Marte acaba de entrar en el exclusivo club de planetas con rayos. Es una noticia desalentadora para la NASA
El rover Perseverance de la NASA ha captado por primera vez el impacto de un rayo en Marte. Aunque parezca extraño, es apenas el cuarto planeta en el que hemos confirmado la presencia de este tipo de actividad eléctrica, después de la Tierra, Júpiter y Saturno.
Confirmado. A pesar de su fina atmósfera, los científicos llevan décadas sospechando que el planeta rojo, con sus constantes torbellinos y tormentas de polvo, debía tener algún tipo de actividad eléctrica. Ahora, gracias al rover Perseverance, por fin tenemos la prueba definitiva.
El hallazgo, publicado en la revista Nature, confirma que la atmósfera marciana crepita con electricidad, aunque no exactamente como en las tormentas terrestres que conocemos.
No lo han visto, lo han oído. Por mucho que nos hubiera gustado que el rover Perseverance fotografiase un destello cegador cruzando el cielo marciano, la primera evidencia de actividad eléctrica en Marte no es visual, sino auditiva.
El instrumento SuperCam del rover de la NASA, equipado con un micrófono diseñado originalmente para escuchar el láser del rover golpeando rocas, ha captado algo inesperado: el sonido de descargas eléctricas.
Entre remolinos de polvo. Según los datos analizados por el Jet Propulsion Laboratory, el rover registró 55 eventos de descargas eléctricas a lo largo de dos años marcianos. La mayoría asociados con tormentas de polvo, y 16 de ellos cuando el rover era directamente atravesado por remolinos de arena.
«Conseguimos algunas grabaciones buenas donde se puede escuchar claramente el chasquido», explica en un comunicado Ralph Lorenz, científico de la misión Perseverance. Pero en una grabación específica del sol 215 (el día marciano 215 de la misión), se escucha no solo el chasquido eléctrico, sino también el viento del remolino golpeando al rover y los granos de arena impactando contra el micrófono.
El efecto triboeléctrico. ¿Cómo se forman estos rayos en un planeta sin nubes de lluvia? Por el efecto triboeléctrico, exactamente el mismo principio físico que ocurre cuando caminamos con calcetines sobre una alfombra y después tocas el pomo de una puerta y, auch, salta una chispa.
En Marte, los remolinos de polvo actúan como generadores gigantes de electricidad estática: El aire caliente sube y comienza a rotar, formando un vórtice. Al girar, levanta polvo y arena. Los granos de polvo frotan unos contra otros, transfiriendo electrones y generando carga.
No es muy alentador. Aunque en la Tierra también ocurre en los desiertos, en Marte es mucho más probable que este efecto resulte en descargas eléctricas. La atmósfera marciana es extremadamente tenue, por lo que la cantidad de carga necesaria para romper la resistencia del aire y generar una chisp es mucho menor.
Este descubrimiento no es solo una curiosidad meteorológica; tiene implicaciones profundas para la química del planeta y la búsqueda de vida. La confirmación de estas descargas eléctricas sugiere que la atmósfera marciana puede cargarse lo suficiente como para activar reacciones químicas potentes. Estas chispas podrían estar creando compuestos altamente oxidantes, como los percloratos, que son muy agresivos y pueden destruir las moléculas orgánicas (los ladrillos de la vida) que el rover está tratando de encontrar.
Imagen | NASA/JPL-Caltech/University of Arizona
En Xataka | ¿Quién o qué excavó los barrancos de Marte? La respuesta es aún más extraña de lo que siempre creímos







