50 libros imprescindibles para zambullirse en la literatura española: de la Edad de Oro a los autores más recientes

Desde los cantares medievales hasta las novelas contemporáneas que experimentan con la lengua y con las temáticas que se pueden reflejar en una página, la escritura española ha dejado una huella profunda en la historia de la literatura. Vamos a revisar los grandes hitos de nuestras letras, de los clásicos indiscutibles a nuestros autores más recientes. Y sobra decir que esta selección es necesariamente incompleta y que podría fácilmente multiplicarse hasta el infinito. 

Es solo un modesto repaso por libros de todos los géneros, que hemos dividido en categorías para que nadie se atragante con tanta prosa inmortal (y a muchos de ellos puedes acceder mediante audiolibros). Estos son los mejores libros españoles de la historia.

Clásicos de la Edad de Oro

‘La Celestina’ (1499) – Fernando de Rojas

Obra capital que marca la transición entre la Edad Media y el Renacimiento en la literatura española, y que destaca, más de cinco siglos después de su publicación, por su crudo realismo crítico y su profunda reflexión sobre la naturaleza humana y la sociedad de su tiempo. A través de la figura de la alcahueta Celestina y la pasión desmedida del joven Calisto por Melibea, la obra expone una sociedad decadente, marcada por la corrupción moral, la hipocresía y el egoísmo gracias a su lenguaje dinámico y verosímil, con diálogos durísimos y que reflejan a la perfección la diversidad social de la época.

‘El Lazarillo de Tormes’ (1554) – Anónimo

Clásico total de la novela picaresca, fundacional en muchos sentidos. El principal, que el héroe no es un caballero al servicio del poder, sino un antihéroe que debe sobrevivir mediante la astucia en un mundo marcado por el hambre, la hipocresía y la corrupción: la España del siglo XVI, retratada con despiadado ojo crítico. Narrada en primera persona como una autobiografía, la obra expone la lucha constante del protagonista contra la miseria y los abusos, especialmente los del clero y la nobleza empobrecida que mantiene las apariencias. La novela desmonta la idealización del honor y la limpieza de sangre, revelando un sistema social cerrado y desigual donde hay que prescindir de la moral para sobrevivir. 

‘La vida del Buscón’ (1603) – Francisco de Quevedo

Otro clásico de nuestra literatura picaresca, y de nuevo una crítica feroz y satírica de la sociedad española del Siglo de Oro. A través de las peripecias de Pablos, un joven de origen humilde que lucha por ascender socialmente, Quevedo expone la hipocresía, la corrupción y los vicios de distintas clases sociales, desde la nobleza hasta el clero, pasando por los pícaros y los marginados. Como es obligatorio en Quevedo, la obra destaca por su lenguaje ingenioso, lleno de juegos de palabras y dobles sentidos. Pablos encarna la lucha constante entre el deseo de superar su condición y la imposibilidad de escapar a su destino, marcado por el nacimiento y las circunstancias.

‘Don Quijote de la Mancha’ (1605, 1615) – Miguel de Cervantes

La cima absoluta de las letras españolas es un libro modernísimo gracias a su combinación implacable de humor satírico, chanzas costumbristas, tragedia y juegos narrativos de todo tipo, con el objetivo de brindarnos una crítica social de la España del siglo XVI. A través de la figura del hidalgo Alonso Quijano, que se convierte en caballero andante, en un delirio ilusorio debido a la lectura compulsiva, Cervantes explora la delgada línea entre locura y cordura, entre realidad e ilusión. Subvierte con ello el idealismo de las novelas de caballería para revelar la hipocresía, desigualdad y decadencia de su tiempo. Y todo aderezado con innovaciones narrativas nunca vistas antes. 

‘Soledades’ (1613) – Luis de Góngora

La culminación del culteranismo barroco es este extenso y complejo poema cuyo tema principal es la idealización de la naturaleza, pero que ostenta como gran valor el elaborado uso de metáforas, cultismos e hipérbatos. La obra está inacabada pero destaca por su musicalidad y dificultad expresiva, tras la que se esconde una profunda reflexión sobre la fugacidad del tiempo, la ilusión de la vida (simbolizada como un sueño, tema recurrente de la Edad de Oro) y la crítica social, centrada sobre todo en la corrupción de la Corte. Un libro difícil y complejo pero que recompensa enormemente a quienes consiguen desentrañar sus significados.

