CARTA A UN AMOR (UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA AMAR)

Por: Dra. H.C. Diana Marines

Hola, soy yo de nuevo. Sin la esperanza de una respuesta pero, con
la ilusión intacta de que quizá algún día leas lo que siento.

Han pasado tantos días sin ti y sabes, recientemente he recordado
lo que es volver a sonreír, he pensado tanto en ti que eso me llena
de emoción, mas hoy debo confesarte no he querido ni llamarte y
no es por falta de interés, es simplemente que siempre pienso que
puede ser para después y así no volver a llorar…

La gente ha empezado a murmurar, dicen que tú ya no volverás
pero, lo que no saben es que tu naciste libre, que emprendiste un
vuelo para poderte reencontrar, que yo no te detuve no por falta
de amor, era más bien exceso de ilusión por un día verte al nido
regresar. Nadie sabe que en las noches yo te veo y en los días,
contigo en mi mente no paro de hablar, quizá estoy desvariando o
la cabeza por ti empecé a perder pero, es que no me puedo
reponer de la ausencia tan grande que dejaste dentro de mi ser.

Fueron tantas cosas que he empezado a añorar, lo momentos que
vivimos tan felices, las risas que no paraban de sonar y no puedo
comprender como un amor tan grande pueda de pronto así
terminar. No esperaba un ser perfecto en ti, pues sé que yo no lo
soy y hay incluso quien me ha dicho que te debo ya olvidar pero, no
saben que es el hilo rojo el que me mantiene unida a ti y ese no se
puede quebrantar.

Son tus ojos, tu sonrisa, tu aroma los que me hacen suspirar, la
suavidad de tus manos lo que más ansió volver a sentir y en un

beso hacerte saber cuánto llevo dentro de mí pero, seguiré
callando porque esta carta la tendré solo para mí. Quizá nunca más
a tu lado pueda estar y los pedazos de mi corazón yo sola debo
reparar, sin embargo; me quedará por siempre encendida la flama
que aun quema mis sentidos y que al verte incendia mi alma, mi
piel y mi corazón.

Mis alas están aquí, para volar junto a ti y nunca dejaré de
agradecer a Dios por haberme permitido conocerte y aunque tuve
que padecerte, hoy sé que no solo fue un aprendizaje para ti,
también fue un crecimiento muy grande para mí. Y si algún día el
destino nos vuelve a unir, viviré por siempre agradecida con Dios y
con la vida pues de las cenizas pude resurgir.

Mientras tanto amor mío, guardaré estas líneas como un tesoro
muy preciado pues para mí tú siempre serás el hombre anhelado
por mi corazón y sé que quizá algún día ya sea en ésta o en otra
vida, habrá una nueva oportunidad de volver a amarnos, con
mucha más ternura y pasión.

Siempre tuya, siempre mío…