Semana Anticorrupción 2025: Un Gobierno que Habla de Integridad, pero Calla Frente a la Corrupción Interna

En casa del herrero, azadón de palo.
FIRR
El Gobierno del Estado de México arrancó la Semana Anticorrupción 2025 con discursos, talleres, paneles y actividades simbólicas, pero sin mostrar avances reales en investigaciones, sanciones o resultados concretos contra prácticas irregulares dentro de la propia administración estatal y de la llamada Cuarta Transformación.
Mientras se pregona honestidad en foros públicos, la realidad contrasta con expedientes detenidos, señalamientos sin seguimiento y una evidente falta de voluntad para indagar a fondo los casos de corrupción que involucran a actores de Morena y aliados de la 4T.
La frase popular “en casa del herrero, azadón de palo” vuelve a tomar fuerza: se exige transparencia hacia fuera, pero no se limpia hacia dentro.
Durante la inauguración, la gobernadora Delfina Gómez y la Secretaría de la Contraloría estatal insistieron en que la corrupción “debilita a las instituciones democráticas”. Sin embargo, esos mismos principios no se han aplicado para auditar, esclarecer o sancionar las irregularidades heredadas y otras generadas en el actual gobierno vinculadas a contratos opacos, programas asistenciales con manejo discrecional, anomalías en organismos municipales y presuntos actos de abuso de autoridad.
El contraste es evidente: se organizan paneles de reflexión y actividades didácticas para niñas y niños, pero los ciudadanos siguen sin respuestas sobre adjudicaciones directas, sobrecostos, fallas de supervisión y redes de favoritismo que han sido señaladas públicamente sin que se inicie una revisión seria.
La Semana Anticorrupción promueve la “denuncia responsable”, pero los ciudadanos perciben que denunciar a funcionarios de ventanilla es posible… denunciar a operadores políticos, no.
En municipios gobernados por Morena, los informes de irregularidades en obras, contratos o servicios públicos se diluyen entre trámites interminables, respuestas evasivas o silencios administrativos. La Contraloría estatal habla de profesionalización, integridad y participación ciudadana, pero no informa sobre auditorías específicas ni sobre resultados que demuestran mano firme contra la corrupción dentro del propio movimiento gobernante.
La administración mexiquense pide confianza, pero la confianza no se decreta: se construye con resultados.
La presencia de autoridades educativas, magistrados y representantes legislativos dio solemnidad al evento; sin embargo, más allá del protocolo, persiste la misma duda de siempre:
¿Por qué el gobierno estatal evita investigar a actores de la 4T cuando surgen señalamientos serios?
Mientras alumnas y alumnos de primaria participan en talleres de honestidad, los expedientes de corrupción más relevantes del estado siguen sin resolverse. La educación en valores es necesaria, pero resulta contradictoria cuando la propia administración elude revisar sus propias fallas.
El reto no es inaugurar semanas, sino romper el círculo de impunidad, el Eje 1 del Plan Estatal de Desarrollo apuesta por “cero corrupción”, pero al corte de 2025, el gobierno mexiquense no ha mostrado acciones ejemplares contra casos internos, ni informes claros que demuestran que la 4T no está dispuesta a investigarse a sí misma.
Pueden celebrarse foros, firmar cartas compromiso y repetirse discursos sobre integridad, pero, mientras las instituciones no revisen sus propios actos, el mensaje seguirá incompleto.
La ciudadanía no pide ceremonias: pide coherencia. Y la verdadera lucha anticorrupción empieza por casa.