‘El burlador de Sevilla y convidado de piedra’ (1616) – Tirso de Molina

Obra clave del teatro del Siglo de Oro que consolida el mito de Don Juan como símbolo de la rebeldía humana frente al orden social y divino, y que en muchos sentidos es superior a la famosa obra original de Don Juan Tenorio. El personajeencarna el arquetipo del seductor irresponsable y desafiante, que burla las normas morales y sociales en una vida marcada por el engaño, la arrogancia y la ausencia de remordimiento. Puro barroco eso de que la estructura de la obra y su combinación de comedia y tragedia sean un reflejo de la complejidad existencial del ser humano. Teatro zaramelo y hondo del bueno. 

‘La vida es sueño’ (1635) – Calderón de la Barca

Otra obra cumbre del teatro barroco, cuyos ecos llegan hasta hoy pese a ser una profunda disquisición sobre los dilemas filosóficos del libre albedrío, y también sobre la matrix, la naturaleza ilusoria de la existencia humana. Segismundo, prisionero desde su nacimiento debido a una profecía, reflexiona sobre la textura misma de lo real en una obra simbólica y poética, ya que el protagonista, después de ser liberado y alcanzar el poder, acabará concluyendo que, sueño o no, lo que importa en la vida es el aprendizaje y la virtud. 

‘Fuenteovejuna’ (1612-1614) – Lope de Vega

Una de las obras de teatro más emblemáticas del Siglo de Oro, si no la que más, que articula una profunda crítica al abuso de poder y celebra la fuerza colectiva del pueblo oprimido. Basada en un hecho histórico, la tragedia relata cómo el Comendador de Fuenteovejuna, Fernán Gómez, comete actos de tiranía y abusos, lo que provoca la unión solidaria de los aldeanos para vengar esos atropellos. Es un drama poético que expresa el anhelo de justicia y dignidad de una comunidad y también, paradójicamente, una defensa de la monarquía absolutista al mostrar la intervención del rey para restaurar el orden. Eran otros tiempos. En cualquier caso, su mensaje sobre la legitimidad de la justicia social conserva una vigencia absoluta y universal.

Mejores libros románticos

‘El estudiante de Salamanca’ (1840) – José de Espronceda

Espronceda es, junto a Becquer y José Cadalso, el gran representante del romanticismo español. A su leghendaria Canción del pirata que hemos viusto recitada en distintas versiones y contextos millones de veces se suma esta nueva versión del mito de Don Juan, pero añadiéndole elementos completamente novedosos. Se trata de un poema narrativo que cuenta la historia de un joven noble seductor y temerario. Un ambiente sombrío y sobrenatural se adueña de la obra en un relato que combina misterio, pasión y muerte, y que refleja a la perfección el espíritu oscuro del Romanticismo.

‘Don Juan Tenorio’ (1844) – José Zorrilla

Junto con el mencionado ‘El convidado de piedra’, la otra aparición clásica del mito de Don Juan Tenorio, pero aquí reforzando, como corresponde al Romanticismo, la parte espectral y de ultratumba. La obra se ambienta en la Sevilla del siglo XVI y está construida en dos partes, que alternan momentos cómicos y dramáticos con elementos sobrenaturales y religiosos. Don Juan, el protagonista, es un joven libertino arrogante que desafía leyes divinas y humanas, pero experimenta una transformación espiritual profunda gracias al amor puro de doña Inés. Una estupenda reflexión sobre el libre albedrío, el honor y la salvación final, bañada en atmósfera gótica.

‘Leyendas’ (1858-1865) – Gustavo Adolfo Bécquer

Una colección de narraciones breves que fusionan lo real con lo imaginario y que reflejan a la perfección la esencia del Romanticismo tardío. Cada relato gira en torno a la pasión, el amor imposible y la tragedia, donde los personajes suelen ser jóvenes enamorados imprudentes o pobres tipos que se ven envueltos en lo ominoso y lo terrorífico. Un elemento común en muchas de ellas es la irrupción de lo fantástico o lo sobrenatural en lo cotidiano, creando atmósferas de misterio y magia. La ambientación, eminentemente nocturna, intensifica un tono oscuro y melancólico que dejó una huella permanente en la literatura española romántica.​

