Estado de México

Trabajan pedidos por Uber

Ingrid A. Mañon

 Bajo el sol espera impaciente que su teléfono suene anunciando la entrega de un pedido, pues representa dinero que podrá llevar a sus cuatro hijos, así transcurren los días de contingencia sanitaria para Ana Karen, repartidora de una plataforma de comida.

La joven madre, contó en entrevista que estas últimas dos semanas

 han sido de poco trabajo, pues sólo realiza hasta cuatro entregas por día, cuando normalmente hacía 12 y ello representa la pérdida de 200 pesos que le podrían servir para las necesidades de sus pequeños, pues al día percibe generalmente poco más de 300 pesos.

Sentada en su motoneta justo frente a la Glorieta del Águila ubicada

 en Paseo Colón, en Toluca, Ana Karen era la única mujer de un grupo de 14 repartidores que esperaban realizar la entrega de un pedido. Relató que conoce a pocas mujeres que cómo ella se dedican a esto, pues para muchas es un riesgo salir a la calle, debido a que se enfrentan a groserías y comentarios misóginos, aunado a la inseguridad que impera en el país.

«Vivo en Zinacantepec y me vengo acá al centro porque de aquí salen

 más pedidos porque hay muchos restaurantes con el servicio de Uber y ya me queda todo más cerca».

Explicó que con la contingencia, ella y el resto de los repartidores esperan por más de una hora que salga un pedido, con la expectativa de que sea lejano o pueda ganar entre 30 y 35 pesos, pues es la tarifa máxima que la plataforma les permite percibir.

Aceptó que uno de los beneficios de su trabajo es que en algunos casos los usuarios de la plataforma le dan un extra en la propina, lo que últimamente no ha percibido debido a que como medidas preventivas ante el coronavirus Covid-19, le solicitan dejar la comida en la puerta y retirarse para no tener contacto físico, además, la mayoría paga con tarjeta directo en la aplicación y en ese pago no siempre dejan propina extra, indicó.

Preocupada por su salud y la de sus cuatro hijos, explicó que usa un cubrebocas diario, carga con gel antibacterial y un sanitizante que ella misma elaboró en casa. Antes y después de recibir la comida en los establecimientos usa el gel antibacterial, lo mismo al entregar en el hogar de las personas, mientras que el sanitizante casero lo utiliza para limpiar su motoneta y celular después de cada entrega.

Explicó que al llegar a su hogar después de todo un día manejando

 por la ciudad, lava su ropa por separado y de inmediato, cambia sus zapatos y toma una ducha, tal como -dijo- lo vio en internet, finalmente da de cenar a sus hijos y espera tener más entregar el siguiente día, pues los cien pesos que gana al día últimamente apenas son para la comida de un día.

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