España va a realizar uno de los mayores despliegues de fuerzas de su historia. Lo sorprendente es dónde: en EEUU
El próximo año Estados Unidos conmemorará el 250º aniversario de su independencia y lo hará con una serie de fastos de enorme proyección internacional en los que la Armada española tendrá un papel protagonista. No deja de ser contradictorio que sea la misma España que ha vetado el paso de cazas y buques de guerra estadounidenses a Israel.
Un despliegue sin precedentes. Como decíamos, a pesar de que las relaciones diplomáticas y políticas entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la administración de Donald Trump atraviesan tensiones más que notables, especialmente en torno al gasto en defensa o la cuestión palestina, la Marina ha decidido implicarse a fondo en los actos.
¿Cómo? Bajo el paraguas del grupo expedicionario Dédalo, España enviará a Nueva York al portaeronaves Juan Carlos I, escoltado por fragatas y un buque de aprovisionamiento de combate, junto con el buque-escuela Juan Sebastián Elcano. La operación representará el mayor despliegue de fuerza naval española en aguas estadounidenses en décadas, un gesto que subraya que la cooperación militar se mantiene sólida más allá de las fricciones políticas.
Nueva York como escenario. La semana del 1 al 9 de julio se convertirá en el epicentro de los actos con motivo del Día de la Independencia. El 4 de julio, el grupo expedicionario participará en una revista naval organizada por la US Navy, mientras que el Juan Sebastián Elcano desfilará por el East River en compañía de los más emblemáticos veleros-escuela del mundo, como el Amerigo Vespucci italiano, el Cisne Branco brasileño o el Gorch Fock alemán.
Además, el calendario incluye recepciones diplomáticas, como la organizada a bordo del transatlántico Queen Mary 2, y un gran espectáculo de fuegos artificiales. El lema oficial de la US Navy, «For Navy and Nation!«, busca subrayar el papel histórico de la marina estadounidense como garante de la seguridad marítima global durante 250 años, reforzando el carácter internacional de la cita.

Diplomacia por cauces navales. Mientras la Administración norteamericana ha constituido una comisión específica, la Task Force 250, para organizar sus celebraciones, en España la propuesta de crear una comisión interministerial se ha diluido por falta de consenso entre Exteriores, Defensa y Cultura.
Sin embargo, la Armada ha asumido el liderazgo de la representación española, conscientes de que aniversario es una oportunidad diplomática para recordar el papel decisivo de España en la independencia de Estados Unidos. Incluso el rey Felipe VI, en un discurso en Nueva York, subrayó recientemente la importancia histórica de aquel vínculo. Así, a través de su presencia en aguas norteamericanas, la Marina española trata de paliar (o compensar) el desinterés gubernamental con un gesto visible y cargado de simbolismo.

El Juan Carlos I
El símbolo: el Juan Carlos I. El buque insignia de la Armada, el portaeronaves Juan Carlos I, ha pasado los últimos meses en Navantia sometido a una profunda modernización de su sistema de propulsión, lo que obligó a reajustar el calendario de maniobras para asegurar su presencia en la cita de 2026.
Esta será también una oportunidad para mostrar el potencial de la aviación embarcada española, todavía dependiente de los cazas Harrier cuya vida útil se intenta prolongar más allá de 2028 mediante la adquisición de repuestos de las flotas estadounidense e italiana. La resistencia del Gobierno a adquirir el F-35 como sustituto natural y la incertidumbre en torno al futuro caza europeo FCAS, no disponible antes de 2042, otorgan a este despliegue un aire de reivindicación tecnológica y estratégica.
Entre la pasividad y la política. La diferencia de enfoques es evidente. Mientras Washington ha lanzado la Task Force 250 con un ambicioso programa de actividades, una campaña de comunicación y una estrategia clara para reforzar la narrativa nacional, en España el intento de coordinar un grupo interministerial se ha topado con divisiones políticas y finalmente se ha abandonado.
La consecuencia, como decíamos, es que el peso de la representación recae casi exclusivamente en la Armada, lo que revela una paradoja: el Gobierno opta por pasar de puntillas por un aniversario histórico que podría haber servido para proyectar la imagen de España, mientras que la Marina actúa como principal garante de la relación bilateral en un terreno tan sensible como el de la defensa.
La paradoja israelí. Lo comentábamos al inicio. El despliegue de la Armada en Nueva York convive también con otra contradicción en la política española. Mientras el Ejecutivo ha prohibido que cazas o buques estadounidenses cargados con armas con destino a Israel crucen territorio o aguas nacionales en el marco de la guerra de Gaza, la Marina española enviará sus mejores unidades a celebrar el aniversario estadounidense.
La decisión refleja el complejo equilibrio que busca Madrid: marcar distancia en cuestiones de política exterior muy sensibles para su electorado y, al mismo tiempo, mantener la solidez de la relación militar con Estados Unidos, un aliado indispensable en la OTAN y garante último de la seguridad atlántica.
Cooperación militar. Plus: la participación española no se limitará a los actos de julio. En octubre, en Filadelfia, el jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante Antonio Piñeiro, estará presente junto a delegaciones de más de 70 países en los actos centrales del 250 aniversario de la US Navy. Una presencia que vuelve a subrayar que, más allá de las divergencias políticas en materia internacional o presupuestaria, la relación bilateral en defensa sigue siendo fundamental.
De hecho, España aloja en Rota y Morón a parte esencial del dispositivo militar norteamericano, como demuestró la reciente operación Martillo contra Irán, y mantiene abierto el interés mutuo en materia industrial, con la vista puesta en la capacidad constructiva de Navantia para suplir carencias de producción naval en un contexto marcado por la pujanza de la marina china.
España y su proyección. Si se quiere también, la conjunción del aniversario estadounidense con eventos de alcance mundial, como el Mundial de fútbol de 2026, convierte esta cita en un escaparate diplomático de primer orden. El despliegue de la Armada no solo refuerza la imagen de España como aliado fiable en el seno de la OTAN, sino que también permite proyectar la tradición marítima nacional a través de la presencia del Juan Sebastián Elcano, embajador cultural y símbolo de continuidad histórica.
En conjunto, el esfuerzo representa la voluntad de la Marina de mantener la relación estratégica con Estados Unidos en el terreno militar, reafirmando que, aun en tiempos de desencuentro político, la cooperación naval sigue siendo un pilar de la relación bilateral.
Imagen | Armada, javicaselli
En Xataka | El «rearme» en Europa se ha encontrado con un obstáculo que ni EEUU imaginaba: España