.
Y, más allá de todo esto, el problema realmente no es el avión, sino adaptarlo al uso presidencial. “Requiere mucho trabajo tener comunicaciones cifradas y gestionar las Fuerzas Armadas y el gobierno federal desde cualquier lugar del mundo en cualquier circunstancia”, comentó a CNN el director general de una consultora aeroespacial llamada AeroDynamic Advisory. En declaraciones a AP News, exfuncionarios de defensa afirman que los aviones Air Force One están fuertemente modificados y que el avión qatarí tendrá comunicaciones seguras y elementos clasificados, pero será más limitado que un avión construido para tal propósito.
Por tanto, el avión que planea donar la familia real de Qatar, sí, estará en buen estado, pero las Fuerzas Armadas tendrán que ponerlo patas arriba no sólo para blindarlo y montar sus sistemas de comunicaciones, sino para encontrar cualquier posible brecha en la seguridad. Ahora, sólo queda esperar a ver si esto que tanto revuelo está causando en la esfera política estadounidense se hace oficial y si, finalmente, es una decisión que se somete al Congreso.
Imágenes | Mehmet Mustafa Çelik
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