Las gafas inteligentes encuentran su "momento iPhone" en China. La clave de su éxito: los pagos

En China, las gafas con IA permiten pagar mirando un código QR y dando una orden de voz. La propia Alibaba lanzó sus Quark por 268 dólares, integradas con Alipay para pagos y Taobao para compras. Xiaomi presentó sus gafas con IA en junio y se convirtieron en las terceras más vendidas del mundo en la primera mitad de 2025, pese a estar disponibles solo una semana.
El mercado chino de gafas inteligentes está creciendo exponencialmente en esta segunda mitad del año, según un estudio de BigOne Lab.
Por qué es importante. Tras más de una década de promesas incumplidas, las gafas inteligentes han encontrado por fin su razón de ser. Y es algo tan prosaico como pagar sin sacar el móvil del bolsillo. Y está funcionando en China como no lo había hecho nada antes en este sector.
A partir de la adopción para los pagos se va construyendo el resto de la propuesta de valor.
El contexto. La infraestructura digital china, donde hasta los ancianos usan el smartphone para todo, facilita la adopción. Los códigos QR están en todos los comercios y Meta no opera en China sin VPN, lo que ha dejado el campo libre para que las empresas locales experimenten sin competencia directa.
Sí, pero. El precio es determinante. Las gafas chinas cuestan entre 200 y 300 dólares, un precio no demasiado elevado. Xiaomi, RayNeo, Thunderobot, Kopin, Baidu y Alibaba compiten en el mercado doméstico chino.
La funcionalidad de pago no requiere pantallas muy sofisticadas ni ópticas complejas. Basta con una cámara básica, reconocimiento de voz y conexión al ecosistema de pagos. Esto abarata mucho la producción.
La gran pregunta. ¿Veremos algo similar en Europa con Bizum? Los pagos móviles aquí son menos omnipresentes que en China, pero Bizum ha alcanzado una penetración enorme en España. Si los comercios adoptasen códigos QR de Bizum, como ya hacen algunos, las gafas inteligentes podrían encontrar su utilidad práctica también aquí.
El ecosistema europeo tiene ventajas: una regulación de privacidad más estricta, la mayor confianza del consumidor en los sistemas bancarios tradicionales y una población acostumbrada a innovaciones graduales. Pero no tiene la densidad de códigos QR que hace de China el terreno perfecto para este experimento.
Entre líneas. Las empresas chinas no solo están desarrollando hardware. Están creando el caso de uso que justifica llevar gafas inteligentes todo el día, y en lugar de buscar algo espectacular y complejo, han encontrado algo mucho más simple y cotidiano: no tener que sacar el móvil del bolsillo.
Rokid presume de que sus gafas no están atadas a un solo modelo de IA generativa: funcionan con OpenAI, Llama, Gemini y Grok. También ofrecen traducción simultánea al inglés mientras alguien habla en chino. Pero nada de eso importa tanto como la función de pago.
Y ahora qué. Meta domina el mercado global con un 73% de cuota en la primera mitad de 2025, según Counterpoint. Su éxito con las Ray-Ban Meta lo explica un diseño casi indistinguible de unas gafas normales. Además, los fabricantes occidentales mantienen ventajas en chips.
Pero las empresas chinas tienen ventajas evidentes: muchas marcas y modelos, iteración rápida y capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.
Imagen destacada | Xiaomi





