Ultimas Noticias

Estamos tan desesperados en encontrar energía para la IA que estamos mirando incluso dentro de los volcanes

El calor de las profundidades de la Tierra vuelve a ser noticia. Y no solo por las imágenes casi irreales del Kilauea lanzando chorros de lava a cientos de metros de altura en la Isla Grande de Hawái. También porque, mientras el volcán encadena episodios eruptivos cada vez más espectaculares, Estados Unidos está redescubriendo la energía que esos mismos volcanes esconden bajo la superficie. La geotermia llevaba años en segundo plano. De pronto, vuelve a importar.

Todo un espectáculo. Antes que nada, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ha advertido que el Kilauea se prepara para otro episodio eruptivo de alta energía. No obstante, no son episodios aislados. Según ABC News, el volcán ha tenido ya 36 y 37 episodios eruptivos desde diciembre del año pasado. En algunas fases, las fuentes han alcanzado 300 metros y en otras llegaron a 457 metros, una altura comparable a un rascacielos de 100 pisos. 

Aun así, todo el fenómeno sigue contenido. Toda la actividad se mantiene dentro del cráter, lejos de viviendas o estructuras. Eso no resta poderío a las cifras: según el USGS, el episodio 37 expulsó 6,3 millones de metros cúbicos de lava en apenas nueve horas, a un ritmo de alrededor de 190 m³ por segundo. Pero detrás del espectáculo, otro debate empieza a abrirse paso.

El potencial ignorando de Hawái. De hecho, como recuerda el Hawaii Tribune-Herald, el estado cuenta desde 1993 con una planta geotérmica comercial, Puna Geothermal Venture, situada precisamente en la East Rift Zone del Kilauea. La Universidad de Hawái calcula que esta instalación produce cinco veces más electricidad que uno de los principales parques solares del estado usando 80% menos terreno.

El problema es que Hawái nunca ha explotado ese potencial. Las razones combinan riesgos volcánicos reales, costes de exploración y resistencia cultural de comunidades para las que la perforación es una forma de profanación de Pele, la diosa del volcán. Sin embargo, el contexto ha cambiado. La actividad continua del Kilauea vuelve a poner sobre la mesa una pregunta que parecía archivada: ¿debería Hawái usar el calor que alimenta sus volcanes para alimentar su red eléctrica?

Una puerta que empieza a abrirse. La Universidad de Hawái lleva años insistiendo en ello. Según sus análisis, todas las islas mayores podrían tener recursos geotérmicos aprovechables, aunque el conocimiento fuera de Kilauea sigue siendo limitado. Su proyecto Play Fairway, financiado por el Departamento de Energía, ya ha dibujado los primeros mapas de calor profundo más allá de Puna.

La presión ahora es política. Según el medio hawaiano, hay tres agencias estatales compitiendo por financiación para volver a explorar la isla en busca de nuevos yacimientos. Se piden 80 millones de dólares públicos para cartografiar recursos, hacer pozos de prueba y reabrir el camino a una expansión geotérmica que lleva décadas estancada. El plan contempla perforar fuera de Puna, en Big Island, pero también en Maui y Oahu, donde los recursos estarían a mayor profundidad.

Mientras el volcán se inflama y desborda lava en episodios de nueve horas, Hawái mira bajo sus pies: no al magma, pero sí al calor que lo impulsa.

El renacimiento geotérmico de Estados Unidos. Ese giro local coincide con un renacimiento nacional. Según un informe de WoodMackenzie, la inversión geotérmica en Norteamérica se disparó un 85% en 2025 solo en el primer trimestre, con 1.700 millones de dólares en fondos públicos. La razón no está en los volcanes, sino en la tecnología. El análisis señala tres innovaciones que están transformando el sector:

Según ese análisis, Estados Unidos podría disponer de 500 gigavatios de capacidad geotérmica, una cifra capaz de reconfigurar la matriz energética del país. No obstante, aún hay más. 

El motor oculto: los data centers y la IA. Como ha detallado TechCrunch, esta energía subterránea podría cubrir dos tercios del consumo eléctrico de los nuevos centros de datos que se construirán en Estados Unidos de aquí a 2030. Y los gigantes tecnológicos ya están tomando posiciones.

De hecho, los casos empiezan a multiplicarse como es Meta que ha firmado un acuerdo con la startup californiana XGS Energy para generar 150 MW de electricidad geotérmica antes de 2030 usando un sistema de circuito cerrado que evita fugas de agua. También Google ha hecho lo propio asociándose con Fervo Energy. La geotermia ya no es un experimento marginal: es una salida energética para la infraestructura que sostiene la inteligencia artificial.

La pregunta que deja el volcán. Mientras el Kilauea continúa su coreografía —inflándose, rugiendo y disparando lava a alturas que no se veían desde los años ochenta— Hawái y el resto del país vuelven la mirada hacia abajo, hacia el calor primigenio que late bajo la corteza.

Allí donde la naturaleza muestra su potencia más salvaje, la tecnología ve una promesa: una energía olvidada que resurge en el momento en que Estados Unidos más necesita electricidad continua, abundante y limpia.

Imagen | Pexels y Rjglewis

Xataka | Tenerife busca encender sus luces con el calor del subsuelo: así es su gran apuesta por la geotermia

source

Mostrar más
Botón volver arriba