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Hartazgo en el Valle de México por corrupción policial y abuso de autoridad

“Si ven que traes coche nuevo o moto, te paran y te inventan cualquier cosa. No te sueltan hasta que das dinero”,

cuenta Jorge “N”, repartidor de aplicaciones en Ecatepec, quien asegura haber sido detenido tres veces en el último mes por “revisiones de rutina”.

STAFF

Toluca, Méx., 7 de octubre de 2025. En los municipios del Valle de México, la población vive entre el miedo y la desconfianza hacia las autoridades encargadas de la seguridad. Policías municipales, estatales y agentes de la Fiscalía mexiquense son señalados por corrupción, abuso de poder y extorsión, en un contexto donde la justicia parece estar al mejor postor.

La extorsión cotidiana; en las avenidas de Ecatepec, Tlalnepantla o Nezahualcóyotl, los retenes policiacos se han vuelto parte del paisaje urbano. Lo que debería ser vigilancia se ha convertido, para muchos, en un punto de riesgo.

“Si ven que traes coche nuevo o moto, te paran y te inventan cualquier cosa. No te sueltan hasta que das dinero”,

cuenta Jorge “N”, repartidor de aplicaciones en Ecatepec, quien asegura haber sido detenido tres veces en el último mes por “revisiones de rutina”.

Otros, como Beatriz, comerciante en Nezahualcóyotl, relatan que los operativos municipales se usan para sacar dinero a los negocios.

“Nos dicen que falta un permiso, que hay una queja o que viene Protección Civil… y luego te piden una cooperación para no clausurar. Ya ni sabes quién está del lado de la ley.”

Policías que intimidan en lugar de proteger; el miedo a las corporaciones se extiende también entre los jóvenes. En Cuautitlán Izcalli, Luis, estudiante universitario, denuncia haber sido detenido sin motivo por policías estatales.

“Me revisaron la mochila y me pidieron dinero para dejarme ir. Me amenazaron con llevarme al Ministerio Público si no cooperaba. ¿Cómo confías en una policía así?”

De acuerdo con organizaciones civiles de la zona metropolitana, los casos de detenciones arbitrarias y abuso de autoridad se han incrementado en los últimos meses, especialmente en municipios con altos índices delictivos como Ecatepec, Tultitlán y Tecámac.

La Fiscalía, símbolo de desconfianza; el descrédito no se limita a las calles. En las oficinas de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), los ciudadanos enfrentan trámites lentos, funcionarios corruptos y carpetas que nunca avanzan.

“Mi hijo fue asaltado y herido. Fui a la fiscalía de San Cristóbal y me dijeron que si quería que el caso se moviera, debía hablar ‘con el comandante’. Me pidieron dinero para investigar”,

relata María de los Ángeles, vecina de Tecámac.

El sentimiento es compartido entre la población del Edomex es:

“Si no tienes dinero o contactos, no hay justicia. Te hacen dar vueltas hasta que te cansas. Todo está podrido”,

dice Felipe, transportista de Tlalnepantla, quien asegura que su denuncia por extorsión policial fue archivada sin explicación.

Según datos del INEGI (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2024), más del 70% de los habitantes del Estado de México considera a la policía municipal como corrupta, mientras que ocho de cada diez personas desconfían de los ministerios públicos.

Los números coinciden con lo que se escucha en las calles: el miedo ya no sólo viene del crimen, sino de quienes deben combatirlo.

“Aquí la gente ya no denuncia porque sabe que todo está arreglado. Los policías trabajan con los mismos delincuentes. Si te quejas, luego te buscan”,

asegura Silvia, vecina del Fraccionamiento Las Américas, Ecatepec.

A un año del inicio de su gestión, el gobierno de Delfina Gómez Álvarez enfrenta un problema estructural: la descomposición institucional de las corporaciones de seguridad.

Aunque desde el Palacio de Gobierno se promueve el discurso de “cero corrupción”, en los municipios los testimonios muestran un panorama opuesto, donde la impunidad se mantiene como norma.

El hartazgo social crece. Las calles del Valle de México siguen llenas de patrullas, pero vacías de confianza. Y la justicia, como dicen muchos vecinos, “se consigue sólo si se paga”

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