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Volkswagen no tiene más remedio que buscarse las habichuelas en China

Volkswagen acaba de anunciar una inversión de más de 200 millones de dólares para desarrollar sus propios chips avanzados en China. Según la firma, tendrá una potencia de procesamiento de entre 500 y 700 TOPS (operaciones por segundo), y se diseñará específicamente para impulsar sistemas de conducción semiautónoma en los vehículos que la marca fabrique para el mercado chino.

Claudicación tecnológica. Lo que Volkswagen presenta como parte de su estrategia «En China, para China» es, en realidad, un reconocimiento implícito de su incapacidad para competir por sí sola en el terreno de la inteligencia artificial y el software automotriz. El fabricante alemán ha perdido terreno de forma dramática en el mayor mercado de coches del mundo: sus ventas cayeron de más de 4 millones de unidades en 2018 a 2,75 millones en 2024, y en 2023 perdió su trono como marca más vendida en China a manos de BYD.

La tecnología china como salvavidas. El desarrollo del chip se realizará a través de Carizon, una empresa conjunta entre Cariad (la división de software de Volkswagen) y Horizon Robotics, una firma china especializada en circuitos integrados con inteligencia artificial.

Según declaró Frank Han, CEO de Cariad China, el chip se fabricará con tecnología de 3-4 nanómetros y tendrá una potencia comparable al procesador Thor de Nvidia, que alcanza los 700 TOPS. Para 2030, el 80% de los vehículos del Grupo Volkswagen vendidos en China se desarrollarán con la arquitectura electrónica china (CEA). La entrega del chip está prevista en un plazo de tres a cinco años.

Separación de producción. Volkswagen está, de facto, dividiendo su producción. En China, los clientes demandan coches repletos de tecnología, con sistemas de conducción asistida avanzados y conectividad permanente. Los fabricantes locales como BYD y Xiaomi han tomado la delantera en este aspecto, obligando a los gigantes occidentales a adaptar su estrategia o morir en el intento. 

Por otra parte, las regulaciones chinas prohíben expresamente que los datos de conducción recopilados en el país salgan de sus fronteras, lo que hace inevitable que el fabricante opte por producir sus vehículos de una manera radicalmente distinta a como lo hace en Occidente.

Aliarse con quien pueda hacer lo que tú no sabes. Volkswagen adaptando su producción a China va más allá de los semiconductores. Según menciona CNBC, la marca alemana será el primer cliente en utilizar el nuevo sistema de conducción semiautónoma de Xpeng, que la compañía china presentó como superior al Full Self-Driving de Tesla. Volkswagen también ha ampliado su colaboración con Xpeng para desarrollar conjuntamente arquitecturas electrónicas para más modelos en China.

Supervivencia en un mercado feroz. Volkswagen, al igual que el resto de fabricantes, se encuentran en un punto en el que las tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos están alterando las cadenas de suministro de semiconductores. Según cuenta Bloomberg, fabricantes como Volkswagen, BMW y Honda han enfrentado recientemente una crisis de suministro después de que Pekín bloqueara las exportaciones de Nexperia en represalia por el control que el Gobierno neerlandés ejerció sobre la empresa de propiedad china.

Desarrollar chips propios en China es, en parte, una estrategia para reducir la dependencia de proveedores externos, algo esencial para sobrevivir en un contexto de creciente fragmentación tecnológica global.

Dos empresas en una. Volkswagen se enfrenta ahora al reto de gestionar dos ecosistemas tecnológicos paralelos: uno para China y otro para el resto del mundo. Esto también conlleva un coste, con más inversión, equipos separados y el riesgo de perder sinergias. Pero la alternativa es peor.

Como declaraba Ralf Brandstätter, presidente y CEO de VW China, «estamos acelerando y profundizando la implementación de nuestra estrategia ‘En China, para China’, yendo más allá de la producción localizada para dominar las tecnologías centrales que darán forma a la movilidad del mañana». Volkswagen ha entendido que ya no puede exportar su modelo tecnológico a China, sino importar la tecnología china para sobrevivir allí.

Imagen de portada | Volkswagen

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