China está inmersa en una revolución nuclear y necesita cantidades industriales de uranio. Su solución: "pescarlo" en el mar
China es uno de los países que más está impulsando la adopción de energías renovables gracias a grandes ‘granjas’ fotovoltaicas y a la saturación del mercado de los paneles solares. A la vez, han aprobado la construcción de diez nuevos reactores nucleares. Puede parecer una contradicción, pero en medio de una fuerte guerra comercial, se trata de un paso más en la autosuficiencia energética, y para conseguirla necesitarán toneladas de uranio.
¿Su solución? Exprimir el uranio de los mares.
Mina marina. El país cuenta con 56 reactores nucleares y tiene entre 25 y 29 en construcción. Esto implica que necesitan muchísimo uranio y el problema es que no producen suficiente. Se estima que, en 2023, la producción de China fue de apenas 1.700 toneladas, el 4% a nivel mundial, y aunque tienen unas fuertes reservas, necesitan más.
A su vez, China importó unas 22.000 toneladas en 2024 y han empezado a poner soluciones. En 2024 comenzó la construcción del Proyecto Nacional de Uranio Nº1 en Ordos. Se convertirá en la mayor mina de uranio del país y hace unos meses anunciaron que habían descubierto otro importante yacimiento, también en Ordos. Sin embargo, sigue sin ser suficiente, por lo que han puesto la vista en el mar.
Pescar uranio. Porque sí: hay uranio en los océanos. Su concentración es extremadamente baja, de unos 3 microgramos por litro, pero debido a la inmensidad oceánica, se estima que el total es de 4.500 millones de toneladas de uranio. Hay mil veces más uranio en los mares que en las reservas terrestres conocidas.
Extraer uranio del mar no es algo nuevo y, durante la década de los 80, Japón lideró el desarrollo de las técnicas de extracción de uranio marino. El problema es que es un proceso complejo y, sobre todo, ineficiente. Es por ello que los investigadores se enfocan en métodos activos de recogida de uranio, ‘dopando’ diferentes materiales para poder extraer más material por litro. También es un método caro, unas diez veces más que extraerlo de las fuentes terrestres.

Material milagroso. Pero aquí es donde entra en juego el equipo chino del Frontiers Science Center for Rare Isotopes de la Universidad de Lanzhou. En un estudio publicado en Nature, explican que la clave para extraer uranio marino de forma más eficiente reside en los MOF, o Metal-Organic Frameworks. Se trata de un material cristalino compuesto por iones metálicos que se coordinan con elementos orgánicos para formar estructuras de gran porosidad.
Es como una red de pesca extremadamente eficiente para atrapar partículas de pequeño tamaño que, en el caso del uranio, permite separar mejor este elemento de otros a los que puede estar adherido. El equipo chino lo ha dopado con moléculas de difeniletinelo y afirman que este nuevo material DAE-MOF permite una capacidad de absorción de uranio de 588 mg por gramo, según los ensayos.
Esto supone una eficiencia 40 veces mayor a la hora de separar el uranio de metales como el vanadio y ha sido probado tanto en agua de mar simulada como real.
Objetivo. La idea ahora es crear plantas de extracción de prueba este año, con plantas piloto en la escala de toneladas de cara a 2035 y con una producción continuada para 2050. Se espera que la demanda de uranio de China sea de más de 40.000 toneladas en 2040, por lo que las minas terrestres en conjunto con estas fuentes alternativas marinas se antojan esenciales para lograr el objetivo.
Sin duda, es un avance en la extracción marina de uranio en un momento en el que el resto de jugadores en este tablero también se encuentran buscando formas de poder sacar más partido al mar de cara a la independencia energética en una época en la que comprar a otros países se ha puesto patas arriba. Y Estados Unidos, claro, también está en esa lucha, con el U.S. Department of Energy analizando la viabilidad técnica, económica y ambiental de la extracción de uranio a gran escala en sus aguas.
Imágenes | RobertoUderio, Robert Taylor from Stirling, Nature