Buscando reducir emisiones, los barcos están recurriendo a tecnología punta. Punta en el año 3000 a.C., en concreto

Hace tiempo que los barcos dejaron de navegar con diez cañones por banda. Tampoco lo hacen a toda vela, aunque hay un par de empresas empeñadas en cambiar eso. Lo de las velas, no lo de los cañones, ya que tenemos ejemplos de grandes barcos navegando con velas del siglo XXI (y los cañones ahora son electromagnéticos).
Son una apuesta para remar contra las emisiones de la industria marítima, y la verdad es que la tecnología suena bien para los barcos más grandes que protagonizan casi la totalidad del comercio mundial. El estandarte es el Pyxis Ocean, un buque de 81.000 toneladas que lleva dando vueltas por los océanos de medio mundo mostrando la viabilidad de devolver al mar los barcos impulsados por el viento.
Y la industria está tomando nota: hace unas semanas empezó a navegar el primer barco petrolero a velas con unas cifras prometedoras.
Barcos con velas de última generación para descarbonizar los océanos
La industria marítima tiene por delante un reto mayúsculo: reducir sus emisiones para conseguir objetivos de descarbonización. Miramos al hidrógeno, al metanol y a la electrificación como vías para lograr esos objetivos, pero el Pyxis Ocean está demostrando que las velas también pueden jugar un papel en todo esto.
Propiedad de la Mitsubishi Corporation, se trata de un ‘bulk carrier’. En español, un barco granelero enfocado en el transporte de cargas a granel como cereales o minerales. Junto a los portacontenedores y a los Ro-Ro, son barcos esenciales en la cadena comercial global, y que lleve velas no impide que sea un buque de dimensiones considerables.
229 metros de eslora y 32 metros de manga, lo habitual para este tipo de barcos. Lo que no es tan común son sus dos enormes velas en la parte frontal y media. Cada una tiene 37,5 metros de altura y 20 de ancho, y funcionan como te esperas: aprovechando la fuerza del viento para impulsar el barco. Sin embargo, no se ‘inflan’ como la de los barcos veleros tradicionales.
Denominadas WindWings, son una estructura rígida de acero y fibra de vidrio que tienen más que ver con las alas de un avión que con las velas convencionales. Aprovechan la energía eólica, adaptándose en tiempo real y de forma automática para maximizar la eficiencia en las diferentes condiciones del viento. Funciona de forma autónoma y no requiere energía adicional ni personal para manipularlas.

Cuando el Pyxis partió, no todo el mundo estaba convencido de que el sistema funcionara, calificándolo como “una apuesta arriesgada”. Dos años después, tenemos algunas conclusiones más. Se estima que, en condiciones favorables, las dos WindWings del barco redujeron el consumo energético del motor principal en un 32% por milla náutica. Durante el proceso de prueba de seis meses, el barco alcanzó ahorros de unas tres toneladas de combustible al día, y pasados esos seis meses, el Pyxis Ocean sigue navegando.
Mitsubishi no es la responsable de estas velas, mérito que corresponde a BAR Technologies, y el éxito de la prueba piloto ha llevado a que amplíen el catálogo de velas con más modelos de 20 y 24 metros dirigidos tanto a buques más pequeños como a barcos para la industria química. La estimación es que cada vela ahorra 0,7 toneladas de combustible al día y se pueden instalar fácilmente tanto en barcos nuevos como en veteranos, siempre que se hagan trabajos de adaptación.
Más allá de la curiosidad y del interés de BAR Technologies por impulsar esto, parece que la industria lo está considerando como una opción tanto a la electrificación como a los sistemas tradicionales de combustibles fósiles. En junio de este año se entregó el Brands Hatch, un petrolero de Union Maritime que tiene tres WindWings y que partió desde Róterdam el pasado mes de septiembre.
Se calcula que más de un tercio de su propulsión fue gracias al viento, evitando 13 toneladas de CO₂ por WindWing al día. La compañía ha encargado velas para otros 34 nuevos buques y BAR Technologies ha recibido otro encargo para nuevos petroleros LR2 que se botarán en 2027.
Cuando se presentó la tecnología, John Cooper, director de BAR Technologies, comentó que “para 2025, la mitad de los nuevos buques serán propulsados por viento”. Es evidente que sus estimaciones no se han cumplido, pero los buenos resultados están animando a la Asociación Internacional Windship a calcular que habrá más de 100 grandes barcos con el sistema a finales de este año y, para 2050, hasta 40.000 sistemas instalados.
Al final, como ha pasado más de una vez, volvemos a mirar a una tecnología del pasado para lograr objetivos en el presente. Veremos si las velas son ese agente que vuelva a transformar la navegación marítima a nivel global, ya que ni BAR Technologies está sola en esto ni las WindWings son las únicas velas de última generación que están en desarrollo.
Imágenes | WindWaves