Mejores libros sobre la Guerra Civil

‘La forja de un rebelde’ (1940-1945)- Arturo Barea

Autobiografía novelada en tres volúmenes, considerada una de las obras cumbre sobre la Guerra Civil Española y la posguerra. La obra retrata de manera realista la vida de un joven trabajador que se convierte en periodista comprometido, en el convulso escenario político e histórico de la primera mitad del siglo XX en España. El testimonio personal se entrelaza con un análisis crítico de la sociedad de la época, marcada por la desigualdad, la injusticia y la guerra. Barea combina un estilo narrativo sencillo pero poderoso, que humaniza la historia a través de experiencias cotidianas y emociones profundas. Su influencia fue amplísima y quedó como documento histórico y literario imprescindible para entender el siglo XX español.

‘Requiem por un campesino español’ (1954) – Ramón J. Sender

Novela breve que ofrece un retrato humano y crítico de la Guerra Civil Española desde la perspectiva rural y social. A través del recuerdo del cura del pueblo conoceremos la historia de un campesino humilde que simboliza la lucha por la justicia social y la dignidad en medio de la represión franquista. Sender utiliza un estilo sencillo y emotivo para destacar la brutalidad del conflicto y la polarización extrema entre vecinos, exacerbada por ideologías enfrentadas. La obra denuncia la injusticia, el fanatismo y la violencia política que fracturaron a España, mostrando cómo la guerra destruye no solo vidas sino también el tejido social y humano de las comunidades. 

‘Señas de identidad’ (1966) – Juan Goytisolo

Pilar fundamental de la Trilogía del Exilio de su autor, y una auténtica exhibición de experimentación formal gracias a su uso del monólogo interior y la estructura fragmentaria. La novela narra el regreso a España de Álvaro Mendiola tras años de exilio en Francia, y articula su relato a través de saltos temporales, recuerdos, fragmentos de diarios y cartas, así como referencias de todo tipo. Este montaje no lineal reproduce el proceso de búsqueda de una identidad en una España marcada por la represión franquista, la memoria de la guerra civil y el desencanto ante la modernización. Y aunque el tema cardinal es la crisis de identidad del exiliado, el trasfondo es la huella traumática que dejó la guerra en una generación de españoles, los que se quedaron y los que se fueron.

‘Si te dicen que caí’ (1973) – Juan Marsé

Pocos autores han descrito la Barcelona de posguerra como Marsé. Esta obra ofrece un relato crudo y poético de la infancia en los barrios bajos, marcada por la pobreza, la violencia y el desarraigo social, presentando un retrato vívido de la realidad franquista. Con una prosa evocadora y llena de detalles, crea un ambiente casi cinematográfico a través de una estructura fragmentada. Además, toma prestados recursos del realismo mágico y el simbolismo, lo que aporta una dimensión poética inesperada a una novela muy cruda.​

‘Soldados de Salamina’ (2001) – Javier Cercas

Una novela híbrida que mezcla elementos de ensayo, autobiografía y ficción para abordar la Guerra Civil desde una perspectiva innovadora y reflexiva. La trama gira en torno a la tentativa de asesinato del escritor y republicano Rafael Sánchez Mazas, uno de los miembros de la Falange, que se convierte en símbolo de la memoria histórica fragmentada y las múltiples verdades que rodean el conflicto. Cercas explora la complejidad y los dilemas de la memoria colectiva y la narración histórica, cuestionando la objetividad y mostrando cómo el pasado es reconstruido subjetivamente a través de relatos personales. Es decir, una reflexión profunda y directa sobre la historia, los héroes y los antihéroes.

‘Los girasoles ciegos’ (2004) – Alberto Méndez

Una de las obras recientes esenciales sobre la Guerra Civil y sus consecuencias, desarrollada en cuatro relatos independientes. Su tema primordial es la reivindicación de la memoria histórica y en sus páginas se retrata a personajes anónimos, víctimas de la brutalidad política y la censura, que luchan por sobrevivir en un clima de represión y miedo. Dramático pero sin excesos, Méndez consigue que intimemos con las terribles vidas de sus personajes con una prosa sencilla y que invita a reflexionar. 

