POR: EL HUSMEADOR

La Sombra de Palenque: ¿AMLO, el Guardián o el Fantasma que Acecha a Sheinbaum?
En el corazón selvático de Chiapas, donde las ruinas mayas susurran secretos de imperios caídos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha convertido su retiro en un balcón estratégico. Desde la quinta «La Chingada» en Palenque, el expresidente irrumpió este fin de semana en las redes sociales con un video de casi una hora que ha desatado un torbellino de interpretaciones. No fue una simple charla nostálgica: presentó su nuevo libro Grandeza, un homenaje a la historia y la fuerza cultural de los pueblos originarios, pero también delineó tres condiciones draconianas para romper su exilio voluntario: un atentado contra la democracia, un golpe de Estado o una amenaza a la soberanía nacional. «No hay que hacerle sombra a nuestra presidenta», repitió, respaldando a Claudia Sheinbaum con palabras que suenan a bendición papal, pero que, en el laberinto de la política mexicana, podrían leerse como un recordatorio sutil de quién sostiene el cetro moral de la Cuarta Transformación (4T). Este lunes que pasó, varios columnistas y analistas especializados en política mexicana —desde Mario Maldonado en El Universal hasta independientes en redes como Enrique Muñoz— disecan este mensaje como si fuera un jeroglífico palenquero. ¿Es un espaldarazo genuino o el preludio de un complot para exponer las fisuras de Sheinbaum? La presidenta, en su mañanera del lunes, respondió con ecuanimidad: «Afortunadamente, no estamos en ninguna de las tres circunstancias que planteó». Pero el eco de Palenque resuena, y no solo en México. Incluso el gobierno de Estados Unidos, con su ojo siempre puesto en la estabilidad bilateral, podría estar observando con recelo, especialmente si este «regreso» implica blindar a la familia de AMLO y sus allegados de investigaciones pendientes.
¿Unidad o Ultimátum? La reaparición de AMLO llega en un momento de fragilidad para la 4T. Las encuestas muestran una caída en la aprobación de Sheinbaum —de un arranque prometedor a niveles que rozan el 50%—, azotada por la crisis económica, el estancamiento del nearshoring y las tensiones internas en Morena. Columnistas cómo Maldonado, en su pieza «La sombra de Palenque y la ebullición en Morena», pintan un panorama de visitas constantes a la finca chiapaneca: excolaboradores, familiares y fieles como Ricardo Rodríguez —el operador del Senado que facilitó la salida del fiscal Gertz Manero— acuden como peregrinos a un oráculo. «AMLO prometió apartarse, pero Palenque se ha convertido en un búnker de influencia», escribe Maldonado, sugiriendo que estas reuniones no son meras tertulias, sino hilos que atan a la presidenta a un legado que podría volverse yugo. En redes, el debate hierve. El periodista Luis Alberto Medina, en Proyecto Puente, ve alineación: «AMLO mandó un mensaje a los opositores: no toquen la democracia, o salgo». Pero otros, como Iñaki Basauri, un opinólogo autodidacta, lo interpretan como sabotaje interno: «Las instrucciones desde Palenque debilitan a Sheinbaum para que cualquier éxito sea del lopezobradorismo puro». Fer Moctezuma Ojeda, columnista en Revista Líder, resume el video como un «respaldazo con veneno»: AMLO resalta logros sociales —como la reducción de 13.4 millones de personas en pobreza, según datos del Coneval que él mismo cita—, pero las condiciones para su regreso suenan a ultimátum. ¿Y el fiscal? Su remoción, con el apoyo de Rodríguez, fue vista por analistas como el primer acto de un guión mayor: un «complot» para desmantelar debilidades institucionales y preparar el terreno para una revocación de mandato en 2026, si Sheinbaum tropieza. En Digital Plural, el artículo «Beso del diablo 2026: ¿AMLO controla a Sheinbaum?» eleva la apuesta. Evocando la traición echeverrista, advierten que sin un «corte decisivo», el 2026 podría explotar en un escándalo donde Sheinbaum pase de heredera a «rehén de un legado controvertido». Testimonios de exfuncionarios anónimos hablan de «hilos invisibles» operados por familiares y allegados de AMLO, como su hijo Andy o la red de operadores en Morena. No es casual que el video termine con un llamado a la unidad, pero bajo la sombra de Palenque: el rey no ha muerto; solo se ha mudado a las selvas.
La Mirada desde Washington es: ¿Protección Familiar o Interferencia? El gobierno de EU, vecino eterno y socio renuente, observa con una mezcla de pragmatismo y paranoia, como la relación con México ha sido un baile tenso: alabanzas a los programas sociales de AMLO que redujeron la migración (como las pensiones universales que él pidió extender a Centroamérica), pero críticas feroces a su «curso peligrosamente corrupto», según el Heritage Fundación. La protección a la familia de AMLO y sus allegados —hermanos salpicados por contratos dudosos, hijos en el ojo público— ha sido uno de los puntos de fricción.
En 2025, con reformas judiciales que debilitan la independencia (como la elección popular de jueces, avalada por Morena), Washington teme que esto sea un blindaje contra extradiciones o investigaciones por corrupción. Analistas del Wilson Center advierten que las reformas de AMLO —y su eco en Sheinbaum— chocan con el T-MEC. Los límites a concesiones mineras e hídricas podrían generar arbitrajes millonarios para firmas estadounidenses y canadienses. Si Palenque se convierte en centro de poder, ¿responderá EU con sanciones?
Fuentes diplomáticas, citadas en AS/COA, sugieren cautela: «AMLO retiene popularidad inmensa; tocar a su familia sería un casus belli». Pero en privado, el Departamento de Estado ve en este video un mensaje codificado: soberanía como escudo para la impunidad. Consecuencias, sí: tensiones en la frontera, freno al nearshoring y, quizás, un Trump más agresivo en demandas antinarcóticos y corrupción. ¿Habrá Explosión? «el preludio de recordar a la presidenta que él es el rey y ella debe obedecer». El video de Palenque no divide, pero polariza: une a la base lopezobradorista, pero expone a Sheinbaum como pupila eterna. La remoción del fiscal fue el detonador; ahora, con la revocación acechando, las debilidades —económicas, en Morena, en la Guardia Nacional— podrían explotar si AMLO activa sus tres «rojos». Para EU, es un dilema: proteger la democracia mexicana sin invadir soberanía, pero sin tolerar un «beso del diablo» que blinde corrupción. México no necesita reyes en retiro; necesita presidentas que gobiernen sin sombras. Sheinbaum tiene la batuta, pero Palenque susurra: ¿obedecerá, o cortará los hilos? El 2026 nos dirá si esto fue bendición o bomba de tiempo. Por ahora, la selva chiapaneca late con el pulso de un imperio que no se apaga.












