2026 todavía no ha empezado pero ya se las ha apañado para producir la primera mala noticia: sube la luz

Falta un mes para que empiece 2026 y la cuesta de enero ya tiene un protagonista claro: la luz. La factura eléctrica arrancará el año con la mayor revisión simultánea de costes regulados desde 2020. Las propuestas del Gobierno y del regulador energético apuntan a un incremento que afectará a todos los hogares, consuman lo que consuman.
Sin anestesia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puesto en audiencia pública su propuesta de peajes para 2026 —la parte de la factura que financia las redes eléctricas— y plantea una subida global cercana al 4%. Esta actualización tiene dos pilares:
- El transporte, que son las grandes autopistas eléctricas, subirán un 12,1%.
- La distribución, que son las redes que llegan a los hogares y negocios, aumentará un 2,5%.
Con estos cambios, el dinero total destinado a mantener y ampliar las redes eléctricas alcanzará los 6.608 millones en 2026. Además, a esta subida hay que añadir la de los cargos, que fija el Gobierno. Según Cinco Días, el Ministerio para la Transición Ecológica plantea aumentarlos un 10,5% para cubrir sobre todo el coste de las energías renovables reguladas (Recore), que crecerá un 37%.
La parte fija vuelve a mandar. La factura eléctrica se divide en dos grandes bloques:
- El coste de la energía, que depende de lo que consume cada usuario.
- Los costes regulados (peajes y cargos), que se pagan siempre.
Este nuevo año, la parte regulada vuelve a ganar protagonismo. Según el portal especializado Tarifaluzhora, la combinación de peajes y cargos aumentará entre un 2,8% y un 4,8% para los hogares. Puede parecer una subida moderada, pero afecta al importe que se abona incluso si el consumo baja.
Además, el informe de la CNMC estima que los clientes domésticos con tarifa PVPC 2.0 TD verán un aumento final aproximado del 0,6% en su factura, gracias en parte al ligero crecimiento previsto de la demanda y al mayor número de consumidores entre quienes repartir los costes.
Una letra pequeña que preocupa al sector. Como detalla Cinco Días, el Gobierno ha elaborado su propuesta de cargos bajo la hipótesis de que el consumo crecerá un 4,5% en 2026. Esta cifra no es menor: cuanto mayor es la demanda, más se diluyen los costes regulados entre los usuarios y menor es el impacto por recibo.
Sin embargo, el problema es que la CNMC —que fija los peajes— no comparte ese optimismo. El regulador prevé un aumento de solo un 2,3%. Y aquí se abre un escenario delicado: si la demanda no crece tanto como espera el Gobierno, el sistema no recaudará lo previsto.
Los peajes y cargos están calculados sobre la base de que habrá más kilovatios consumidos en 2026. Si finalmente no se consumen, faltará dinero para cubrir los costes regulados, que ya vienen al alza por las renovables Recore, la ampliación de redes y los ajustes de ejercicios anteriores.
Si nos ponemos cenizos. Está en juego la vuelta del déficit de tarifa. En otras palabras, poniéndonos en el peor escenario posible, si los ingresos resultan insuficientes, España podría volver a un escenario conocido: el déficit de tarifa. En otras palabras, cuando la factura no cubre los costes del sistema eléctrico, se genera un agujero que se financia como deuda y se arrastra durante años.
España tardó más de una década en absorber el déficit acumulado entre 2000 y 2013 —más de 28.000 millones de euros— y el sector teme repetir parcialmente ese ciclo. Un desfase de apenas dos puntos porcentuales entre la demanda prevista por el Gobierno y la estimación realista de la CNMC puede marcar la diferencia entre un sistema equilibrado o uno tensionado. Y todo en un ejercicio en el que peajes y cargos subirán a la vez por primera vez desde 2020.
¿Y por qué subirá todo a la vez? Porque en 2026 coinciden varios factores de impacto:
- Más inversión en redes para integrar renovables y electrificación.
- Mayor coste de las renovables Recore, que deben ser compensadas según sus contratos.
- El impacto acumulado del apagón eléctrico de 360 millones, que aún arrastran las comercializadoras.
- Ajustes pendientes de ejercicios anteriores.
2026: un año que empieza cuesta arriba. La factura de la luz será el primer aviso de un año marcado por el encarecimiento estructural del sistema eléctrico y por la necesidad de acelerar inversiones que sostengan la transición energética. Redes más robustas, más renovables y un sistema más complejo implican mayores costes de funcionamiento. Y, una vez más, serán los consumidores quienes lo noten en enero.
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