‘Episodios de una guerra interminable'(2010-2020) – Almudena Grandes

Serie de novelas de Almudena Grandes (‘Inés y la alegría’, ‘El lector de Julio Verne’, ‘Las tres bodas de Manolita’, ‘Los pacientes del doctor García’ -Premio Nacional de Narrativa 2018- y ‘La madre de Frankenstein’) que ofrece un retrato profundo y humano de la resistencia antifranquista y las consecuencias duraderas de la Guerra Civil Española y la dictadura franquista. Una obra colosal que mezcla la memoria histórica con la narrativa íntima, explorando cómo los grandes eventos políticos afectan las vidas personales de manera compleja y diversa. Con personajes distintos en cada novela, Grandes puede plantear una visión rica del periodo, desde guerrilleros y mujeres presas hasta artistas y exiliados. Una obra clave para entender las secuelas de la guerra y la lucha por la justicia.

‘Carcoma’ (2021) – Layla Martínez

Una pieza de terror opresivo, profundamente combativo tal y como lo es su autora, pero disfrazado de una historia breve de miedo que maneja espléndidamente los resirtes del género: a través de la historia de una abuela y su nieta que habitan una casa vieja y cargada de sombras, la obra aborda temas como la violencia patriarcal y las divisiones de clase, y todo bañado en monstruos, humor negro, simbolismo de alto voltaje y unos cuantos sustos. El libro reciente que no sabíamos que necesitábamos. Y mucho menos que fuera sobre la posguerra.

‘La península de las casas vacías’ (2024) – David Uclés

Densa y ambiciosa, esta novela de Uclés está siendo una de las más leidas y aclamadas por la crítica de los últimos años. Su enfoque coral permite explorar a fondo el conflicto de la Guerra Civil desde una perspectiva múltiple, introduciendo incluso hasta elementos de realismo mágico. Centrándose en la familia Ardolento y el pueblo ficticio de Jándula, muestra cómo la guerra fractura desde los tejidos sociales a las relaciones personales, evitando caer en simplificaciones y partidismos.

Mejores novelas españolas de todos los tiempos

‘Fortunata y Jacinta’ (1887) – Benito Pérez Galdós

Una de las novelas más emblemáticas del Realismo español y la obra maestra indiscutible de Galdós (habrá quien prefiera los ‘Episodios Nacionales’, pero esto es canela fina). Ambientada en el Madrid de finales del siglo XIX, la novela explora de manera profunda las complejidades sociales, morales y afectivas de la época a través de la vida entrelazada de dos mujeres muy diferentes: Fortunata, una mujer vulgar y apasionada de clase baja, y Jacinta, una burguesa respetable y reservada. La novela destaca por su detallada caracterización psicológica, con personajes complejos y contradictorios. Además, es una gran reflexión sobre la condición femenina en una sociedad conservadora y patriarcal.

‘Luces de bohemia’ (1924) – Ramón del Valle-Inclán

No una novela, sino una obra de teatro, pero clave para entender la ficción española del siglo XX, ya que inaugura un género canónicamente español: el esperpento, que crítica con mirada feroz la realidad social y política del momento. Seguiremos las las últimas horas de la vida de Max Estrella, un poeta ciego y marginal que se ve sumergido en un mundo deforme y exagerado donde lo sublime y lo ridículo. El lenguaje mezcla lo poético con registros populares y vulgares, acentuando el contraste entre la bohemia artística y lo cotidiano, en una obra pesimista y fundacional.​

‘La casa de Bernarda Alba’ (1936) – Federico García Lorca

Escrita en 1936, aunque no se pudo estrenar hasta muchos años después, esta cima de la obra de Lorca retrata una España oscura, llena de dolor y opresión, que cuajaría en el enfrentamiento que dividió al país y en el manto de oscuridad que lo cubrió durante cuatro décadas, centrándose en las mujeres de la España rural. A través del encierro impuesto por Bernarda Alba sobre sus hijas, Lorca denuncia la tiranía del patriarcado y la preocupación enfermiza por la apariencia social, donde el “qué dirán” vale más que la felicidad individual. Simbólica y asfixiante, sus diversos personajes encarnan distintas formas de resistencia y sometimiento, mostrando cómo el deseo y la vitalidad quedan ahogados por el miedo.​

‘La familia de Pascual Duarte’ (1942) – Camilo José Cela

Obra fundamental en la narrativa española de posguerra y pieza fundamental del género tremendista, caracterizado por el realismo sin cortapisas y el acento en lo opresivo, lo grotesco y lo brutal, bebiendo del esperpento pero sumergiéndolo en nuestra tradición de novela realista. Un campesino extremeño condenado a muerte rememora desde la cárcel  los episodios más significativos de una vida marcada por la violencia, la fatalidad y la miseria. Una visión oscura del entorno rural, pesimista en su retrato de la condición humana y de la sociedad española, rabiosa, atrasada y endurecida por la miseria y la falta de oportunidades. 

