Diputados del Edoméx: informes vacíos y sin resultados reales
A pesar de sus elevados salarios y prerrogativas, los diputados locales del Estado de México presentan informes sin resultados tangibles; el trabajo legislativo es escaso y alejado de las verdaderas necesidades ciudadanas.
Staff
Toluca, Estado de México.Los informes de los diputados locales mexiquenses se han convertido en simples actos políticos, cargados de discursos y aplausos, pero vacíos de resultados concretos para la población. Mientras los legisladores presumen supuestos logros, en los hechos su productividad legislativa es mínima y su presencia en el Congreso, insuficiente.
Con sesiones ordinarias que apenas se celebran una vez por semana, el Congreso local del Estado de México opera a un ritmo que dista mucho del compromiso que deberían tener con los más de 17 millones de habitantes de la entidad. Pese a los altos sueldos y beneficios que perciben, la mayoría de los diputados no presenta iniciativas relevantes ni gestiona soluciones reales a los problemas sociales que enfrenta la población.
Los ciudadanos perciben a los legisladores como funcionarios alejados del pueblo, centrados en intereses partidistas y en seguir líneas políticas dictadas desde las dirigencias nacionales o el Ejecutivo estatal.
En el caso de Morena, los diputados parecen limitarse a replicar las instrucciones que llegan desde la gubernatura o la federación, sin promover propuestas propias que atiendan los problemas locales. Por su parte, PRI y PAN permanecen prácticamente ausentes del debate público, sin una oposición firme ni planteamientos sólidos que representen alternativas.
“La mayoría sólo se presenta a tomarse la foto en sus informes o en los eventos del partido; pero en las colonias seguimos sin agua, sin seguridad y sin empleo”, señaló una vecina de Ecatepec durante una asamblea vecinal.
Mientras los diputados locales se preparan para sus siguientes aspiraciones políticas, los retos del Estado de México —como la inseguridad, la pobreza y la falta de servicios— continúan sin soluciones reales. Sus informes anuales, más que rendición de cuentas, se han vuelto rituales de simulación política que dejan en claro la distancia entre el Congreso mexiquense y la ciudadanía.
