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SOCIEDAD MORELIANA, EL EJEMPLO A SEGUIR.

El pasado viernes 25 de septiembre, la Fiscalía del Estado de Michoacán informó que el cuerpo de la joven profesionista Jessica González Villaseñor fue hallado sin vida luego de una semana de investigaciones.

Al darse a conocer dicha noticia varias personas salieron inmediatamente a manifestarse en contra de las autoridades, de entre la multitud no sólo destacaban amigas, conocidas o familiares de la víctima, había toda clase de personas sin distinción alguna, olvidándose de ser chairos o fifís, jóvenes, adultos mayores, niños o niñas, hombres o mujeres, simplemente una sociedad que al unísono exigía una sola cosa: justicia.

Sin embargo, hago hincapié en la labor de los jóvenes en este movimiento, que fueron los encargados de dar a conocer una increíble cantidad de información ­­­—sin importar el origen, clase social o nivel de ingresos del presunto culpable—. Ya sea por medio de las redes sociales como de manera presencial se exigía la respuesta inmediata de las autoridades a quienes no les quedó más remedio que ver manifestarse a una generación a la que alguna vez tacharon de incompetentes, de inútiles, de niños que se preocupaban más por su Instagram que por la situación del país.

Es de suma importancia voltear a ver a la sociedad moreliana, porque no es sino mediante de estos movimientos que los cambios sociales llegan, así como lo vio México en el 68 o con los estudiantes desaparecidos, hoy nos toca a nosotros ser la voz de los que ya no están, porque somos una generación que ya no está dispuesta a quedarse callada.

Que todos estos movimientos sigan hasta tener soluciones y no palabras de dientes para afuera, porque como dice la base del pipila: “Aún quedan muchas alhóndigas por incendiar”

Mauricio Abel Ruiz León.

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