‘Nada’ (1945) – Carmen Laforet

Novela esencial sobre la posguerra española que conjuga elementos del existencialismo y el tremendismo para retratar la angustia, la opresión y la búsqueda de identidad de una joven en una Barcelona marcada por la desolación moral y social. La obra contrapone el anhelo de libertad y felicidad de la protagonista con la atmósfera sofocante y enfermiza de la casa familiar y la sociedad franquista, en la que la represión, la violencia contenida y la precariedad económica son constantes. Uuna voz femenina auténtica destaca en un retrato muy crudo de la realidad.

‘Entre visillos’ (1958) – Carmen Martín Gaite

La obra más emblemática de Carmen Martín Gaite y una novela clave para entender la realidad social y cultural de la España de los años cincuenta. Galardonada con el Premio Nadal, ofrece una mirada crítica y sutil sobre la vida cotidiana y las limitaciones sociales en una ciudad provinciana, especialmente desde la perspectiva femenina. Atrapadas en un ambiente asfixiante y conformista, las jóvenes sueñan con una realidad diferente mientras se enfrentan a las restricciones de una sociedad patriarcal y conservadora. Tras todo ello subyace, por supuesto, una crítica velada a la España franquista y sus valores impuestos.

‘La verdad sobre el caso Savolta’ (1975) – Eduardo Mendoza

Una novela fundamental de los setenta, clave por su compleja estructura y su profundo análisis crítico de la sociedad barcelonesa de principios del siglo XX. Aún hoy asombra por sus múltiples voces y perspectivas (abarcando desde medios de comunicación a recuerdos poco fiables) y que retratan el turbulento escenario político y social de Barcelona entre 1917 y 1919, marcado por las luchas obreras, el anarquismo, la corrupción empresarial y las maniobras políticas. Esta mezcolanza también afecta a los géneros de la novela, que salta del policiaco al melodrama o la crónica social. Y como guinda, un especial sentido del humor irónico que se desplegaría en otras obras de Mendoza más abiertamente cómicas como ‘Sin noticias de Gurb’. 

‘Los santos inocentes’ (1981) – Miguel Delibes

Perfecta representación de la prosa de su legendario autor, sencilla pero profunda, de una gran hondura en la plasmación de personajes complejos y tridimensionales en el papel, y que aún sigue cautivando. Esta es una de sus obras más conocidas por su crítica social sin estridencias, con la que retrata la vida de una familia campesina extremeña en la España rural de finales del franquismo, mostrando las desigualdades y la opresión a la que se ven abocadas las clases más desfavorecidas. En condiciones de semi-esclavitud bajo la autoridad de un terrateniente, esta familia son los rescoldos de los años de dictadura, y Delibes apunta con su novela a las clases que pocas veces habían sido objeto de tanta compasión.​

‘Galíndez’ (1990) – Manuel Vázquez Montalbán

Una mezcla, tan exquisita como era habitual en el autor, de novela negra y denuncia social. La excusa argumental es la investigación ficticia sobre la desaparición del diplomático vasco Jesús de Galíndez en la República Dominicana durante la dictadura de Rafael Trujillo, hecho real con el que el autor explora temas como el poder o la memoria histórica. Vázquez Montalbán apunta en dirección a los regímenes totalitarios y sus cómplices, así como el calado imperdonable de los crímenes políticos.

‘Corazón tan blanco’ (1992) – Javier Marías

Escogida por El País como la mejor novela española de los últimos 50 años, y aclamada unánimemente por la crítica, la novela destaca por su tono introspectivo, con abundancia de flujo de pensamiento, mediante el que el narrador desgrana un complejo entramado de secretos y silencios familiares que giran en torno a la muerte misteriosa de la primera esposa del protagonista y a acontecimientos desconocidos de la vida de sus padres. La prosa densa de Marías profundiza en los dilemas éticos y morales de los personajes y traza el gran tema de la novela: cómo los secretos colectivos marcan la vida de las personas.

