AUTOR: Jesús Espinoza.
Apatía, falta de conocimiento o interés se han presentado ya por varios sexenios en nuestras dependencias encargadas del desarrollo económico en la entidad. Mismas que debieran ser canalizadas al Fideicomiso para que el desarrollo de zonas y parques industriales (Fidepar) las aterrice y de paso apoye, asesore o gestione todo lo relacionado con los proyectos de nuevos y modernos parques industriales con los que debe de contar nuestro estado para seguir atrayendo inversiones y generación de nuevos empleos. Esta ausencia, presencia o falta de proyectos de dicho fideicomiso (Fidepar), lo han sabido ocupar muchas empresas desarrolladoras de parques y condominios industriales en el Valle de Toluca y los municipios conurbados a la CDMX. Ya que si bien es cierto que contamos con planes de desarrollo municipal para nuestros 125 municipios y el estatal propio, estos desarrolladores de la infraestructura industrial con la que actualmente contamos y seguiremos contando, son los que marcan la pauta en cada municipalidad para obtener un uso de suelo propio para sus desarrollos. Y en la mayoría de los casos con trabas por parte de los mismos municipios y de nuestro estado, ya que en estos proyectos industriales todo es dolor, lágrimas y el derroche o aportación de grandes recursos económicos para poder hacer realidad sus proyectos en el menor tiempo posible. Estoy plenamente seguro que por “falta de una política de promoción industrial”, en la que de manera muy superficial se señala en nuestro plan estatal de desarrollo, hemos dejado libres a los grandes desarrolladores de espacios industriales ocupar o encargarse de esta labor. Quiero decir para ser más claro en este tema, que cuando hagamos mención más amplia y clara en nuestro propio plan estatal de desarrollo en cuáles serían las zonas más importantes a desarrollar en coordinación y apoyo con sus respectivas municipalidades podríamos ver hacia donde marchan las políticas de planificación en este rubro. Me da mucha pena y tristeza ver cómo son ocupados los cargos públicos a nivel municipal y estatal por personal recomendado o reacomodado que carece de conocimiento y experiencia, haciendo casi imposible hablar de desarrollo económico y mucho menos de una política de promoción industrial para nuestro querido Estado de México ( continuará ).
