LA INSEGURIDAD EN LA FRONTERA NORTE AMENAZA LA JUSTICIA Y

PONE EN RIESGO LA INVERSIÓN
- COPARMEX reitera que sin seguridad no hay inversión, empleo ni desarrollo; se
necesita coordinación efectiva entre los tres órdenes de gobierno. - Entre enero y septiembre de 2025 se registraron 8 mil 585 víctimas de extorsión,
5.2% más que en 2024 y una cifra negra estimada de 97%. - Uno de cada cuatro asesinatos del país ocurre en municipios de la faja fronteriza.
La violencia y la extorsión en la frontera norte se han convertido en una amenaza directa al
crecimiento económico, la inversión y la generación de empleo. En lo que va del año, se han
registrado 8 mil 585 víctimas de extorsión en el país, un incremento de 5.2% respecto al mismo
periodo de 2024, y de ellas, el 11.8% ocurrió en los 43 municipios fronterizos, lo que refleja un
aumento del 15.2% en comparación con el año pasado. Estas cifras revelan una realidad
alarmante: la franja fronteriza, vital para el comercio exterior y la industria nacional, enfrenta un
deterioro acelerado en sus condiciones de seguridad.
Desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) reafirmamos que la
seguridad es la base del Estado de Derechos y condición indispensable para el desarrollo
económico y social. Las extorsiones, el cobro de piso y las amenazas afectan especialmente a
las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), que son el corazón productivo de
nuestras comunidades. Cuando un empresario se ve obligado a cerrar, trasladarse o trabajar
bajo amenaza, se pierde mucho más que un negocio: se pierden empleos, oportunidades y
confianza.
La Estrategia Nacional Antiextorsión reportó 59 mil 283 llamadas relacionadas con este delito
entre el 6 de julio y el 28 de septiembre de 2025. Aunque el 74% de estos intentos no se concretó,
5 mil 959 extorsiones fueron consumadas o contaron con datos suficientes para abrir carpeta de
investigación. Sin embargo, la cifra negra por este delito alcanza el 97%, lo que implicaría que
solo se está atendiendo al 3% de los casos reales. Este fenómeno crece a un ritmo inaceptable,
sin que existan respuestas proporcionales ni políticas públicas efectivas para frenarlo.
La frontera norte, que abarca 3 mil 200 kilómetros de extensión y seis estados estratégicos —
Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas—, representa el
principal motor exportador del país. Sin embargo, esta región enfrenta graves desafíos derivados
del tráfico ilegal de personas y mercancías, del contrabando y de la disputa entre grupos que
operan bajo la ley por el control de rutas. Esta combinación de factores incrementa la violencia
y la vulnerabilidad de la actividad económica.
A esto se suma el impacto humano: más de 135 mil personas permanecen desaparecidas en
México, y en estados fronterizos como Tamaulipas y Nuevo León se concentra una parte
significativa de estos casos. Además, en lo que va del año, 1 de cada 4 asesinatos (homicidios
dolosos y feminicidios) ocurrieron en alguna entidad fronteriza. La impunidad en materia de
desapariciones y delitos violentos mina la confianza en las instituciones y debilita la percepción
de justicia, un pilar esencial del Estado de Derechos.
Nuestros Centros Empresariales de COPARMEX que se encuentran en ciudades fronterizas han
documentado el creciente clima de inseguridad y extorsión que enfrentan sus agremiados. Las
amenazas, cobros ilegales y hostigamientos han limitado la actividad productiva y
desincentivado nuevas inversiones. Esta situación no puede normalizarse ni quedar fuera de la
agenda nacional.
En este contexto, consideramos urgente que el Senado de la República dictamine a la brevedad
la iniciativa de Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Extorsión, aprobada
recientemente por la Cámara de Diputados. Esta legislación representa una oportunidad para
homologar criterios, fortalecer la coordinación entre autoridades y dotar de mayores
herramientas legales a las fiscalías estatales.
Si bien en algunos puntos de la frontera se perciben momentos de relativa estabilidad, esta no
puede depender de factores informales o circunstancias coyunturales. La seguridad y la
tranquilidad deben ser resultado de instituciones sólidas, de cuerpos policiales profesionales y
de un Estado de Derecho que garantice la protección de las personas y la libre actividad
económica. Cualquier control que no provenga de la autoridad legítima es insostenible y termina
afectando el desarrollo, la inversión y la confianza. Por ello, es indispensable reforzar la
coordinación institucional para asegurar condiciones de paz duraderas y garantizar que la
actividad productiva pueda desarrollarse sin riesgo ni presiones de ningún tipo.
En COPARMEX exigimos una coordinación efectiva entre los tres órdenes de gobierno, la
depuración y fortalecimiento de las policías estatales y municipales, y el uso de inteligencia
financiera para rastrear el dinero que alimenta la extorsión. Además, es indispensable garantizar
condiciones de seguridad para empresarios, trabajadores y ciudadanos, porque sin seguridad
no hay inversión, ni empleo, ni desarrollo posible.
Reiteramos que México necesita recuperar la confianza en el Estado de Derechos. La extorsión
no solo lastima la economía: destruye el tejido social. Por ello, seguiremos insistiendo en que la
seguridad debe ser prioridad nacional. Sin ella, ningún esfuerzo económico, social o político
podrá sostener el futuro que nuestro país merece.