‘Bartleby y compañía’ (2000) – Enrique Vila-Matas

Trotón batiburrillo de ensayo, ficción y crítica literaria en un texto híbrido que se estructura como un diario en el que el autor reflexiona sobre la figura del escritor, el acto de escribir y la literatura como espacio de resistencia. Lo hace a través del símbolo de Bartleby, el personaje de Melville que elige negarse a participar en la lógica productiva. Vila-Matas examina así la idea del escritor que se resiste a la creación convencional y al mercado, abocándose sin remedio al fracaso. Matas reivindica la literatura como un lugar de subversión, todo con gran humor, lucidez y animo reconstructor.

‘Lo real’ (2001) – Belén Gopegui

Gopegui es una de las autoras más relevantes de los últimos treinta años en España, y su obra está llena de volúmenes imprescindibles, como ‘La escala de los mapas’, ‘Deseo de ser punk’ o ‘El comité de la noche’, donde hibrida géneros y propuestas, pero siempre con el ojo puesto en la sociedad y su evolución. Nos quedamos que este análisis crítico de la manipulación mediática y a la percepción de la realidad, a partir de la historia de una joven periodista que se enfrenta al dilema ético de informar con veracidad en un contexto dominado por intereses de todo tipo.

‘El día del Watusi’ (2002) – Francisco Casavella

Otra pieza inclasificable, publicada originariamente en tres partes y cuyo conjunto rebasa las mil páginas. Con el paso de más de dos décadas se ha convertido en una obra de culto para toda una generación de lectores y escritores españoles, debido a su combinación de humor, sátira y juego metaliterario, que siguen brindando pistas ocultas y nuevos enigmas a los lectores. Con elementos de thriller, pero sin serlo, la novela es sobre todo un retrato de una época de cambios en la sociedad española, vertebrada a lo largo de distintas épocas y con innumerables personajes, pero sobre todo, a través del magnético perdedor Fernando Atienza.

‘La perra de Alejandría’ (2003) – Pilar Pedraza

Una de nuestras ensayistas más relevantes de entre las especializadas en temática oscura es también una excepcional novelista, como demuestra su trilogía de ‘Las antiguas’, completada con ‘Lobas de Tesalia’ y ‘El amante germano’, con la que reinterpreta mitos clásicos. Aquí nos vamos al periodo de desintegración del mundo antiguo, en una historia que explorará, con la prosa alambicada propia de la autora, temas como el poder, la locura, la muerte y la sexualidad, todo bañado en una estimulante mirada feminista que cuestiona los iconos clásicos gracias a su excepcional erudición. 

‘Crematorio’ (2007) – Rafael Chirbes

Un libro esencial para entender no solo la España de aquel momento, la que se precipitó hacia una crisis cuyo eco aún vivimos, sino también la actual. Una denuncia profunda del boom inmobiliario y la especulación que azotaron España en los años previos a la crisis de 2008. La novela utiliza a la familia protagonista, y especialmente a uno de sus miembros, como representación de la corrupción y el ansia de poder. Combinando retrato psicológico y análisis social, la obra también entra en temas como el pasado y el peso que este tiene en las sucesivas generaciones. Vamos, perfecto para descifrar el aquí y el ahora.

‘Los millones’ (2010) – Santiago Lorenzo

Santiago Lorenzo es uno de esos creadores que no hay más remedio que lamentar que no sea más prolífico: sus dos películas (‘Mamá es boba’ y ‘Un buen día lo tiene cualquiera’) son extraordinarias, y su obra literaria lo sitúa como un auténtico heredero del esperpento español, un alumno aventajado del mejor Azcona. Nos quedamos aquí con su primera novela (aunque todas -‘Los huerfanitos’, ‘Tostonazo’, ‘Los asquerosos’- son extraordionarias), porque su argumento sigue siendo arrebatador: «A uno del GRAPO le toca la Primitiva. No puede cobrar, porque no tiene DNI». 

