El Enjambre Universitario: Entre la Contradicción y el Perjuicio a la Comunidad UAEMéx.

Los integrantes del Enjambre Universitario se retractaron del compromiso de entregar el Edificio Histórico de Rectoría el próximo 7 de noviembre y abandonaron la mesa de trabajo con la administración central
Fernanda Ruíz
La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) confirma lo que desde hace meses muchos dentro de la comunidad universitaria venían advirtiendo: el llamado Enjambre Estudiantil Unificado (EEU) se ha convertido más en un obstáculo para el diálogo y el avance institucional que en un agente de transformación genuina.
De acuerdo con la información oficial, los integrantes del Enjambre Universitario se retractaron del compromiso de entregar el Edificio Histórico de Rectoría el próximo 7 de noviembre y abandonaron la mesa de trabajo con la administración central, pese a la mediación de la representante de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), Cynthia Bedolla. Este acto, unilateral y poco responsable, rompe los acuerdos establecidos el pasado viernes 31 de octubre y evidencia la falta de voluntad para sostener un diálogo constructivo.
Mientras las autoridades universitarias presentaban avances concretos como la plataforma del Sistema PAI “140 días”, destinada a transparentar los progresos en torno al pliego petitorio estudiantil, los representantes del movimiento optaron por la confrontación y el repliegue. En lugar de aprovechar los espacios de participación ofrecidos, prefirieron mantener la toma del inmueble, afectando no solo la operatividad institucional sino también la imagen y estabilidad de la UAEMéx.
El hecho de retener un edificio emblemático de la Universidad no representa una victoria estudiantil, sino una acción que obstaculiza la rendición de cuentas, retrasa investigaciones y atenta contra el patrimonio común de toda la comunidad. La protesta, cuando se desliga del diálogo y se convierte en intransigencia, pierde legitimidad.
Resulta preocupante que, bajo el discurso de la representación estudiantil, el Enjambre insista en dinamitar los puentes de comunicación que la propia universidad ha mantenido abiertos. Con cada incumplimiento, con cada mesa abandonada, se debilita el principio de confianza que debe regir cualquier proceso democrático dentro de una institución pública.
La UAEMéx ha demostrado disposición y transparencia; el movimiento, en cambio, parece apostar por la desestabilización y la desinformación. Este tipo de conductas no fortalecen la vida universitaria, sino que la desgastan, generando perjuicios directos a estudiantes, académicos y trabajadores que día a día sostienen el funcionamiento de la máxima casa de estudios mexiquense.
La verdadera lucha estudiantil no radica en ocupar edificios, sino en ocupar espacios de participación responsable y crítica. Si el Enjambre Universitario pretende ser una voz válida dentro de la UAEMéx, debe recuperar el sentido de diálogo, abandonar las decisiones unilaterales y anteponer el interés colectivo por encima de las posturas radicales












