EL HUSMEADOR

Tormentas en el Estado de México: un diluvio de desafíos y respuestas gubernamentales
- Afectaciones graves: un panorama de emergencia
- Respuesta gubernamental: esfuerzos coordinados, pero con retos
La última semana de junio de 2025 ha sido testigo de un embate implacable de la naturaleza en el Estado de México, donde lluvias intensas han desatado inundaciones, derrumbes y caos vial, afectando a miles de mexiquenses y evidenciando las vulnerabilidades de la infraestructura urbana. Desde Naucalpan hasta Nezahualcóyotl, las precipitaciones han dejado un rastro de daños que pone a prueba la capacidad de respuesta de los gobiernos local, estatal y federal. A continuación, un análisis de las afectaciones más graves, sus impactos y las medidas tomadas para enfrentar esta crisis.
Las lluvias de la semana del 16 al 22 de junio, impulsadas por canales de baja presión y el ingreso de humedad del huracán Erick, han golpeado con fuerza al Estado de México, dejando un saldo de inundaciones, derrumbes y severas afectaciones a la infraestructura. Entre los incidentes más críticos destacan:
- Inundaciones masivas en el Valle de México: Municipios como Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Coacalco, Cuautitlán Izcalli, Texcoco, La Paz, Chicoloapan, Chalco, Ixtapaluca y Nezahualcóyotl reportaron encharcamientos severos. En Naucalpan, se desborda la Presa Los Cuartos, varias colonias se han afectado severamente, las calles Alcanfores y Cerrada Frontera, en la colonia Altamira, quedaron intransitables debido a acumulación de agua. En el oriente, Nezahualcóyotl y Chicoloapan enfrentaron caos vial y anegaciones que paralizaron la movilidad.
- Derrumbes en zonas urbanas: En la Ciudad de México, limítrofe con el Estado de México, las alcaldías Cuauhtémoc y Benito Juárez reportaron al menos dos derrumbes provocados por las lluvias, lo que sugiere riesgos similares en municipios mexiquenses con topografía inestable, como Chalco o Valle de Chalco.
- Daños al Aeropuerto Internacional de la CDMX y la Central de Abastos: Las precipitaciones del 16 de junio afectaron operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, causando retrasos, y generaron inundaciones en la Central de Abastos, un punto crítico para el abasto de alimentos en la región. Estos eventos impactan directamente a los municipios del Estado de México que dependen de estas infraestructuras.
- Baches y deterioro vial: Las lluvias han agravado el problema crónico de los baches en el Estado de México, incluso en zonas recientemente rehabilitadas. Calles en mal estado han complicado la movilidad y aumentado el riesgo de accidentes, especialmente en municipios densamente poblados como Ecatepec y Toluca.
El impacto humano y económico es significativo. Miles de familias han visto sus hogares y negocios afectados, mientras que el caos vial ha retrasado actividades económicas y generado pérdidas en sectores como el transporte y el comercio. Las lluvias, aunque esperadas en la temporada, han sido inusualmente intensas, con registros de hasta 70 mm en un solo día en áreas cercanas, como Benito Juárez, superando los promedios históricos.
Los gobiernos local, estatal y federal han activado protocolos para mitigar los daños, aunque las críticas por la lentitud o insuficiencia de las medidas no se han hecho esperar. A continuación, un desglose de las acciones tomadas:
- Gobiernos municipales: En municipios como Naucalpan y Nezahualcóyotl, las autoridades locales han desplegado equipos de protección civil y bomberos para atender encharcamientos y evacuar zonas de Macros en riesgo. Sin embargo, la respuesta ha sido desigual, con algunos residentes reportando demoras en la asistencia. En Iztapalapa, por ejemplo, se reportaron 39 incidentes relacionados con las lluvias, lo que indica una carga significativa para los servicios locales.
- Gobierno estatal: La Secretaría de Seguridad del Estado de México (SS-Edomex), a través del C5, ha monitoreado las afectaciones y coordinado esfuerzos de respuesta. Se han implementado operativos como el #Operativo Lluvias 2025 para gestionar el tráfico y atender emergencias. La gobernadora Delfina Gómez ha priorizado la atención a los municipios más afectados, pero las críticas persisten por el mal estado de las vialidades, que agrava las inundaciones.
- Gobierno federal: La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) han emitido alertas y pronósticos continuos, advirtiendo sobre lluvias intensas en el Valle de México. Además, se han movilizado más de 11,600 elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional a nivel nacional para apoyar en las zonas afectadas, incluyendo el Estado de México. Estos esfuerzos se han centrado en la limpieza de alcantarillas, el bombeo de agua y la asistencia a comunidades inundadas.
A pesar de estas acciones, la infraestructura urbana sigue siendo un talón de Aquiles. La falta de mantenimiento en sistemas de drenaje y la urbanización desordenada han exacerbado las inundaciones, un problema que los gobiernos locales y estatales no han logrado resolver de manera estructural.
El Estado de México no es ajeno a las lluvias intensas durante la temporada de huracanes, pero la magnitud de las afectaciones de esta semana resalta dos problemas estructurales: la insuficiencia de la infraestructura hidráulica y el impacto del cambio climático. La urbanización descontrolada ha reducido las áreas de absorción natural, mientras que el cambio climático intensifica los patrones de lluvia extrema. Aunque las lluvias han traído cierto alivio a las reservas de agua tras la sequía de 2024, con un aumento en los niveles de embalses según CONAGUA, el costo inmediato en daños y pérdidas es elevado.
La respuesta gubernamental, aunque coordinada, enfrenta críticas por su enfoque reactivo. Las inversiones en infraestructura, como el sistema Cutzamala y los proyectos de agua de 20 mil millones de pesos anunciados para 2025, son pasos en la dirección correcta, pero los resultados tardarán años. Mientras tanto, los mexiquenses enfrentan las consecuencias de un sistema que no está preparado para lluvias de esta magnitud.
Un llamado a la acción.
Las lluvias de esta semana han sido un recordatorio de la vulnerabilidad del Estado de México frente a los caprichos del clima. Si bien los esfuerzos de los gobiernos han mitigado algunos daños, la magnitud de la crisis exige soluciones de largo plazo. Los mexiquenses merecen no solo respuestas rápidas, sino un compromiso estructural para enfrentar un futuro donde las tormentas serán cada vez más intensas. La naturaleza no espera, y el tiempo de actuar es ahora.