‘Lectura fácil’ (2018) – Cristina Morales

Uno de los debuts más deslumbrantes de la última década, una novela profundamente punk que exhibe una poderosa denuncia social y un innovador enfoque narrativo: en ella, un grupo de mujeres con discapacidad intelectual comparten una vivienda tutelada y luchan por su autonomía y reconocimiento en una sociedad que las discrimina. Un lenguaje directo humaniza a un colectivo poco visto en nuestra literatura, y todo a base de humor, espíritu oral y un montón de desvíos experimentales. Comprometida y necesaria.

‘Cara de pan’ (2018) – Sara Mesa

Una de las mejores novelistas jóvenes, sin miedo a entrar en cuestiones completamente generacionales pero a la vez muy transversales: Mesa habla de instituciones sociales que damos por sentadas, como en ‘La familia’, o de relaciones de poder que pocas veces discutimos, como esta perturbadora novela corta en la que un hombre maduro y una adolescente se encuentran en un parque. Con temas difíciles y espinosos ha encontrado un público que la sigue y la ha convertido en superventas, con lo que ha acabado consagrándose como uno de los grandes valores de la literatura joven española.

‘Vozdevieja’ (2019) – Elisa Victoria

El argumento de una niña de nueve años que está empezando a madurar en el verano sevillano posterior a la Expo92 encaja a la perfección con el estilo lírico y muy personal de Elisa Victoria, una inclasificable autora joven cuyo fantástico mundo personal se ha amplificado en sus novelas posteriores, ‘El evangelio’ y ‘Otaberra’. Pocas veces las complejidades emocionales del mundo infantil se han reflejado con tanta honestidad y ternura como aquí, en una novela llena de humor pero que también incide en una crítica social magníficamente hilada.

‘Canto yo y la montaña baila’ (2019) – Irene Solà

Una zambullida en la fantasía (aunque no en la ciencia ficción) con raíces en el folclore pirenaico más simbólico, en un libro polifónico e indescriptible, y que ha sido descrito como «ecofeminista» y «antiantrópico». Su argumento, muy complicado de resumir, arranca cuando muere Domènec, un campesino poeta, fulminado por un rayo. A partir de ahí, distintos capítulos narrados por nubes, ciervos, setas, fantasmas, la montaña, las mujeres de agua y varios humanos van reconstruyendo la historia de varias familias, en lo que no funciona como una trama novelesca clásica, sino como una concatenación de episodios que fundan una suerte de realismo mágico catalán.

‘Panza de burro’ (2020) – Andrea Abreu

La jovencísima Andrea Abreu ha recibido abundantes elogios por esta novelaza perfectamente enclavada en la fértil narrativa femenina española actual, narrando la infancia y adolescencia de dos amigas en la Canarias más rural. Su lenguaje marcado por el habla popular de la isla le da un sello de autenticidad único, y gracias a ello se afrontan temas como el abuso, la soledad o la incomunicación. Una pequeña maravilla que rompe moldes gracias a una voz propia y personal.​

‘En la costa desaparecida’ (2020) – Francisco Serrano

Podría parecer que en España no tiene mucho sentido formular una renovación de un género que nos es tan ajeno como el western, pero Serrano lo soluciona aludiendo a un estado mental, más que a un lugar físico. Todo ello sin renunciar a una genuina historia de género, casi de bolsilibro, con sus venganzas y sus secretos familiares, llena de forajidos y de pasiones desbocadas, aunque sin renunciar a personajes complejos y llenos de matices. Serrano acabaría llamando la atención del mainstream unos años más tarde con el Premio Tusquets por ‘El corazón revolucionario del mundo’, pero ya aquí y con su desprejuiciada pasión por la literatura de género se reveló como un autor extraordinario, con una voz única.

‘La señora Potter no es exactamente Santa Claus’ (2021) – Laura Fernández

Una novela coral y ambiciosa, que demuestra la amplia pluralidad de voces que hay en nuestra narrativa más joven, ya que nos manda nada menos que a la desapacible ciudad Kimberly Clark Weymouth, conocida por su clima frío y permanente nieve, que se ha convertido en un destino turístico. Un vasto universo de personajes extravagantes y situaciones absurdas son el esqueleto de esta narrativa fragmentada y que la propia autora ha concebido de forma parcialmente experimental, casi improvisada.

