Las inundaciones de Valencia, Cataluña y Aragón ilustran algo más: España no está preparada para lidiar con cada vez más huracanes-borrasca
Carreteras cortadas, retrasos en trenes, vuelos cancelados rescates en tres provincias. «Los vecinos están en pánico«, decía el alcalde de Aldaia. «A pocas semanas de cumplirse un año de la tragedia de la DANA, parece que el fenómeno va a repetirse», podíamos leer en las redes sociales.
Gabrielle ha sido más que los restos de un huracán, ha sido un recordatorio de todo el dolor de los últimos meses y una promesa: que no será la última vez.
¿Pero estamos preparados?
Un dato que parece curioso, pero es algo más. La temporada de huracanes de 2025 ha sido muy tranquila, pero ha ocurrido algo que no ocurría desde hace 90 años. Como explicaba Philip Klotzbach, con «Humberto […] el Atlántico tendría un récord de 3 de 3 huracanes que se convirtieron en importantes en 2025 (Erin y Gabrielle fueron los otros). La última vez que los primeros 3 huracanes de una temporada de huracanes en el Atlántico fueron importantes fue en 1935».
Pero es que, además, ninguno ha tocado tierra (Gabrielle lo ha hecho ya en forma de tormenta postropical).
Es decir, ¿están cambiando la gran fábrica de huracanes del Atlántico? Martín León tiene un buen resumen de la situación. Los tres ciclones «[1] se han formado a partir de ondas tropicales del este venidas desde África, [2] se han desplazado por aguas abiertas cálidas, [3] se han intensificado rápidamente sobre aguas muy cálidas en el Atlántico occidental, [4] han recurvado, o recurvará, hacia el este para experimentar una transición extratropical y [5] llegaron o llegarán a las costas europeas (transformados en borrascas postropicales).
Es verdad que es pronto para sacar conclusiones. Hasta ahora (y pese a las previsiones de que iba a ser mucho más fuerte) «la estación de huracanes de 2025 sigue estando cerca de lo normal». Esto que comentaba Martín León es curioso, pero está lejos de constituirse aún en tendencia. Y nada de eso cambia el verdadero problema.
¿Qué problema? La situación actual nos ha enseñado tres cosas: la primera, hace un año, es que no estábamos preparados para soportar un golpe como el de la DANA; la segunda, durante este año, es que nuestro sistema institucional no parece capaz de prepararse rápidamente; y la tercera, estos días, es que lo Valencia no fue un hecho aislado, sino un riesgo sistémico en decenas de puntos del país.
Sea verdad o no lo del cambio de tendencia en el Atlántico, la situación es clara: el cambio climático nos expone a fenómenos meteorológicos cada vez más extremos. Y nuestro enfoque es el mismo que el de las últimas décadas: nada.
¿Pero esto es realmente nuevo? Sí y no. Como nos explicaba Emilio Rey, «este tipo de fenómenos tiene un periodo de recurrencia de cierto tiempo. Algunos ocurren cada 20 años, otros cada 50 ó 100 años. Pero sabemos que va a pasar de nuevo. Ha pasado siempre y seguirá pasando en el futuro porque nuestra situación en el planeta y las circunstancias de esta época del año lo permiten. No va a pasar todos los años pero va a pasar».
En todo caso, con el cambio climático se modificará la frecuencia con la que nos afectan los fenómenos más fuertes. Lo que nos han dicho las infraestructuras de Castellón, Tarragona, Valencia o Zaragoza es que queda mucho por hacer.
Imagen | Vía Stormyalert
