POR: EL HUSMEADOR

¡El Jet Mexicano que Sacó a la Nobel de las Garras de Maduro: ¿Operación Encubierta, Sombra de la CIA o Simple Coincidencia Diabólica?
En las sombras de la noche caribeña, una lancha veloz surcaba olas traicioneras hacia Curaçao. A bordo, disfrazada y exhausta tras evadir checkpoints militares venezolanos, viajaba María Corina Machado, la feroz opositora que acababa de ganar el Premio Nobel de la Paz 2025. Su destino: Oslo, Noruega, para reclamar un galardón que Nicolás Maduro jamás quiso que recibiera en persona. Pero lo que nadie esperaba era el twist mexicano en esta trama digna de película de espías: el jet privado que la llevó al otro lado del Atlántico era un Embraer Legacy 650 con matrícula XA-FUF, propiedad de Redwings, una empresa aeronáutica mexicana con base en Querétaro, fundada por el enigmático empresario Bernardo Moreno León. ¿Casualidad? ¿O algo más oscuro se teje entre México, Washington y Caracas? El vuelo, contratado a través del broker estadounidense Go2Jets, partió de Miami, recogió a la Nobel en la isla holandesa y, tras una escala técnica en Maine (¡tierra yanqui!), aterrizó en Oslo justo a tiempo para que Machado saludara desde el balcón del Grand Hotel, con la mano en el pecho y lágrimas de victoria. Fuentes confiables como The Wall Street Journal y The New York Times hablan de una «operación secreta» coordinada por veteranos militares estadounidenses, con posible apoyo logístico de la administración Trump. Machado misma lo confirmó: «Recibimos ayuda del Gobierno de Estados Unidos». ¿Y la CIA? Los rumores vuelan más alto que el jet: algunos medios sensacionalistas juran que fue una exfiltración estilo Hollywood, con drones y cazas F-18 cubriendo el mar. Pero pruebas concretas… cero. Solo especulaciones que alimentan la paranoia chavista. Mientras tanto, en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum guarda un silencio sepulcral. Preguntada una y otra vez sobre la Nobel y su odisea, responde con un frío «sin comentarios», escudándose en la sacrosanta «no intervención». ¿Por qué tanto hermetismo? Circulan rumores jugosos en redes: que Maduro, furioso, habría pedido a México investigar a Redwings por «facilitar la fuga». Que el gobierno de Sheinbaum, aliado ideológico del régimen bolivariano, estaría considerando una pesquisa discreta contra la empresa mexicana para no enfadar al vecino del sur. ¡Imaginemos las llamadas nocturnas entre Caracas y Ciudad de México! Sin embargo, la realidad es más prosaica y decepcionante: no hay ni una sola evidencia pública de tal investigación. Ni la SICT, ni la Fiscalía, ni la AFAC han movido un dedo. Medios serios como El Financiero o Latinus solo reportan la ruta del avión y la polémica por su matrícula mexicana, pero nada de indagatorias oficiales. Sheinbaum ni siquiera felicitó a Machado por su Nobel, optando por defender la «autodeterminación de los pueblos» –léase: no molestar a Maduro. ¿Es esto el fin del misterio? Probablemente. La extracción parece obra de donantes privados y mercenarios humanitarios como Grey Bull Rescue, no de una conspiración transnacional. El jet de Redwings fue solo un charter comercial, uno más en el mundo de los ricos y famosos (o perseguidos). Pero en tiempos de polarización, donde un avión mexicano se convierte en «prueba» de traición, el rumor siempre vuela más rápido que los hechos.
Y usted, lector, ¿cree que hay gato encerrado? ¿O solo a las mexicanas prestadas a una causa noble? El cielo guarda sus secretos… por ahora.







