Satya Nadella logró que el mundo volviese a amar Microsoft. La IA está provocando que la gente la odie de nuevo

Microsoft quiere convertir Windows en un «sistema operativo agéntico». Ese fue uno de los grandes anuncios de las conferencias Ingnite que se celebraron estos días. La propuesta pasa por llenar Windows de agentes de IA para que formen parte de la experiencia de usuario y hagan cosas por nosotros. La intención es buena. El resultado no.
Qué está pasando. Windows cumple en 2025 su 40 aniversario (y Microsoft, su 50), y lo hace con una apuesta total por la IA que ahora quiere trasladar a su sistema operativo Windows. En el evento Microsoft Ignite se presentaron diversas novedades que precisamente estaban dirigidas a integrar agentes de IA en el sistema desde la barra de tareas, pero también a dar soporte a Model Context Protocol, el estandar de facto para conectar agentes de IA con servicios y aplicaciones de terceros.
El movimiento es razonable. La decisión de Microsoft es estratégicamente impecable. La IA está por todos lados, y lo que pretende la compañía es que sea parte integral de su sistema operativo. Y de paso, claro, que no salgas de su ecosistema para aprovecharla. La intención es buena, pero el problema de Microsoft es otro.
Estás siendo cansina. A menudo ocurre que las empresas que intentan promocionar sus servicios lo hacen de una forma especialmente cansina. Microsoft es desde luego conocida por ello, y solo hay que recordar cómo realizó numerosos intentos para forzarnos a actualizar a Windows 10. Luego llegaron intentos similares con las nuevas versiones de Windows 11. Con la IA se ha disparado ya alguna que otra vez en el pie, y el mejor ejemplo es Microsoft Recall, una opción llamativa que por su diseño inicial acabó retrasándose y ahora ha quedado totalmente relegada a un segundo plano.
Pues instalo Linux.Pavan Davuluri, presidente de la división de Windows y dispositivos, hablaba de esa integración de la IA en Windows hace unos días, pero su tuit acabó provocando una retahíla de críticas. Una de las primeras respuestas indicaba que Windows «está evolucionando a un producto que lleva a la gente al Mac y a Linux».
O ya puestos, traed de vuelta Windows 7. Otros iban más allá y pedían que volviese el sistema operativo Windows 7 con su «interfaz de usuario limpia, iconos, panel de control unificado, sin apps basura, sin anuncios, simplemente un sistema operativo puro y que rendía».
A Microsoft le crecen los enanos. Davuluri acabó cerrando los comentarios dos días después, pero sí respondió a un tuit del conocido ingeniero software Gergely Orosz, que criticó la errática estrategia de Windows y también el compromiso de Microsoft con los desarrolladores. En su respuesta indicó que «sabemos que debemos seguir trabajando en la experiencia de usuario, tanto en la usabilidad del día a día y los diálogos de sistema inconsistente a las experiencias de usuarios avanzados».
Cuidado con promocionar lo que no funciona. El problema de Copilot es que sigue teniendo una reputación claramente peor que la de otros modelos de IA a pesar de estar totalmente basado en ChatGPT. En Microsoft lo saben, pero aun así están contratando a influencers para promocionar Copilot entre los consumidores más jóvenes.
Nadella empezó bien… La llegada de Satya Nadella a Microsoft fue un soplo de aire fresco. La empresa iba camino de convertirse en la nueva IBM, pero su sorprendente renovación y espíritu de apertura —compra de GitHub, renovado amor por Linux— se unió al éxito que le dio reforzar Azure y convertir su plataforma en la nube en una máquina de hacer dinero. Lanzaba proyectos estupendos y recobraba así parte del amor (y lustre) que había perdido en los últimos años con Ballmer al frente.
… pero las cosas se están torciendo. Sin embargo esta (entendible) obsesión con la IA está contaminando un poco toda esa trayectoria, y eso se nota en los comentarios y críticas de los usuarios, que no parecen interesados en que Windows esté lleno de IA aun cuando eso pueda a la larga ser interesante. Las ventajas prácticas de momento no parecen ser destacables, y forzarlas nunca es buena idea. Y por si Nadella nos lee, planteamos una idea.
Dejar que los usuarios decidan. Es tan simple como eso: Microsoft fuerza demasiado las cosas obligando a los usuarios a aceptar esos cambios en el sistema sin más y ofreciéndolos como opciones que están ahí activadas por defecto. A los usuarios no suele gustarles que les cambien las cosas por las buenas, y lo que debería hacer Microsoft es hacerlo todo opt-in (y no opt-out). Es decir: ofrecer esas opciones deshabilitadas por defecto, y dejar que sean los usuarios los que decidan activarlas. Si realmente valen la pena es muy probable que esas opciones acaben siendo virales por sí solas y la gente las habilite sin más.