‘La mala costumbre’ (2023) – Alana S. Portero

Una novela de aprendizaje y autodescubrimiento que describe la experiencia de una niña trans durante los años ochenta y noventa en un barrio obrero de Madrid, marcado por los estragos de la heroína y la precariedad de sus habitantes, y donde la protagonista se enfrenta a la imposición de una masculinidad que no le corresponde, luchando por la aceptación de quienes le rodean. Un lenguaje directo y a la vez poético sirve para mostrar la realidad sin concesiones y es la clave para que esta novela se haya convertido en abanderada literaria de la reivindicación de los derechos del colectivo LGTBIQ+.

Los mejores libros de poemas españoles

‘Follas Novas’ (1880) – Rosalía de Castro

Una declaración de amor a Galicia, ejemplo de poesía modernista y romántica que combina un lenguaje sencillo y directo con una carga emocional muy intensa. La temática central gira en torno a la nostalgia, el amor, la muerte y la identidad cultural, todo con un lirismo melancólico y esperanzador. La obra destaca por su riqueza en imágenes simbólicas y su tono de denuncia social, especialmente por la situación de emigrantes y campesinos. Y por supuesto, reivindica la lengua y las raíces gallegas.​

‘Campos de Castilla’ (1968) – Antonio Machado

La obra más emblemática de Machado y uno de los hitos fundamentales de la poesía española del siglo XX. Aquí abandona el modernismo de sus inicios para arrancar con una poesía más comprometida y directa, con la excusa de un retrato profundo del paisaje castellano, símbolo de la identidad española. El tiempo, la memoria y la muerte, dialogando con la realidad política y social del país, son algunos de los temas que se plasman en este libro de lenguaje tan sencillo como simbólico. Iconos líricos como «Caminante no hay camino» están entre sus páginas.

Greguerías – Ramón Gómez de la Serna

No exactamente poemas en sentido estricto, pero cómo definir mejor esta mezcla única de humor y metáfora, tal y como las definió su creador. Desde 1917 que publicó la primera compilación de estas exquisiteces, Gómez de la Serna pasó todo el siglo XX generando nuevas muestras de estas miradas frescas y lúdicas al mundo cotidiano. Condensaciones de una idea o imagen inesperada, son capaces de transformar lo trivial en filosofíal, por la vía de la ironía y la caricatura. La mayoría son de una profundidad conceptual que literalmente abren nuevas vías de comprensión del mundo, y qué mejor elogio hay para la poesía que ese.

‘Poeta de guardia’ (1968) – Gloria Fuertes

Aunque en la obra de Fuertes siempre tuvieron un importante peso sus poemas para adultos, durante décadas su carismática presencia la relegó al espacio de la poesía para niños. En los últimos años hemos visto cómo se reivindicaba una voz más personal y madura aunque, eso sí, igual de accesible, directa y con toques de humor y ternura. En esta colección, Fuertes observa la cotidianeidad abordando temas como la naturaleza, el amor, la igualdad y la crítica social con un tono desenfadado pero profundo. Su lenguaje sencillo es igualmente intenso y emotivo, y refleja también la preocupación de la autora por los derechos de la mujer y los valores democráticos.

‘Poemas del manicomio de Mondragón’ (1987) – Leopoldo María Panero

Los expertos citarán otras obras más redondas de Panero, pero ninguna mejor que ésta para adentrarse en su torturada psique y para entender en toda su magnitud uno de sus temas primordiales: la lucha contra la locura y el aislamiento. Este libro refleja la experiencia del autor en el hospital psiquiátrico de Mondragón, donde estuvo internado. El dolor y la marginalidad se convierten en lirismo gracias a sus imágenes oníricas, su simbolismo oscuro y el lenguaje fragmentado que refleja la mente hecha añicos del poeta, pero que sin embargo, lo ponen en sorprendente contacto con lo inefable.

‘Ya nadie baila’ (2015) – Elvira Sastre

Una de las poetas jóvenes más relevantes de la actualidad, además de una autora que ha publicado también novela e incluso se ha dedicado a la traducción. Es una autora perfecta para introducirse en el mundo de la poesía gracias a la accesibilidad de su lírica y lo cercanos que son los temas que escoge. Este libro es además especialmente indicado para ver su evolución como autora, ya que recopila sus dos libros ’43 maneras de soltarse el pelo’ y ‘Baluarte’, más algunas composiciones inéditas, y donde se le puede ver madurar de forma muy interesante.

Cabecera | Patrick Tomasso en Unsplash

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