Opinión

POR: EL HUSMEADOR

TMEC al Filo: Escenarios de Esperanza y Alarma en la Revisión de 2026

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) entra en una fase de incertidumbre con la revisión integral programada para julio de 2026, un hito que podría redefinir el comercio norteamericano. Las recientes declaraciones del Representante Comercial de EE.UU., Jamieson Greer –quien anticipó que las negociaciones «probablemente serán bilaterales»–, han encendido alertas en México, donde más del 80% de las exportaciones dependen del mercado norteamericano. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, salió al quite de inmediato: «No significa que México esté fuera del tratado», matizó, reconociendo que temas delicados como reglas de origen y subsidios energéticos tendrán un «alto contenido bilateral». Pero el contraste con 2018 es inevitable: entonces, México impulsó la inclusión de Canadá para blindar el pacto trilateral; hoy, Washington y Ottawa parecen inclinarse por diálogos exclusivos, dejando a México en una posición vulnerable. Esta dinámica, alineada con la agenda proteccionista de la administración Trump –que ya ha impuesto aranceles selectivos–, revierte roles y pone en jaque sectores clave como el automotriz, energético y agroindustrial. Ante este panorama, analistas delinean dos escenarios plausibles para la revisión de 2026: uno optimista, donde la diplomacia mexicana fortalece el bloque regional, y otro pesimista, que podría derivar en aranceles punitivos y erosión económica. Ambos dependen de la capacidad de México para alinear posiciones con Canadá y contrarrestar presiones unilaterales de EE.UU., como las preocupaciones por inseguridad, corrupción y acceso a energía expresadas por inversionistas estadounidenses. 

Escenario Bueno: Fortalecimiento Trilateral y Crecimiento Sostenido. – En el mejor de los casos, México capitaliza su rol como socio indispensable –con un comercio trilateral que superó los 1.93 billones de dólares en 2024– para revertir la tendencia bilateral y consolidar el TMEC como pilar de competitividad norteamericana. Bajo este escenario, impulsado por una coordinación estrecha con Canadá –como la acordada recientemente entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro Mark Carney–, las negociaciones avanzan hacia un pacto renovado que extiende el tratado por 16 años más, con ajustes moderados que benefician a todos. 

Impacto Económico Positivo: México evita aranceles generalizados y gana concesiones en reglas de origen automotriz, permitiendo mayor integración de cadenas de suministro en vehículos eléctricos y semiconductores. Esto podría generar hasta 320 mil empleos en la industria automotriz, contrarrestando el déficit comercial con Asia mediante aranceles selectivos ya en marcha. El sector energético se beneficia de un acceso equilibrado a mercados, impulsando inversiones en renovables y reduciendo disputas por subsidios estatales.

Ganancias Diplomáticas: Ebrard logra que temas como la solución de controversias permanezcan trilaterales, preservando el equilibrio regional. La consulta pública mexicana, abierta por 60 días, incorpora voces de sindicatos y empresas para una posición unificada, fortaleciendo la narrativa de «América del Norte competitiva» frente a rivales globales como China. 

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Horizonte a Largo Plazo: El TMEC se actualiza con énfasis en sostenibilidad laboral y ambiental, atrayendo inversión extranjera y elevando salarios en México –un reclamo pendiente desde NAFTA–. Resultado: un PIB regional que crece un 2-3% anual, con México como hub manufacturero clave, evitando la «marginación» temida y consolidando un bloque unido contra proteccionismos externos. Este camino, factible si México y Canadá actúan como contrapeso, transformaría la revisión en un «punto de inflexión positivo» para la integración, según expertos del Wilson Center. 

Escenario Malo: Exclusión Bilateral y Erosión Comercial. – En contraste, un desenlace adverso vería a EE.UU. y Canadá avanzar en diálogos paralelos, excluyendo a México de discusiones críticas y activando mecanismos punitivos que debiliten su posición negociadora. Si no hay renovación unánime en 2026, el TMEC entraría en una espiral de revisiones anuales hasta su posible expiración en 2036, inyectando incertidumbre que frena inversiones y eleva costos. 

Impacto Económico Negativo: Aranceles del 25-50% en sectores sensibles –como acero, aluminio y autos– podrían costar a México hasta 5% de su PIB, con pérdidas de 200 mil empleos en manufactura y un déficit comercial agrandado por disputas en energía y agricultura (ej. maíz transgénico). La exclusión en reglas de origen facilitaría «transshipments» chinos vía México, pero a costa de sanciones estadounidenses, exacerbando la inseguridad y corrupción como pretextos para medidas unilaterales. 

Pérdidas Diplomáticas: México queda aislado, reviviendo el «modus operandi» de 2018 donde Washington dictó términos bilaterales. Sin un frente unido, Canadá prioriza sus exportaciones (como madera), dejando a México vulnerable a demandas por subsidios energéticos, lo que podría escalar a paneles de controversias y boicots inversores.

Horizonte a Largo Plazo: Inversores huyen ante la volatilidad, con cadenas de suministro reubicadas fuera de México hacia Asia o Europa. El resultado: un «punto de quiebre» que desmantela el bloque regional, reduce el comercio norteamericano en un 10-15% y obliga a México a buscar alianzas alternativas, pero con un costo diplomático y económico prohibitivo. 

Ebrard transmite calma, pero el reloj corre, la consulta pública cierra en noviembre, y las elecciones en EE.UU., México y Canadá antes de 2026 añadirán volatilidad.  México debe apostar por la diplomacia proactiva para inclinar la balanza hacia el buen escenario, recordando que el TMEC no es solo un tratado, sino el motor de su economía. ¿Triunfo regional o aislamiento? La respuesta se gesta ahora. En este contexto de tensiones crecientes, resalta la reciente amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 30% a las importaciones mexicanas a partir del 1 de agosto de 2025, justificada por el insuficiente control al flujo de fentanilo, corrupción  y migración, aunque pospuesta por negociaciones bilaterales con la presidenta Sheinbaum. Esta fecha límite, que ya generó una prórroga de 90 días, (vence el 29 de octubre de 2025) subraya la urgencia de fortalecer el TMEC para evitar escaladas que podrían inclinar la balanza hacia el escenario malo antes de la revisión de 2026.

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