La improvisación entre la UAEMÉX y el ayuntamiento de Toluca deja sin clases a miles de estudiantes.
Fallas de comunicación y mala planificación derivan en suspensión de actividades por falta de agua en Ciudad Universitaria.
Fernanda Ruíz
Toluca, Estado de México. La falta de una coordinación real y efectiva entre la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) y el Ayuntamiento de Toluca volvió a pasar factura: varias facultades suspendieron clases por la ausencia de agua potable, un recurso básico para el funcionamiento académico y la seguridad sanitaria de la comunidad universitaria.
Mientras las autoridades municipales insisten en que se trató de un “episodio temporal” derivado de la rehabilitación del Tanque San Miguel Apinahuizco, lo cierto es que la desorganización conjunta dejó a miles de estudiantes sin actividades, nuevamente convertidos en los paganos de decisiones improvisadas y soluciones al vapor.
Aunque el Organismo Agua y Saneamiento de Toluca (OAyST) informó que, por instrucción del alcalde Ricardo Moreno, envió una pipa de 20 mil litros y tiene prevista otra entrega igual medidas contenidas en el comunicado oficial, la realidad en Ciudad Universitaria fue distinta: baños cerrados, laboratorios detenidos, clases canceladas y estudiantes sin condiciones mínimas para permanecer en sus instalaciones.
La administración municipal asegura que mantiene el compromiso de atender de manera prioritaria a instituciones afectadas; sin embargo, la falta de comunicación previa con la UAEMéx evidencia que no hubo un plan preventivo ni rutas alternas de abastecimiento antes de iniciar las obras.
De nuevo, todo se hace “al aventón”: la solución por pipas aparece ya con el problema encima, no antes. Y mientras las autoridades se reparten comunicados, los estudiantes siguen cargando con las consecuencias de decisiones mal planeadas, sin que nadie asuma responsabilidad por la interrupción académica que era perfectamente evitable.
En Toluca, la planeación sigue siendo emergente… solo cuando ya estalló la crisis
