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EEUU lanzó un pulso a China con los aranceles y China ha respondido no comprándoles soja. Está causando estragos

China tiene hambre. Lo hemos visto recientemente con el pescado, arrasando caladeros de Sudamérica, también lo vemos con el gusto por el café que están desarrollando y con un producto muy ligado culturalmente a los países asiáticos: la soja. El problema es que la cantidad de soja que producen es marginal (unos 20 millones de toneladas) y se estima que necesitan entre 120 y 130 toneladas para cubrir su demanda. ¿A quién se la compran? A Brasil y a Estados Unidos, pero con el pulso arancelario de los últimos meses lanzado desde la Administración de Donald Trump, China ha decidido que su respuesta iba a ser hacer el vacío a la soja estadounidense.

Y está provocando que los silos de las granjas estén a reventar. Brasil y África están encantados.

Bajón. Para comprender la situación actual, hay que echar la vista unos años atrás. Hace una década, China era una aliada indiscutible del mercado de soja estadounidense. Se estima que alrededor del 40% de la soja de Estados Unidos iba a China, pero con la llegada de diferentes vetos comerciales, las cosas empezaron a cambiar. En 2024, China compró alrededor del 20% de su soja a EEUU.

Supone más de 27 millones de toneladas de soja con un valor aproximado de unos 12.800 millones de dólares, pero las cosas se empezaron a torcer con la nueva guerra comercial. Debido al cruce de aranceles aplicados por Washington y Pekín a sus respectivas importaciones, había dudas sobre qué pasaría con ese producto estrella y si, con unos altos aranceles, seguiría siendo igual de apetitoso para los importadores chinos. Ya tenemos la respuesta.

La foto en 2025. De enero a julio de este año, se estima que China importó 16,5 millones de toneladas de soja estadounidense, una cifra ridícula comparada con la de años anteriores. Lo peor está por llegar, ya que se prevé una importación prácticamente nula de soja procedente de Estados Unidos para el último trimestre en el que vamos a entrar, contrastando con los más de diez millones de toneladas en el mismo periodo del año anterior.

De hecho, si en 2024 el 20% de las importaciones agrícolas de China desde EEUU eran sólo soja, este año se estima que la cifra se quedará en un 12% de importaciones para todos los productos agrícolas.

Dakota del Norte. Como apuntan en New York Times, en un año típico, Estados Unidos enviaría más de la mitad de su soja a China, habiendo estados como Dakota del Norte que venderían al gigante asiático el 70% de su producción. Con este cambio de rumbo en el mercado, los agricultores afrontan el riesgo de superproducción, llenando silos, pero sin posibilidad de dar salida a tantas toneladas de producto.

Las consecuencias son las que ya conocemos: caídas brutales en los precios, pérdida de valor de las tierras y de la economía rural, mientras los granjeros tienen que seguir pagando hipotecas. En la guerra comercial de 2019, la Administración ofreció ayudas a los agricultores para soportar la presión de una China que no les compraba, pero falta ver qué ocurrirá en un futuro próximo mientras altos funcionarios de EEUU y China se reunieron esta semana en España para discutir decisiones comerciales (con el plato fuerte de TikTok).

Como apuntan en el reportaje de NYT, los agricultores esperan que el de la soja sea uno de los temas a tratar, ya que hay ejemplos de granjas que perderán hasta 400.000 dólares sólo este año, siendo una situación inasumible en algunos casos.

China mira a Brasil. Pero claro, China no está dejando de comprar soja tanto para consumo humano como para el consumo del ganado, lo que ocurre es que la están comprando a otros productores. EEUU es el segundo a nivel mundial, pero por encima tiene a alguien que está viviendo una situación totalmente contraria: Brasil.

Con la guerra comercial de 2019, China ya empezó a diversificar y a mirar el mercado brasileño, pero estos años ha ido combinando ambos por mero interés: como apunta Reuters, EEUU enviaba su soja entre septiembre y enero, antes de la cosecha brasileña que protagonizaba el resto de meses. En el medio apuntan que China ha ido haciendo acopio de soja para no tener que comprar a Estados Unidos esta temporada. Se estima que la soja sudamericana cubrirá el 95% de la demanda de China de octubre.

También a África. De forma paralela, China está explorando nuevos orígenes para la soja, especialmente en África. Aunque hablamos de volúmenes modestos, las importaciones procedentes de Nigeria o Mozambique han aumentado estos últimos meses, siendo parte de la estrategia de China para diversificar, minimizar riesgos y, además, invertir directamente en zonas con potencial agrario y en las que puedan tener un mayor control.

Porque esta estrategia es algo que no sólo vemos con la soja, sino también con infraestructuras tanto en Latinoamérica (entre ella, ferrocarriles y puertos) como en África, donde están invirtiendo en proyectos que les permitan acceder a minerales críticos y metales. Es algo que refuerza su posición geopolítica frente a Estados Unidos a la vez que diversifica sus fuentes para asegurar estabilidad y abastecimiento continuo.

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