¡SALUD EN RUINAS! Triunfos inexistentes Mientras Niños con Cáncer Mueren Sin Medicinas y Hospitales Se Desmoronan en el Edomex

¿Qué pasa en el equipo de la secretaría de Salud, Macarena Montoya Olvera, donde el desorden reina y los vacíos de poder paralizan todo?
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Toluca, Estado de México, 23 de septiembre de 2025 – En un acto de cinismo político que ha encendido las redes y las calles, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez rindió antier su Segundo Informe de Gobierno, fanfarroneando con «avances» en salud como un abasto del 90% de medicamentos y la modernización de clínicas, mientras la realidad golpea como un mazazo: hospitales abandonados, desabasto crónico de vacunas y fármacos, niños con cáncer luchando por su vida sin tratamientos, y un caos administrativo en el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), y el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) que huele a corrupción enquistada. Pero detrás de las luces del Teatro Morelos, Gómez se auto calificó con un «ocho» en resultados –¡como si fuera un examen de primaria! –, se acumulan denuncias que gritan negligencia: ¿qué pasa en el equipo de la secretaría de Salud, Macarena Montoya Olvera, donde el desorden reina y los vacíos de poder paralizan todo? La salida abrupta de su encargada de Comunicación Social –¿renuncia por el escándalo, despido por no maquillar el desastre, o simple huida del barco que se hunde? – ha dejado un silencio ensordecedor que solo amplifica el colapso, mientras derechohabientes claman por respuestas que nadie da.
El informe de Gómez, entregado al Congreso local el 22 de septiembre, pinta un panorama idílico: «retomamos proyectos de construcción de unidades médicas, como el Centro Oncológico de Ecatepec», y «avances en la cobertura de medicamentos». Sin embargo, en las sombras de este discurso, familias enteras claman por auxilio. En el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), el abandono es palpable: 10 hospitales inconclusos, con sobrecostos millonarios como el de Coacalco, yacen como esqueletos de concreto oxidado, mientras el personal médico denuncia falta de insumos básicos –jeringas, guantes, camillas– y contratos precarios que los dejan en la cuerda floja. «Trabajamos con las uñas, y si alzamos la voz, nos despiden», relató una enfermera del Centro Médico ISSEMyM Toluca en junio, en medio de protestas que colapsaron avenidas bajo la lluvia. Peor aún, el cáncer infantil –ese monstruo que devora sueños– se ha convertido en un drama silenciado. Cada año, 7 mil niños en México enfrentan este azote, pero en el Edomex, el desabasto de quimioterapias como metotrexato y vincristina deja a padres desesperados bloqueando calles y suplicando en hospitales. «Que no muera una niña o un niño más por falta de insumos», exigió la senadora Laura Esquivel Torres en febrero, apuntando al presupuesto raquítico de salud –apenas 2.6% del PIB en 2025, por debajo de lo recomendado por la OMS. En el IMSS-Bienestar, la transición prometida por Gómez se traduce en un fracaso rotundo: protestas masivas de 13 mil trabajadores en julio, sin sueldos ni materiales, y clínicas como la de Zamora, Michoacán –aliada al esquema mexiquense–, donde techos colapsan y rayos X operan sin puertas de plomo.
El ISSEMyM, joya envenenada del sistema, es un hervidero de corrupción y desorden: falta de especialistas que obliga a esperas eternas en urgencias –hasta dos horas y media sin atención–, mientras personal chatea indiferente y derechohabientes marchan contra el «colapso» anunciado en enero. Medicamentos completos son una promesa vacía, opacada por auditorías de irregularidades en licitaciones y pensiones que siguen sin resolverse. Contratos inflados a empresas sancionadas y favoritismos a funcionarios reciclados –como el exdirector de Finanzas del ISEM que salta de Eruviel Ávila a Alfredo del Mazo y ahora a Gómez– perpetúan un ciclo de corrupción que el Órgano Interno de Control ignora. «El ISSEMyM enfrenta un dilema: ¿Seguir financiando contratos a modo o cortar con las redes de corrupción?», cuestiona un análisis reciente. Y como si el caos operativo no bastara, los vacíos de poder agravan la tormenta
Vacunas contra tuberculosis, hepatitis y sarampión brillan por su ausencia en centros de salud, exponiendo a los vulnerables a brotes letales. «No hay medicamentos ni vacunas, pero sí chocolates del Bienestar y clases de box», ironizó una ciudadana en abril, resumiendo el absurdo de prioridades torcidas.
Gómez, en su informe, juró «no claudicar» y llamó a denunciar corrupción, pero las calles responden con marchas y tuits virales: «El Edomex está peor que nunca: inseguridad, baches, falta de medicinas». Mientras la mandataria recorre Temascaltepec, Atlacomulco y Texcoco para «acercarse al pueblo», la pregunta flota en el aire: ¿cuántas vidas más se perderán antes de que el «poder de servir» deje de ser una farsa? La salud mexiquense no espera discursos; exige acción, antes de que el colapso sea irreversible.

