Las hipotecas siempre fueron la llave para acceder a un hogar. Ahora lo son para otra cosa: especular con la vivienda

En pleno debate sobre el peso de la especulación en el mercado inmobiliario español y con el Govern catalán inmerso en el debate sobre si debe o no poner límites a la compra de vivienda con fines de inversión, el sector se ha encontrado con un dato que echa aún más leña al fuego. Según un estudio elaborado por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), el 47,7% de las hipotecas que se firman tienen como objetivo adquirir viviendas con fines de inversión.
Es decir, la idea de quienes se hipotecan no es convertir las casas en hogares, sino meter sus ahorros en un valor seguro en busca de buenas rentabilidades.
¿Qué dice el estudio? El informe de Asufin es solo eso, un informe con sus sesgos y limitaciones elaborado en base a una encuesta con 1.301 entrevistados y datos de diferentes fuentes oficiales, pero aún así ofrece una ‘foto’ interesante. Y una conclusión rotunda: entre quienes acuden al banco en busca de financiación con la que comprarse una vivienda, hay mucha más gente con mentalidad inversora que familias detrás de un hogar en el que instalarse.
¿Qué cifras maneja? El estudio concluye que solo el 15,9% de los nuevos hipotecados convertirán la vivienda en su primera residencia. Otro 18,5% busca crédito para hacerse con una segunda vivienda que dedicará a uso personal y el 17,9% pretende cambiar su residencia habitual. La foto se completa con el 47,7% que comentábamos antes: compradores que llaman a la puerta de los bancos en busca de crédito para adquirir una segunda vivienda a modo de inversión.
Lo abultado de ese último porcentaje no sorprende si tenemos en cuenta que el precio del metro cuadrado residencial lleva años escalando (tanto en el mercado de compraventa como el de arrendamiento) y hay quien estima que comprar un piso para alquiler ofrece unas rentabilidades de más del 6% (o incluso mayores), sensiblemente por encima de lo que garantizan inversiones más tradicionales.
¿Por qué compramos casas? El estudio de Asufin ha dado pie a otra interpretación que nos muestra más claramente qué porcentaje de compradores se dirigen al mercado inmobiliario con mentalidad inversora, no en busca de un hogar. Si de lo que hablamos es de las razones que llevan a los compradores a plantearse pedir un crédito, la inversión es la motivación principal del 65%.
El dato muestra que el ladrillo se observa aún como un valor refugio. Y eso, reconoce la asociación, lleva a que «el ciclo de comprar para alquilar o guardar valor para vender más caro siga tensionando de forma importante el mercado». En realidad no es ninguna novedad. Estudios anteriores de la propia Asufin ya reflejaban que se piden más hipotecas para invertir que para comprar hogares.
¿Dice algo más el informe? Sí. Constata el escaso flujo de vivienda nueva que entra en el mercado, que hoy por hoy la opción más barata son las hipotecas fijas y que los compradores extranjeros acaparan en total el 14%, aunque el dato varía en función de la región y el segmento de mercado del que hablemos. Por ejemplo, en Canarias y Baleares suponen casi el 30%, mientras que hay media decena de comunidades autónomas en las que los foráneos no llegan ni al 4%.
Otra lectura interesante es que los créditos acaparan una parte considerable de las financias de los hogares españoles. Para ser más precisos, las cuotas medias de las hipotecas ya suponen el 35% de los salarios, un porcentaje que se eleva al 40% si hablamos del segmento de compradores jóvenes, entre 25 y 35 años.
Con todo, los datos de Asufin muestran un ligero cambio de tendencia, con un retroceso claro en el porcentaje de compradores que se endeudan para comprar segundas viviendas con fines inversores. Aunque siguen suponiendo una parte importante de la tarta (47,7%), a comienzos de año representaban el 56,2%.
Imagen | Ján Jakub Naništa (Unsplash)
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