POR: EL HUSMEADOR (el cronista implacable de los enredos palaciegos)

¡ALERTA ROJA EN MORENA: ¡EL HEREDERO DE AMLO SUENA LA CAMPANA DEL DESASTRE SOCIAL Y HUELE A DERROTA EN 2027!
En las entrañas de la Cuarta Transformación, donde los aplausos obligatorios y los discursos interminables solían disfrazar las grietas, ha estallado una bomba de tiempo que nadie vio venir. Andy López Beltrán, el hijo pródigo del tabernario expresidente Andrés Manuel López Obrador y flamante secretario de Organización de Morena, ha salido a la luz en su gira nacional con un lamento que huele a pánico puro: los programas sociales, ese santo grial que supuestamente blindaba el control territorial del partido guinda, se han estancado. ¡Sí, como lo oyen! El flujo de dinero directo a los bolsillos de los votantes fieles —o comprados, según se mire— se ha congelado, los padrones no crecen y las delegaciones de Bienestar parecen más un club de aspirantes electorales que una máquina de caridad revolucionaria. ¿El resultado? Un Morena tambaleante, expuesto a perder su dominio en regiones clave justo cuando las intermedias de 2027 asoman como un abismo. Pero vayamos al grano, porque esto no es un chisme de pasillo presidencial, sino un escándalo que rebasa las paredes de Palacio y se desparrama por la web y las redes como aceite hirviendo. Fuentes internas, esas que susurran al oído de periodistas hartos de la opacidad de la 4T, revelan que Andy ha arremetido contra Ariadna Montiel, la jefa de Bienestar, exigiendo una purga en las delegaciones estatales. ¿Por qué? Porque, según él, los delegados están más ocupados lamiendo botas para candidaturas futuras que repartiendo los billetitos que mantienen a raya a la base. «Esto debilita nuestra influencia en sectores clave», clama el heredero, como si de repente hubiera descubierto que su imperio de favores se desmorona por inercia. ¡Qué ironía! El mismo Andy, que ha sido pillado en ausencias estelares —recuerden su «extenuante» escapada a Tokio con facturas de 178 mil pesos en spas y minibares, mientras Morena definía su futuro en consejos nacionales vacíos — ahora predica la urgencia operativa. ¿Dónde estaba él cuando el barco hacía agua? Busquemos en la red de redes y la telaraña digital, donde la verdad no se edita con mañaneras. En X (antes Twitter, para los nostálgicos), el nombre de Andy es un imán para el escarnio: posts lo tildan de «gallo sin espolones», un operador que heredó el apellido, pero no el carisma, y cuya sombra del huachicol fiscal —ese cáncer que brotó en el sexenio de papi— lo persigue como un mal sueño. Usuarios como @Maraca2 lo acusan de soberbia dinástica, mientras @ElenaChávez pinta un circo de aspirantes mendigando candidaturas a sus pies, jurando lealtad ciega y prometiendo cash de campaña porque «del partido no recibirán un sólo centavo». ¿Y la web? Portales como La Política Online confirman la alerta: Andy advierte que los destinatarios de apoyos se han estancado, exigiendo cambios drásticos para no perder el terreno ganado a pulso (o a billetazo). Infobae y El Universal destapan ausencias sospechosas en eventos clave, justificadas con «temas personales» que huelen a vacaciones VIP mientras el partido se desangra. Hasta Luisa María Alcalde, la presidenta de Morena, ha tenido que salir a regañarle públicamente: «Debemos actuar con el ejemplo», le espetó, en un guiño a la austeridad que Andy pisotea con sandalias de lujo.
¿y con razón? Esta «preocupación» de Andy no es filantropía; es autodefensa pura. Morena construyó su feudo sobre la entrega directa de apoyos, un clientelismo disfrazado de justicia social que ha mantenido a millones en la cuerda floja de la dependencia. Pero ahora, con presupuestos exprimidos por megaobras infladas y deudas que duplicaron en siete años lo acumulado en setenta, el chorro se seca. ¿Culpa de los delegados ambiciosos? Claro, pero ¿y de un liderazgo que prioriza selfies en giras sobre la ejecución real? En X, voces como @RALUGAZ lo clavan: el grueso del presupuesto se va en «regalar dinero sin retorno», dejando migajas para salud y seguridad.
Y en la elección judicial de junio, donde Andy coordinó, Morena cayó en Durango al tercer lugar, pese a usar programas como arietes electorales. ¡Ni con el apellido López pudieron! Lo más punzante: este estancamiento no es un tropiezo, es el síntoma de un modelo podrido. La 4T prometió erradicar la pobreza, pero México sigue con 30% de la población en la miseria, sin derechos básicos ni crecimiento real. Andy exige «cambios» para rescatar el control territorial, pero ¿quién rescata a los mexicanos de esta ruleta rusa de favores? En redes, el veredicto es lapidario: posts como el de @Melissa_Bely lo llaman «el huevón del Bienestar», un regresón que reaparece solo cuando el barco se hunde. Y @BrujoAnti lo remata: Morena dice una cosa y hace la contraria, prometiendo cambio en 2027 para tapar el desastre actual.
En fin, queridos lectores, esta gira de Andy no es de redención, sino de auxilio desesperado. Si el heredero ya huele a derrota, ¿qué nos espera a los mortales? Morena, despierta: el estancamiento no es solo de padrones, es de credibilidad. Y sin eso, ni los billetitos salvan al guinda de su propio naufragio.
¿Seguiremos aplaudiendo el circo, o exigiremos un gobierno que no viva de migajas y mentiras?
El 2027 acecha, y el reloj de la 4T tic-tac con saña.












