Ecatepec

Ecatepec: discurso oficial de seguridad contrasta con la realidad que documentan investigaciones periodísticas

El municipio más poblado del país sigue encabezando las percepciones de inseguridad en el Estado de México y a nivel nacional.

Staff

Ecatepec, Estado de México, 16 de diciembre de 2025. Pese a que el gobierno municipal encabezado por la alcaldesa Azucena Cisneros Coss difundió un comunicado en el que asegura que Ecatepec vive “un año histórico en seguridad”, con una supuesta reducción del 40 por ciento en delitos de alto impacto, diversos trabajos periodísticos, reportes ciudadanos y diagnósticos independientes advierten que la realidad en el municipio más poblado del país dista de estar bajo control.

Ecatepec continúa siendo señalado de manera recurrente como el municipio con mayores problemas de inseguridad en el Estado de México y uno de los más peligrosos del país, una condición que no se ha revertido pese a los anuncios oficiales y que sigue afectando de manera cotidiana a sus habitantes.

De acuerdo con el comunicado difundido por el Ayuntamiento, en menos de un año se logró reducir 39 por ciento el robo de vehículo, 36 por ciento el homicidio doloso y el robo a casa habitación, así como 31 por ciento las denuncias por extorsión. La presidenta municipal sostuvo que estos resultados son “claros y verificables” y resultado de una estrategia basada en proximidad social, prevención del delito y coordinación interinstitucional.

Sin embargo, investigaciones periodísticas recientes y testimonios vecinales documentan que colonias enteras continúan padeciendo robos, asaltos al transporte público, extorsiones y violencia cotidiana, con zonas donde la presencia policial es insuficiente o reactiva. Para amplios sectores de la población, la percepción de inseguridad no sólo no ha disminuido, sino que se mantiene como una de las principales preocupaciones.

Especialistas en temas de seguridad y reportajes de investigación coinciden en que Ecatepec arrastra problemas estructurales: alta densidad poblacional, desigualdad social, presencia de grupos delictivos y una limitada capacidad institucional para garantizar seguridad en todo el territorio. Estos factores han colocado históricamente al municipio en los primeros lugares de incidencia delictiva y percepción de inseguridad.

Aunque el gobierno municipal presume la implementación de miles de dispositivos de seguridad, mesas de paz y redes vecinales, los resultados anunciados no se reflejan de manera homogénea en el territorio, donde persisten zonas sin control efectivo y con altos niveles de violencia.

Uno de los puntos destacados por la autoridad municipal es la disminución en el número de carpetas de investigación iniciadas ante la Fiscalía. No obstante, analistas y organizaciones civiles advierten que la baja en denuncias también puede estar relacionada con la desconfianza ciudadana en las instituciones, el miedo a represalias o la percepción de impunidad, factores ampliamente documentados en Ecatepec.

En este contexto, presentar la reducción de denuncias como sinónimo automático de mejora en seguridad resulta, cuando menos, cuestionable.

Si bien el gobierno local insiste en que hay avances y coordinación con fuerzas federales y estatales, la evidencia periodística y la experiencia diaria de miles de habitantes muestran que Ecatepec sigue siendo un territorio donde la inseguridad marca la vida cotidiana.

Más allá de los comunicados oficiales, el reto para la administración de Azucena Cisneros no está en sostener un discurso triunfalista, sino en demostrar con hechos sostenidos y verificables que la violencia y la delincuencia realmente están siendo contenidas en el municipio más poblado y uno de los más inseguros del país.

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