Matt Kiatipis es la sensación viral del baloncesto callejero. Lo que nadie tiene claro es si es realmente baloncesto
Si te interesa el contenido deportivo en redes sociales, es muy posible que tus caminos algorítmicos se hayan cruzado en algún momento con Matt Kiatipis, más conocido como MK, un baloncestista callejero que está inyectando una agresividad en sus vídeos que muchos ven como la antítesis del espíritu deportivo. Nos adentramos en el fenómeno y en qué aporta al abundante contenido de este tipo en redes sociales.
Quién es MK. Matt Kiatipis acumula 3 millones de seguidores en TikTok, donde se graba en partidos de baloncesto, normalmente uno contra uno (aunque no exclusivamente) donde el contacto físico extremo es la norma. Este creador de contenido, autodenominado «1V1 KING», ha convertido los enfrentamientos callejeros en un espectáculo viral que divide opiniones: mientras unos defienden la autenticidad del streetball más agresivo, otros aseguran que sus vídeos glorifican el conflicto y traicionan los fundamentos del baloncesto.
Cómo funciona. Kiatipis sigue una fórmula: enfrentamientos uno contra uno en canchas callejeras de medio mundo, de Toronto a Grecia, pasando por Brasil, Italia o España, donde ha estado recientemente. En ellos, el contacto físico intenso se combina con agresivas faltas de respeto verbales a los contrincantes. Sus vídeos, que acumulan 120 millones de «Me gusta», muestran empujones, codazos y defensas corporales que raramente se permitirían en partidos de baloncesto regulado.
Los dineros. El canadiense ha convertido este formato en un negocio completo: programa de entrenamiento, merchandising temático por países, patrocinios de marcas como YoungLA y AirVert… Y el proyecto ISO, una liga de partidos con aspiraciones de franquicia global. Y todo engarzado en un modelo de negocio asombrosamente familiar (el hermano graba, el padre edita, la hermana gestiona redes) que le permite mentener el control total sobre su imagen.
¿Es esto baloncesto? La división es tajante. Los críticos señalan que los vídeos de Kiatipis normalizan conductas poco deportivas: empujones constantes, agarrones defensivos, codazos sin sanción y un uso del cuerpo que en la NBA constituiría falta personal inmediata. Según la Federación Española de Baloncesto, el contacto físico que desventaja al jugador con balón es penalizable, pero en streetball las normas varían de cancha en cancha.
El baloncesto callejero históricamente ha operado bajo códigos no escritos donde cada jugador canta sus propias faltas. Los defensores de MK argumentan precisamente eso: que respeta la tradición del streetball más físico, donde el espectáculo y la autenticidad importan más que el reglamento. El debate trasciende lo deportivo y plantea qué significa «baloncesto real» en la era del contenido inmediato, donde se necesita llamar la atención continuamente.
El fenómeno del streetball. El atractivo de MK tiene raíces profundas en la cultura del baloncesto urbano estadounidense. Canchas míticas como Rucker Park en Harlem (donde jugaron en su día estrellas como Julius Erving o Kevin Durant) o Venice Beach en Los Angeles establecieron desde los años setenta el culto al espectáculo individual, los duelos uno contra uno y la ausencia de árbitros. Pero fue el fenómeno de la marca de calzado y equipamiento deportivo AND1 (1998-2008) quien convirtió el streetball violento en negocio televisivo: como patrocinio, jugadores callejeros como «Hot Sauce» y «The Professor» recorrían Estados Unidos desafiando a jugadores locales en partidos que llegaron a ser emitidos por ESPN.
Las mixtapes con los encuentros vendían más de 200.000 copias en tres semanas. Pero ya entonces surgían detractores. Los críticos de entonces ya advertían que AND1 «contaminaba la pureza del juego». La diferencia con Kiatipis radica en la plataforma: donde AND1 necesitaba ESPN para llegar a su público, MK solo requiere TikTok. Ahora la agresividad y la testosterona están no solo a flor de piel, sino al alcance de millones de seguidores.









