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Un político japonés ha intentado 'hackear' las elecciones disfrazándose de villano de 'Gundam'. Bandai no se lo ha tomado bien

Los políticos quieren nuestros votos a toda costa. Cuando hay elecciones, los aspirantes entran en campaña, y estos últimos años han aprovechado las nuevas tecnologías para llamar la atención de esos votantes jóvenes o que no consumen los medios tradicionales. Es algo que ocurre en todo el mundo, pero cuando giramos la cabeza y miramos a Japón, la cosa se desmadra y vemos decenas de «políticos» disfrazados de… lo que sea. El problema es que uno de ellos ha hecho cosplay al lado de un Gundam.

Y es algo que no ha hecho gracia a Bandai.

En corto. Hace unos días, el político japonés Taro Yamamoto, ex-actor y fundador del partido ‘Reiwa Shinsengumi’ se disfrazó de Char Aznable, un personaje de ‘Mobile Suit Gundam’. Curiosamente, era el antagonista de la serie y se vistió como tal para dar pie a Maya Okamoto. Actriz de voz, Okamoto puso la voz al personaje de Emma Sheen en ‘Mobile Suit Zeta Gundam’, por lo que toda la campaña parecía tener bastante sentido.

Puedes ver el vídeo de ambos, posando y lanzando sus proclamas, frente a un Unicorn Gundam a tamaño real que hay en Odaiba:

La careta de los políticos. El vídeo se volvió muy viral en X, por lo que objetivo conseguido, pero realmente no es tan raro ver a políticos japoneses intentando capturar la atención de los votantes de esta forma. De hecho, no es la más rara, ni la más vergonzosa, que se puede ver en el panorama político japonés.

En esta ocasión, se busca un hueco en la Cámara de Consejeros de Japón, pero en las últimas elecciones en Tokio se pudo ver a varios candidatos de partidos menores disfrazados de personajes como el Joker (quizá no lo más apropiado) o como la niña de ‘The Ring’. Otros decidieron desnudarse parcialmente y, como decimos, es una práctica habitual debido al sistema de retransmisión japonés.

Políticos Japón

La televisión pública NHK debe permitir que cada candidato tenga tiempo para presentarse ante los votantes, pero como hay tantísimos candidatos entre partidos serios y otros muchísimo más ‘desenfadados’, por calificarlos de alguna manera, los aspirantes buscan la mejor manera de llamar la atención. Además, algunos no tienen intención alguna de presentarse, simplemente buscan un hueco en las vallas publicitarias para saltar a la fama. El caso de Reiwa Shinsengumi sí es serio porque no buscan el espectáculo por el espectáculo o por una cuestión de fama.

Protegiendo la cultura pop. El mensaje en X de Yamamoto no sólo tenemos el vídeo, también la explicación de lo que buscaba disfrazándose de esa manera. Afirma que “el parlamento está lleno de gente que sólo quiere ser parlamentaria, pero lo importante no es convertirse en parlamentario: es dar un paso para proteger la cultura pop”. Asegura que un perfil así es raro, “una especie en extinción”, y lo que intenta conseguir es llamar la atención de ese 50% del electorado que no va a las urnas porque piensa que “no se puede cambiar el mundo”.

En este discurso se enfoca en el anime, asegurando que están atravesando una crisis, “una crisis de la cultura japonesa y una crisis de las pequeñas y medianas empresas de Japón” y que, para proteger esa cultura pop japonesa, hay que votar a Maya Okamoto. Es una declaración curiosa, ya que parte de la posible crisis del anime es un problema endémico de jornadas interminables y malas condiciones de trabajo, sobre todo en los estudios más grandes.

La actriz, por su parte, incidió en la idea de que una acción así “puede llegar a sectores que normalmente están desvinculados de la política”, y no sólo comentó que la industria del espectáculo está en problemas: también autónomos, negocios familiares, pequeñas y medianas empresas que representan “el 99% de los negocios japoneses” debido a una medida llamada “facturación electrónica obligatoria” que entró en vigor en 2023 para digitalizar la administración y ha sido muy impopular entre ciertos profesionales porque ha provocado un aumento de un 10% en los impuestos que deben pagar.

Reacciones encontradas. La medida ha sentado de forma desigual en Japón. Hay quien ha calificado a Yamamoto de “payaso”, como Minoru Ogino, político que es VTuber y conocedor de las culturas manga y anime. Y algunos fans de Gundam tampoco parecen demasiado cómodos con la figura de un político disfrazado como Char, con comentario como “al final, intenta provocar un invierno nuclear. ¿De verdad sabe a quién está imitando?” o “está claro que se puso el disfraz sin saber lo que Char Aznable hizo en la historia original”, asumiendo que se debería haber disfrazado de otro personaje.

En el vídeo de YouTube encontramos reacciones de todo tipo, con numerosas muestras de apoyo y comentarios como «definitivamente, iré a votar». Otros se han tomado la acción como una campaña positiva al presentar las ideas de forma divertida, algo alejado de la tradicional seriedad de los partidos convencionales y más grandes.

Políticos Japón

Bandai no quiere saber nada. Los votantes hablarán en las urnas, pero quienes ya se han manifestado, y totalmente en serio, son los responsables de… Gundam. Bandai, en un comunicado, expresó que no habían aprobado estas acciones:

“En las elecciones de la cámara de Consejeros de 2025, hubo candidatos que hicieron actividades utilizando trajes cosplay que recuerdan a los personajes de la serie ‘Gundam’. No está aprobado por Bandai Namco y no apoyamos a candidatos específicos”.

Al final, es de lo más normal que una compañía se desligue de este tipo de acciones políticas por motivos más que obvios: habrá parte de su público que vote a un partido u otro y lo que hace Bandai en este caso es proteger sus propios intereses para que no se relacione su marca con la ideología de quien la utilice.

Corea del Sur es más de lo mismo. Pero bueno, esto de utilizar elementos de la cultura popular o algo que esté extremadamente de moda no es algo nuevo ni exclusivo de Japón. Corea del Sur es otro ejemplo de cómo utilizar piezas de entretenimiento masivo para llegar a los más jóvenes. Algo que apasiona a los surcoreanos (aparte de las operaciones estéticas por presión social) son los deportes electrónicos. ‘Starcraft’ es una religión, pero otro videojuego pegó muy fuerte hace unos años: ‘Overwatch’.

¿Y qué ocurrió? Que una candidata a las elecciones presidenciales lo utilizó como herramienta política del mismo modo que, antes que ella, ya se habían servido del mencionado ‘Starcraft’ para rascar votos de los más jóvenes. Al final, los políticos hacen lo que sea para ganar esos votos de una juventud que puede sentirse desligada de la materia. Y puede ser disfrazarse, utilizar videojuegos o extender bonos.

En Xataka | El día que casi me vuelvo loco porque Japón, con sus peculiaridades, no permite silenciar la cámara de los móviles

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