En su turistificación acelerada, Madrid ha empezado a decorar el Manzanares con leds. Hay quien lo ve un grave error

No es extraño que en diciembre se hable de luces. En los últimos años algunas ciudades de España se han lanzado a una loca carrera por desplegar millones de leds por sus calles o levantar el árbol de Navidad luminoso más alto del país. Lo que resulta menos habitual es que se hable de las luces que decoran el cauce de un río, que es precisamente lo que preocupa desde hace días a ecologistas y vecinos de Madrid. Para ser más precisos les inquieta la iniciativa del Ayuntamiento de activar 61 proyectores en el Manzanares.
Para el Ayuntamiento esos focos son un acierto que harán «más atractiva» la ribera y reforzarán su seguridad. Para vecinos y ecologistas se trata de un desatino que generará algo bien distinto: «contaminación lumínica».
¿Qué ha pasado? Que el Manzanares es noticia. Y no por el proceso de «renaturalización» iniciado hace ya años, del que sacan pecho el Ayuntamiento de Madrid y los vecinos y que (entre otras cosas) ha ayudado a recuperar su fauna.
La clave en este caso es otra bien distinta: el sistema de iluminación instalado en un trecho de 560 metros del río, en el entorno de la presa 6, entre los distritos de Arganzuela y Latina. Aunque los focos se instalaron allí hace más de un año no se activaron hasta hace unos días, coincidiendo con el encendido de las luces de Navidad. El problema es que lo que para el Consistorio es un motivo de celebración para los vecinos y ecologistas supone un problema.

¿Y eso por qué? Porque las opiniones en torno a las luces del Manzanares no pueden ser más distintas. Si se pregunta al Consistorio, se trata de una iniciativa «sostenible y respetuosa» con el medio ambiente que favorecerá a los vecinos y atraerá a turistas. «Permitirá hacer más atractivo este entorno de la ciudad para residentes y visitantes, ofreciendo también más seguridad a los viandantes», reivindica el equipo de José Luis Martínez-Almeida en el comunicado en el que celebraba la puesta en marcha de los focos, el pasado sábado 22.
«Los 61 proyectores led proyectarán una luz azul para impulsar el atractivo del ámbito y realizar la construcción central», abunda el Ayuntamiento antes de deslizar que los focos forman parte de un «proyecto piloto» y han llegado para quedarse. Por lo pronto seguirán funcionando más allá de la Navidad, los viernes, sábados y domingos, adaptando su horario de funcionamiento a la puesta del sol.
¿Qué dicen los críticos? Hablan de «contaminación lumínica» y de una medida que se ha desplegado «a pesar del rechazo ciudadano y científico». Entre quienes se han pronunciado de forma más enérgica contra los 61 proyectores del río destacan Ecologistas en Acción y la Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial, colectivos que esgrimen varios argumentos, como que los nuevos focos afectarán de forma negativa al ecosistema o que solo buscan captar visitas.
«Es innecesario y perjudicial, no se justifica por ninguna razón de interés general o público y solo responde al arbitrario capricho del Ayuntamiento en su afán por seguir turistificando la ciudad en general y Madrid Río en particular», lamenta Ecologistas. El mayor énfasis lo pone sin embargo en el impacto que los leds tendrán en la fauna, algo que, ya les ha granjeado el «rechazo científico».
¿Afectará al ecosistema del río? Depende de a quién se pregunte. Para el colectivo ecologista no hay dudas. «No puedes someter a la fauna del Manzanares a un día eterno, no solo a las aves, sino también a los insectos, que son una parte crucial del ecosistema», advierte en El Confidencial Erika González, bióloga.
«La fauna, como el ser humano, necesita también de la oscuridad para su ciclo vital […] Nos cuesta entender por qué el Ayuntamiento, el mismo que decidió renaturalizar el Manzanares con éxito y dedica un presupuesto para mantenimiento, ahora decide atacar al ecosistema».
Las cosas son bastante distintas para el Gobierno local, que en el mismo comunicado en el que informa del encendido de los proyectores subraya que el sistema se ha diseñado aplicando criterios medioambientales. «Se ha desarrollado mediante soluciones que minimizan la contaminación lumínica. Los focos están situados en un cajetero del río, limitando las emisiones luminosas hacia el cielo».
¿Es el único desencuentro? No. Otra idea en la que chocan el Consistorio y los vecinos es la conveniencia y necesidad de los focos. Desde el Ayuntamiento argumentan que las luces mejorarán la «seguridad» en el entorno del río, pero los residentes cuestionan que eso sea necesario. «No hay un problema de inseguridad y si lo hubiera lo lógico es que se instalen luces en la calle, no en el cauce del río», razona Susana de la Higuera, de la Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial.
La polémica en torno a las luces del Manzanares se remonta ya unos cuantos meses atrás. De hecho el Consistorio las instaló en 2024 con miras a la Navidad de ese año, pero sus críticos llevaron el tema a los juzgados y solicitaron medidas cautelares. Aunque el proceso no está resuelto la magistrada que lo lleva denegó hace unos meses la paralización temporal que mantenía los focos desconectados.
Ecologistas en Acción lamenta en cualquier caso que el Ayuntamiento los haya encendido con el recurso contencioso todavía abierto. Su malestar (al igual que el de los vecinos) ya se ha trasladado a la calle con una protesta el viernes.
Imágenes | Ayuntamiento de Madrid





