Opinión

POR: EL HUSMEADOR

¡Desastre Nacional! 14 Mil Empresas Gringas Claman a Trump: La 4T Está Hundiendo el Nearshoring Mexicano con su Caos 

En un grito de auxilio que resuena como una sirena de alarma para la economía mexicana, más de 14,000 empresas manufactureras de Estados Unidos, representadas por la poderosa National Association of Manufacturers (NAM), han lanzado un SOS directo al presidente Donald Trump. No piden favores; exigen acción inmediata contra las políticas energéticas del gobierno de la Cuarta Transformación (4T), que, según ellos, están asfixiando inversiones por miles de millones de dólares y amenazando con desmantelar el boom del nearshoring en México. ¿El culpable? Un régimen estatista que prioriza a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex sobre la competencia libre, dejando a fábricas paradas, costos disparados y empleos en jaque. Mientras Claudia Sheinbaum defiende su «soberanía energética» con discursos vacíos, el mundo real grita: ¡la 4T está saboteando el futuro económico del país! La carta abierta de la NAM, divulgada apenas hace una semana y dirigida a la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR), pinta un panorama apocalíptico. 

«México está prácticamente cerrado para hacer negocios en energía», denuncian los industriales, que incluyen titanes como Caterpillar, Lockheed Martin y Johnson & Johnson. Estas firmas, con operaciones masivas en el Bajío y el norte del país, dependen de energía barata y confiable para sus cadenas de suministro integradas bajo el T-MEC. Pero las reformas de la 4T heredadas de AMLO y endurecidas por Sheinbaum han convertido a la CFE en un monopolio subsidiado que obliga compras estatales, bloquea importaciones privadas y genera apagones recurrentes. El resultado: $25 mil millones en inversiones en riesgo, según estimaciones de la propia NAM, y un nearshoring que podría evaporarse como humo si Trump no interviene. Imaginemos el caos: semiconductores para IA, plantas automotrices y centros de datos que no pueden operar sin electricidad estable. La NAM lo detalla sin piedad: las políticas mexicanas crean «ineficiencias de mercado» que elevan costos para consumidores industriales en un 20-30%, según análisis independientes.  Esto no es teoría; es realidad en maquiladoras de Nuevo León y Chihuahua, donde cortes de luz han paralizado líneas de producción y ahuyentado a inversionistas. Y mientras la 4T presume de «austeridad republicana», recorta presupuestos para modernizar la red eléctrica y apuesta por Pemex una empresa ahogada en deudas de $100 mil millones, el T-MEC pende de un hilo. La revisión del tratado en 2026 podría ser el ultimátum: o México abre su mercado energético a la inversión transfronteriza, o enfrenta paneles de disputa, aranceles del 25% y el éxodo de capitales. La mala actuación del gobierno de la 4T es palmaria y culpable de esta crisis autoinfligida. Desde 2018, las reformas energéticas han revertido la apertura de 2013, violando compromisos del T-MEC al discriminar contra proveedores extranjeros. Sheinbaum, que prometió «diálogo constructivo» en su mañanera del 15 de noviembre, ha ignorado advertencias de la Cámara de Comercio de EE.UU., que ya exige escalada en la disputa. ¿Resultado? México, que atrajo $175 mil millones en nearshoring entre 2023 y 2024, ahora ve cómo empresas como Tesla y Foxconn pausan expansiones por el «clima hostil». Peor aún: se estima que 100,000 empleos en sectores como textil y automotriz podrían evaporarse si Trump activa represalias, como las tarifas del 30% anunciadas en julio contra México.  Expertos no escatimaban críticas ayer en foros como el de la American Chamber of Commerce México: «La 4T está matando la gallina de los huevos de oro con su obsesión ideológica», apuntó un analista de Steptoe, firma legal involucrada en disputas del T-MEC. Marcelo Ebrard, secretario de Economía, balbuceó sobre «soberanía», pero sin un plan concreto para diversificar proveedores o reducir subsidios a la CFE, sus palabras suenan a excusa. Trump, por su parte, ya huele sangre: en un tuit del 18 de noviembre, celebró la «valentía» de las empresas NAM y prometió «proteger a los trabajadores americanos… y a nuestros aliados leales». ¿Aliados? México, con su 80% de exportaciones manufactureras hacia EE.UU., no puede permitirse ser el villano. Este SOS de 14,000 empresas no es un capricho; es una sentencia de muerte para el modelo económico de la 4T si no corrige el rumbo. Con el USMCA en la mira y Trump ávido de victorias proteccionistas, México enfrenta una bifurcación: abrirse al mundo o hundirse en el aislacionismo estatal. Sheinbaum, el reloj corre. ¿Seguirá priorizando dinosaurios como Pemex, o salvará al nearshoring antes de que sea tarde? La respuesta definirá si México prospera o colapsa. Por ahora, el alarmismo es justificado: el desastre está a la vuelta de la esquina.

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