El Nobel de Física da la razón a Elon Musk y Bill Gates: en el futuro tendremos mucho tiempo libre, pero no tendremos trabajos
Imagina un futuro en el que los humanos ya no tengamos que trabajar porque la IA lo hace todo por nosotros. Es una idea que lleva sonando un tiempo en boca de figuras de la talla de Bill Gates y Elon Musk, que cree que «trabajar será opcional». Ahora se suma Geoffrey Hinton, Premio Nobel de Física en 2024, y su enfoque es bastante pesimista.
Un futuro idílico. Dependiendo de quién lo dice y cómo lo dice, el futuro suena a una utopía donde los humanos nos dedicamos a vivir la vida en una especie de jubilación permanente. Es lo que se destila de discursos como el de Elon Musk, que apuesta por una renta básica universal para que sólo trabaje aquel que lo desee. Jensen Huang, CEO de NVIDIA, y Bill Gates no son tan contundentes en decir que la IA nos liberará por completo del trabajo, pero sí creen que será el impulso definitivo a la semana laboral de cuatro en incluso tres días.
O no tanto… Geoffrey Hinton se ha sumado al debate y, como ya nos tiene acostumbrados, su postura es bastante más pesimista. Durante un debate con Bernie Sanders en la Universidad de Georgetown, Hinton habló acerca del impacto que tendrá la IA en el mercado laboral y su predicción es que la IA hará que el trabajo humano quedará obsoleto, provocando un desempleo masivo con un impacto económico y social sin precedentes.
Una amenaza diferente. La tecnología ha acabado con muchos empleos, pero para Hinton esta revolución tecnológica es diferente a otras porque «Las personas que pierdan sus empleos no tendrán otros trabajos a los que acudir. Si la IA llega a ser tan inteligente como las personas, o más, cualquier trabajo que puedan hacer lo podrá hacer la IA». Cree que afectará sobre todo a puestos de oficina, las llamadas profesiones «de cuello blanco», como son analistas, puestos de atención al cliente o programadores junior.
Efecto colateral. Durante la charla, Sanders y Hinton criticaron el camino que están tomando las grandes empresas con inversiones milmillonarias en centros de datos para la IA. «Si os preguntáis de dónde van a sacar estos tipos los billones de dólares que están invirtiendo en centros de datos y chips… una de las principales fuentes de dinero será vender IA que hará el trabajo de los empleados por mucho menos dinero» aseguraba Hinton. Sin embargo, señalaba que esto tendrá un efecto colateral: «Si los trabajadores no cobran, no habrá nadie que compre sus productos… no han pensado realmente en la enorme disrupción social que tendremos si hay un desempleo muy alto».
La promesa de la AGI. Para que se cumplan estas predicciones, tanto las más optimistas como las más pesimistas, hace falta una AGI (una inteligencia artificial general que sea tan capaz como un ser humano). Las empresas IA llevan mucho tiempo haciéndonos creer que la AGI está al caer, pero la promesa de inminencia parece más relacionada con una necesidad de financiar la inversión demencial que con la realidad. Las voces más sensatas, como Andrej Karpathy, apuntan a que la AGI tardará al menos una década más en llegar.
Hinton admitió que la IA aún falla en tareas básicas, pero advierte que todavía estamos en la etapa inicial y «está mejorando exponencialmente». Aunque en este caso no dio una fecha, de acuerdo con declaraciones anteriores, ve «bastante probable que en algún momento en los próximos 20 años las IAs se vuelvan más inteligentes que nosotros».
El impacto de la IA en el empleo. Que la IA nos quite el trabajo se ha convertido en uno de los grandes temores de la sociedad. De momento los estudios que se están llevando a cabo apuntan en distintas direcciones, desde los que dicen que apenas está impactando, a los que dicen que afecta sobre todo a los recién graduados que entran al mercado laboral. Según el informe de World Economic Forum, se espera que para 2030 se destruyan 92 millones de puestos de trabajo, muchos de ellos debido a la automatización que facilita la IA. Sin embargo, también prevé la creación de 170 millones de nuevos puestos, también asociados a la llegada de la IA.
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