Ucrania ha asestado un golpe a Rusia tumbando dos reliquias "anfibias" de la Guerra Fría. Y luego lo ha mostrado en vídeo
El 18 de octubre de 1960, desde el aeródromo de Taganrog, la Unión Soviética presentaba al mundo con su primer vuelo el Beriev Be-12, un avión anfibio diseñado para desempeñar misiones de guerra submarina y de patrulla marítima que con el tiempo fue ampliando sus capacidades. De hecho, Rusia seguía manteniendo activos varios modelos empleados en la invasión a Ucrania.
Hasta hace unos días.
El ataque contra una reliquia. La escena tuvo lugar el 21 de septiembre, cuando drones kamikaze ucranianos alcanzaron la base aérea de Kacha, en la Crimea ocupada, atacando dos de los escasísimos Be-12 anfibios de la Armada rusa y un helicóptero Mi-8.
Las imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa ucraniano muestran el impacto directo sobre uno de estos aparatos (identificado con el número 08) y refuerzan la idea de que se trata del primer ataque confirmado contra este tipo de aeronaves, conocidas en Rusia como Chaika (gaviota) y por la OTAN con el nombre en clave Mail. La acción fue reivindicada por la unidad especial “Ghost” de la inteligencia ucraniana, subrayando el papel cada vez más relevante de los drones en la campaña contra infraestructuras y activos militares en Crimea.
La importancia del B2-12. Como decíamos al inicio, el Be-12 fue concebido en los años sesenta como plataforma antisubmarina. Perdió esa función principal hace décadas, aunque se mantenía en servicio en configuraciones de búsqueda y rescate y, sobre todo, como patrullero marítimo para detectar las lanchas no tripuladas ucranianas que hostigan a la Flota del mar Negro.
Con apenas seis aparatos registrados en 2023 y solo cuatro o cinco en estado operativo, la destrucción o daño de dos de ellos podría suponer la reducción a la mitad de la flota activa. Aunque uno de los ejemplares alcanzados podría haber estado ya fuera de servicio, incluso en ese caso era valioso como fuente de repuestos, un recurso crítico para prolongar la vida del modelo.
La presión en Crimea. Desde el verano de 2022, los Be-12 se han visto operando con frecuencia sobre la costa de Crimea, actuando como apoyo en la detección de embarcaciones no tripuladas, comandos de reconocimiento y buzos de operaciones especiales ucranianos.
La campaña de drones de superficie de Ucrania, que empezó con modelos suicidas y ha derivado en plataformas reutilizables capaces de lanzar drones FPV o incluso artilleros, ha debilitado a la Flota rusa y forzado la construcción de refugios endurecidos en bases aéreas como Belbek. La pérdida de patrulleros aéreos especializados agrava la vulnerabilidad rusa en este escenario, donde la inteligencia y la detección temprana resultan vitales.
El ocaso de un avión. El Be-12 ha sobrevivido a múltiples etapas de obsolescencia, desde la disolución de la URSS hasta su retirada oficial en 1992, volviendo a cobrar protagonismo tras la anexión de Crimea en 2014. Sin embargo, sin modernizaciones sustanciales, carece de viabilidad en un entorno aéreo disputado y solo puede desempeñar misiones secundarias en condiciones de superioridad rusa.
Su aparente final, precipitado por los drones ucranianos, simboliza cómo una guerra marcada por sistemas autónomos y ataques de precisión está desmantelando los últimos vestigios de la aviación soviética en la región.
Consecuencias estratégicas. Si se quiere también, el ataque contra los Be-12 encaja en la estrategia ucraniana de privar a Rusia de capacidades de vigilancia y control en el mar Negro, debilitando el margen operativo de la Flota del enclave y socavando la logística militar en la península.
Más allá del golpe táctico, la acción refleja la transición de la guerra hacia un escenario en el que sistemas baratos, autónomos y difíciles de contrarrestar son capaces de neutralizar plataformas costosas y escasas, acelerando el desgaste ruso y cuestionando la capacidad de Moscú para mantener operativa una aviación naval cada vez más dependiente de reliquias.
Imagen | Commander, U.S. Naval Forces Europe-Africa/U.S. 6th Fleet, Ukrainian Ministry of Defense