Estado de México

Privilegios Legislativos vs. Realidad Laboral: El Debate sobre la Edad de Retiro en el Edomex

Bajada:

Mientras los diputados disfrutan beneficios que un trabajador estatal jamás podría alcanzar, el Congreso presume haber frenado un aumento en la edad de retiro sin asumir la responsabilidad real: sanear el ISSEMyM, hacer que ayuntamientos paguen sus adeudos y frenar la mala administración que ha llevado al instituto al borde del colapso.

Fernanda Ruíz

El anuncio del Grupo Parlamentario de morena sobre retirar el aumento en la edad de jubilación del Paquete Fiscal 2026 es presentado como una “victoria social”, pero la realidad es más cruda:
 Los legisladores jamás se verían afectados por las reformas que intentaron aprobar, pues gozan de un sistema de prestaciones y privilegios que ningún servidor público estatal puede siquiera imaginar.

Resulta contradictorio por no decir cínico que desde curules con seguros privados, compensaciones especiales, dietas superiores y retiros privilegiados, se pretendiera exigir a trabajadores comunes que laboren más años para obtener una pensión cada vez más incierta.

El ISSEMyM no se hundió solo: ayuntamientos morosos y mala gestión lo llevaron al límite.

El discurso oficial intenta maquillar la situación, asegurando que el instituto “no está en crisis, solo en terapia intermedia”.
 Pero el deterioro del ISSEMyM no ocurrió por casualidad.
 Los responsables están identificados:

  • Ayuntamientos que durante años no pagaron cuotas.
  • Organismos descentralizados que retuvieron aportaciones sin enterarlas.
  • Administraciones que diluyeron recursos sin rendir cuentas.

El problema nunca fue la edad de retiro.
 El problema es la impunidad financiera.

Y esa, ningún legislador parece dispuesto a enfrentar.

Morena anunció que impulsará una nueva Ley del ISSEMyM el próximo año.
 Sin embargo, construir una nueva legislación mientras siguen sin cobrarse las deudas actuales es un ejercicio estéril.
 Ninguna ley funcionará mientras los entes obligados continúen violando la existente sin consecuencias.

El Congreso presume diálogo, consenso y foros abiertos.
 Los trabajadores piden algo más simple:
 que el dinero que descuentan de su nómina llegue al lugar donde debe llegar.

Si las autoridades quieren realmente rescatar al ISSEMyM, el camino está claro:

  • Auditorías profundas.
  • Castigos ejemplares a municipios y organismos morosos.
  • Transparencia absoluta en las finanzas del instituto.
  • Eliminación de privilegios legislativos que generan desigualdad.

Cualquier reforma sin estas condiciones es maquillaje.

Mientras los diputados mantengan prestaciones fuera de la realidad laboral y el ISSEMyM permanezca debilitado por irresponsabilidad institucional, hablar de elevar la edad de retiro es una ofensa para quienes sostienen al Estado de México con su trabajo diario.

La verdadera reforma no está en exigir más años de labor, sino en poner orden donde siempre se ha tolerado el desorden.

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